La inauguración de la exposición Humberto Solás: Un deseo, un camino en los espacios del cine Jibá, servirá de antesala a la edición 14 del FIC Gibara, que se celebra a una década del fallecimiento de este cineasta cubano, fundador del Festival del Cine Pobre.
Más que lamentar la muerte, esta muestra desafía tradiciones tanatológicas para celebrar la vida y las obras de Solás, compendiando, bajo la comisaría de Alicia García, fotografías intervenidas gráficamente por el diseñador Nelson Ponce para una previa expo intitulada Imágenes de vida, y unos nuevos collages articulados por Claudia Álvarez con otros tantos registros de filmaciones de cintas como Miel para Oshún (2001), Barrio Cuba (2005) y su Festival de Gibara.
“Humberto Solás anda y desanda entre estas figuraciones. Por tanto, continúa su camino…”, escribió la García en las palabras al catálogo, en clara referencia a la resonancia dialéctica, multidireccional y transtemporal que el legado de un realizador como este logra en el campo cultural, allende la propia finitud corporal.
Estas fotos expuestas desde mañana primero de julio en el lobby del Jibá, son testimonios de las rutinas y las cotidianidades de un artista cubano, como lo son igualmente de pasajes del cine y el arte cubano en general. Más aún: de Cuba, que encuentra la verdadera sublimación en la creación, reveladora de la imagen que de ella tienen hijos como Humberto, quien según las referidas palabras de Alicia García: “se acercó a lo épico con mirada intimista y cuestionadora, sin hacer concesiones con vencedores ni vencidos de la Historia”. Pues desde “la razón y el delirio al mismo tiempo preservó la lucidez precisa para porfiar, siempre porfiar…”.
En un momento donde los registros cotidianos fotográficos y cinematográficos de corte doméstico, instantáneo, casual, son revalidados como documentos claves para comprender las singularidades microhistóricas de las épocas eternizadas en ellos, una propuesta como Un deseo… resulta legitimada doblemente tanto por su trascendencia emocional, como por sus magnitudes históricas. Así, Solás, con “su inmensa carga de ilusiones y desilusiones, inquietudes, dudas y esperanzas” continuará “volando en avanzada”, acorde las palabras de Alicia García.
Madrugadas de música electrónica
Gibara desde el cielo. Foto: Archivo
Entre las novedades que este año trae FIC Gibara están sus madrugadas de música electrónica. Del 4 al 7 de julio el festival internacional de música electrónica Eyeife pondrá a bailar al público de la Villa Blanca.
Las presentaciones del proyecto Electrozona, y los DJ Lejardi, Djoy de Cuba, Bjoyce, Edgaro (Productor en jefe), Harold y Oscar G conforman el calendario, que pretende llevar al evento una muestra de buena música electrónica contemporánea.
Eyeife busca posicionar a Cuba en el mapa de los principales circuitos de este género musical en el mundo. El evento nació como plataforma para promover aún más la proyección internacional de DJ, productores cubanos y la música contemporánea de la Isla; así como establecer sólidos puntos de contacto entre los artistas cubanos y de otros países. El festival celebra la unión entre la electrónica y las raíces africanas en nuestro país.
Asimismo, posibilita el trabajo de DJ y productores con exponentes del jazz, el rap, el rock y la danza, entre otras manifestaciones que ejercen una importante influencia en la cultura cubana y su proyección internacional.
Su primera edición, celebrada en 2017, reunió a cerca de 10 000 jóvenes en los escenarios del Instituto Superior de Arte y a un grupo de más de 100 artistas cubanos e internacionales. Sin dudas, un sí rotundo, un eyeife a la cultura cubana.
En video, el cine llega a Gibara:
(Tomado de FICGibara)