Christian y Rey. Foto: Radio Mayabeque.
Con el talento se nace, pero, cuando tienes raíces musicales es inevitable, en muchas ocasiones, seguir el instinto, imitar y dejarse llevar por los acordes. En Cuba hay muchas familias musicales: los Álvarez, los Lay y los Alonso, por solo citar algunas. Hijos que siguen a los padres de generación en generación.
Hace cinco años Christian y Rey Alonso decidieron emprender su proyecto en solitario, con las mismas premisas que sus antecesores: defender la música popular cubana.
Este tiempo en solitario lo definen en dos palabras, lo que son hoy día y lo que han recogido: madurez y experiencia.
“Cinco años se dice fácil, pero parecen que han sido 10 o 20. Es una satisfacción llegar a esta cifra, unidos como hermanos pese a las diferencias. Ha sido cinco años de sacrificios, logros y metas”.
A este dúo, según ellos, los define como artistas la sencillez con la que hacen su música, de la misma manera en que son como personas. “Hemos logrado dentro de la timba un estilo que la gente reconoce, unido a la versatilidad musical. Vamos desde una balada, hasta una conga o un bolero. Esa diversidad musical se la debemos también a nuestro padre (Pachito) y a nuestro abuelo (Pacho)”.
“Independientemente del carisma que uno tenga, al público hay que saberlo trabajar, y eso lo hemos logrado a través en los años de carrera. Además, hemos nutrido nuestra música de los conocimientos de otros maestros que han marcado pautas como Juan Formell, Paulo FG, Isaac Delgado, NG la Banda, etc”.
Si le preguntas sobre nuevas iniciativas, responden que siempre que les quede bien, están dispuestos a darle una propuesta diferente al público que lo convenza y haga disfrutar cada concierto.
Lo fundamental para su carrera ha sido la base inculcada por su abuelo Pacho Alonso. “Ahí empezó todo, nuestro legado. Fue nuestro primer maestro, uno de los mejores cantantes de nuestro país. Es la guía de lo que somos hoy Cristian y Rey”.
Ahora están trabajando en su segundo álbum, “Sandunguéate”, licenciado por la disquera Bis Music. La producción fonográfica abarca desde la timba, la balada, hasta el pilón, en fin, la base de la música popular bailable. “Es un disco más timbero que el anterior, pero también variable”.
Los jóvenes músicos quisieran que el público se identificara con el álbum, con complicidad y que vean a este dúo cubano cien por ciento.
Aunque el coronavirus ha sido un obstáculo, han continuado trabajando en su producción musical.
“Estamos reflexionando, aprovechando el tiempo para componer y seguir creando”.
Lo primero que harán cuando todo pase es un ensayo con la orquesta para “sentir la timba”. Además, “recapacitar sobre lo que ha pasado en el mundo que no se puede olvidar ni en día ni un mes”.
Queda mucho por lograr, y eso es parte de las metas que se proponen en lo adelante. “Hay que hacer mucha música, y nunca dejar de crear”.