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Actualización del modelo económico: La hora del gas

Funcionarios de Cupet aseguran que hay balitas para todos los que las soliciten, y gas, producido por la empresa mixta Elf-GasCuba S.A. de Santiago de Cuba. Foto: Leonel Escalona Furones/ Venceremos.

Funcionarios de Cupet aseguran que hay balitas para todos los que las soliciten, y gas, producido por la empresa mixta Elf-GasCuba S.A. de Santiago de Cuba. Foto: Leonel Escalona Furones/ Venceremos.

En medio de las conversaciones sobre la “balita”, se habla de cocinas de inducción y cajitas decodificadoras. La ansiedad de que el gas licuado de petróleo (GLP) no alcance para todos, como ya pasó con las anteriores, signa los días de miles de guantanameros desde que se anunciara la venta liberada del combustible.

La información de la Empresa Comercializadora de Combustibles, Cupet, ha sido extensiva y profunda. Las principales inquietudes de la población cada vez han sido respondidas y aclaradas, pero la gente sigue anotándose en listas-colas que pudieran funcionar o tirarse por la borda cuando llegue el momento.

Para sumarse a la horda de información aclaratoria, el periódico provincial de Guantánamo, Venceremos, desandó puntos de venta de la ciudad, conversó con pobladores, trabajadores de la empresa y representantes del Poder Popular…

Lo que pasará, según Cupet

Maylín Rodríguez Fuentes, comunicadora de Cupet. Foto: Leonel Escalona Furones/ Venceremos.

Maylín Rodríguez Fuentes, comunicadora de Cupet. Foto: Leonel Escalona Furones/ Venceremos.

La primera pregunta a Maylín Rodríguez Fuentes, comunicadora de esa unidad, es la de todo un pueblo. ¿Alcanzarán los cilindros para la totalidad de las personas que aspiran a tener gas licuado en casa? ¿Hay combustible para respaldar la sostenibilidad a largo plazo? Ella afirma que sí.

Estamos hablando, aclara, de 28 mil nuevos contratos en los primeros momentos, según los estudios de mercado. La empresa, empero, ha tenido tiempo suficiente para prepararse: desde que iniciaran las primeras experiencias en Cuba, han pasado unos tres años.

“Las personas deben saber que la infraestructura está creada para que la venta liberada de GLP sea un proceso que inicie y no pare. Hay recursos suficientes para mantenerlo... presillas, mangueras, cilindros, gas y capital humano”, abunda en una entrevista online.

De hecho, Guantánamo arranca con la automatización de sus puntos de venta, “algo sin precedentes en otras provincias” y con un sistema que simplifica las colas y el tiempo del trámite, pues, en un día y sin moverse del punto, puede hacer su contrato, legalizar su “balita” y comprar el producto.

Aclara que por cada núcleo familiar, o tarjeta de abastecimiento, pueden hacerse dos contratos, cada uno de los cuales tiene derecho a arrendar dos cilindros de 10 kilogramos, y comprar en ese primer momento un kit de accesorios con un regulador, dos presillas y dos metros de manguera.

Es un proceso liberado, pero regulado, pues siguen requiriendo los controles de Oficoda y el uso de la libreta de abastecimiento, al decir de Rodríguez Fuentes, “como una manera de garantizar que las familias puedan acceder con igualdad de oportunidades” al ventajoso combustible.

Para completar la relación contractual, a realizarse en el punto más cercano, las personas deben presentar su carné de identidad y la tarjeta de abastecimiento, cuyas direcciones tienen que coincidir.

Hay, además, tres variantes: quienes ya son clientes de gas licuado, aquellos que adquirieron “balitas” de manera ilegal sin contrato, y los que no disponen de ninguno de los anteriores.

Los usuarios normados deben actualizar su contrato –un proceso que, asegura Maylín inició hace seis meses en la provincia-, para poder rellenar sus “balitas” cuando lo requieran –con carné y tarjeta-, y tienen la posibilidad de comprar un segundo reservorio si solo disponen de uno, cuando quieran.

Mientras, quienes adquirieron los cilindros de manera informal tienen hasta el 5 de septiembre para acudir al punto, hacer el contrato y legalizar hasta dos de estos por 200 pesos, la mitad del precio regular de arrendamiento.

Para ser aceptadas en el sistema, las “balitas” serán revisadas por el almacenero de estos establecimientos, pues “existen muchas en mal estado, que cumplieron su vida útil y no han sido reparadas, e incluso algunas criollas, todo un peligro”, explica la también ingeniera industrial.

Finalmente, quienes no tienen contrato ni “balitas”, a partir de este lunes y sin límite temporal, pueden hacer un contrato, pagar el alquiler de hasta dos cilindros, a 400 pesos cada uno, y adquirir un kit de cuatro accesorios.

El trámite, aclaró la funcionaria, es personal, de modo que solo puede legalizarlo quien será su titular, siempre un ciudadano mayor de 18 años. En el caso de quienes estén fuera del país o que por otras circunstancias no puedan legalizar sus cilindros en tres meses, tendrán que arrendar nuevos.

Igualmente, aclaró que el tiempo de alquiler de los medios dura lo que el contrato, este último puede ser traspasado a otra persona o trasladado, en caso de mudanza; y las balitas rellenadas cuantas veces se requiera.

Sobre los límites territoriales de la medida, la funcionaria arguye que pueden acceder al gas las personas de la ciudad y las zonas suburbanas, entiéndase Cecilia, Paraguay…, quienes deberán trasladarse a los mismos puntos dispuestos en la urbe.

Los clientes tienen la posibilidad de solicitar el servicio de instalación del servicio, por 6.25 pesos y con un plazo de 15 días para atender la solicitud, al número 21-325898, el mismo disponible para otros servicios postventa.

Mientras, los cuentapropistas elaboradores de alimentos pueden solicitar un contrato por cinco “balitas” de 10 kilogramos, si presentan su carné y los documentos que los identifican como trabajadores por cuenta propia, independientemente de las que pueda adquirir por sus núcleos familiares.

Para más información, los interesados pueden llamar al 21-327487 para lo relativo al proceso de venta liberada de GLP, o escribir al correo electrónico ventaliberadaglpecgtm.cupet.cu.

Ay, las colas

La cola aledaña al punto de San Justo es la más concurrida y polémica en vísperas del lunes, cuando inicia la venta liberada. Foto: Leonel Escalona Furones/ Venceremos.

La cola aledaña al punto de San Justo es la más concurrida y polémica en vísperas del lunes, cuando inicia la venta liberada. Foto: Leonel Escalona Furones/ Venceremos.

“Ay mija, las colas son el mal del cubano, imagínese, son tantas las veces que empiezan a vender algo y se acaba…”, me dice Leidi Alicia Cuesta, una jubilada de 65 años que, frente al punto de 7 Oeste entre Crombet y Aguilera, lleva el registro de una “lista” para cuando empiece el proceso.

Asegura que es desinteresada. “Escuché la noticia, pregunté por alguna cola y como no vi a nadie, empecé el listado. La gente viene, los apunto, les digo que tienen que darse sus vueltas, también para que acompañen, y les doy su número. Ya va por el mil 938”, me dijo el martes 30.

El proceso transcurre con naturalidad. La mujer, de tez morena y con una gorra tipo bolchevique que le da un tono bonachón, repite las indicaciones ante la incipiente cola que, en un santiamén, se ha formado a su alrededor.

En el corredor donde espera a los futuros clientes de Cupet, una nota explica que cada día a partir de hoy lunes se entregarán 100 tickes a la población y 25 capacidades para discapacitados, apuntados aparte, y que cuando empiece la venta las personas tienen que ir el día anterior para asegurar su puesto.

Casimiro Caballero López, presidente del Consejo Popular número 6 Centro Oeste, reconoce que “la cola es una iniciativa de las personas. Yo no tengo nada en contra, y si se respeta sería muy bueno, pero también podría generar problemas. Para garantizar el orden, convocamos al jefe de sector, y por supuesto, estaré aquí también pendiente a todo el proceso”.

Dentro del punto, las opiniones se inclinan más a la preocupación. A Elizabeth García Novas, trabajadora de Cupet que apoyará el trabajo allí en los primeros tiempos, le inquieta la lista vecinal, que conocen, pero a la cual están oficialmente ajenos. “Nosotros no tenemos que ver con las colas ni las listas”.

Una opinión compartida por cuanto funcionario de la empresa contactamos, incluida Rodríguez Fuentes, quien aseguró que su organización “no se hace responsable por las colas”, que “son un problema social” y alertó que ante las indisciplinas las ventas se detendrán.

En el punto en cuestión se alistan detalles eléctricos. En el almacén hay decenas de cilindros llenos y kits de accesorios, mientras, en la oficina, las dos computadoras ya están conectadas a red, y los trabajadores, Elizabeth incluida, cada tarde se adiestran con el programa informático Gaspo.

Las listas también han “tomado” los alrededores del punto de 1 Oeste entre 5 y 6 Sur. “Nos rotamos la responsabilidad, siempre entre personas serias. Aquí no se canta cola ni nada. Lo hacemos para ayudar”, dice Sandra Fragosa, maestra que ese día se ocupa de la libreta.

“El plan, continúa, es entregarle los registros –para ese día se habían anotado más de 7 mil 500 personas-, a la delegada o alguien que se responsabilice de la fila, y garantizarle asiento, mesa y otras atenciones. Hablamos con la delegada y cree que es una buena manera de organizarnos”.

De todas estas colas tempraneras, la de San Justo es la más problemática. Con menos sentido comunitario, la práctica de “cantar la cola” cada tarde, provoca malestar entre las personas y abre brechas para los revendedores.

“Porque además, esto de cantar, los horarios, no están hechos para que el trabajador se beneficie. Solo quien no tiene trabajo fijo y le sobra el tiempo, puede garantizar su puesto”, opina Heriberto García, poblador de San Justo que desistió de hacerse un espacio en la singular fila.

De los puntos visitados para este trabajo, solo está libre de tickes, números y filas, el del reparto Caribe, una zona ampliamente gasificada donde, a la hora de nuestro arribo, solo esperaban personas para actualizar sus contratos, cuya cuota se mantendrá en lo adelante.

¿Cuál será la fórmula correcta? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto, Cupet parece haber engrasado bien sus motores y no podríamos pedir una población más expectante.

Precios en Moneda Nacional: - Arrendamiento de cilindros de 10 kg- 400 pesos - Legalización de cilindros de 10 kg- 200 pesos - Paquete de accesorios (manguera, regulador y presilla) 76. 50 pesos - Llenado del cilindro (gas) 110 pesos. Infografía: Roxana Romero Podríguez/ Venceremos.

Precios en Moneda Nacional: - Arrendamiento de cilindros de 10 kg- 400 pesos - Legalización de cilindros de 10 kg- 200 pesos - Paquete de accesorios (manguera, regulador y presilla) 76. 50 pesos - Llenado del cilindro (gas) 110 pesos. Infografía: Roxana Romero Podríguez/ Venceremos.

(Tomado de Venceremos)