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Obama arremete contra la bandera confederada en Charleston

 El presidente Obama acudió al funeral del pastor Clementa Pinckney, una de las víctimas del atentado supremacista en Charleston. Foto Reuters.

El presidente Obama acudió al funeral del pastor Clementa Pinckney, una de las víctimas del atentado supremacista en Charleston. Foto Reuters.

El presidente estadunidense, Barack Obama, se refirió hoy al polémico uso de la bandera confederada, al sostener que simboliza no solo un legado sino también el sometimiento racista.

El presidente Barack Obama rindió un vibrante homenaje en Charleston (sureste de Estados Unidos) al pastor Clementa Pinckney, figura de la comunidad negra local, caído junto a otros ochos feligreses bajo las balas de un joven supremacista blanco.

Ante miles de personas reunidas en la sede de la Universidad de Charleston, a pocos pasos de la iglesia Emanuel, donde se desató el drama el 17 de junio, Obama, visiblemente emocionado, saludó la memoria del pastor Pinckney, "un hombre de Dios, un hombre que creía en días mejores".

"Cegado por el odio, el presunto asesino no pudo ver la gracia que irradiaba el reverendo Pinckney", dijo Obama sobre este pastor al que conocía personalmente.

Para Obama, estas "muertes sin sentido" ponen en primer plano dos temas espinosos de su presidencia: el regular la tenencia de armas de fuego, sobre lo cual nunca tuvo éxito pese a numerosas tentativas, y las persistentes divisiones raciales existentes en la sociedad estadunidense.

"Hemos estado ciegos frente al caos único que la violencia de las armas de fuego inflige a este país", señaló el mandatario, quien llamó al país a iniciar una verdadera reflexión sobre este tema.

El presidente se refirió también al "dolor" causado por la bandera confederada, símbolo para muchos estadunidenses del pasado racista del país, y que ha sido ignorado "durante demasiado tiempo".

"Durante demasiado tiempo hemos permanecido ciegos frente al dolor que causa esta bandera confederada en varias ciudades", afirmó.

"Es cierto que no fue una bandera la que provocó este ataque, pero (...) esta bandera ha representado siempre más que el orgullo ancestral (...) para muchos, negros y blancos, esta bandera es un recordatorio de opresión sistemática y sometimiento racista. Ahora nos damos cuenta", dijo.

"Cualesquiera que sean las soluciones, serán necesariamente incompletas. Pero sería traicionar todo por lo cual luchó el reverendo Pinckney si nos quedamos de nuevo en silencio", dijo Obama.

El mandatario concluyó su elogio entonando a solas, y luego acompañado por los presentes, el canto Amazing Grace, un himno cristiano muy popular en Estados Unidos.

Jacqueline Dupree, de 44 años, pastora de Gainesville en Florida (sureste) en una iglesia de la misma congregación (African Methodist Episcopal Church), vino por "la necesidad de reunirse" y para escuchar "las palabras de consuelo" por parte del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos.

Desde el jueves, numerosas personas comenzaron a converger en Charleston para las primeras exequias de las víctimas. Otras están previstas a lo largo del fin de semana.

Además de Obama y su esposa Michelle, el vicepresidente Joe Biden y numerosos legisladores del Congreso de primer rango como el presidente republicano de la Cámara de representantes John Boenher, estuvieron presentes en la ceremonia.

También participó Hillary Clinton, candidata demócrata a la elección presidencial de 2016, que denunció la tragedia "como un acto de terrorismo racista", quien fue largamente aplaudida al comienzo de la ceremonia.

Hace dos años y medio, luego de la masacre en la escuela primaria de Sandy Hook, en la cual murieron 20 niños, Obama pronunció un discurso a un país conmocionado. Pronunciando durante una ceremonia ecuménica los nombres de los 20 niños asesinados en su escuela, el presidente llamó a los estadunidenses a cambiar para que "se acaben estas tragedias".

Cuatro meses más tarde, el Senado enterraba la reforma para la cual había pedido sus votos y que habría hecho en particular obligatorias las verificaciones de antecedentes judiciales y psiquiátricos de los compradores de armas en las ferias especializadas.

"Seamos claros", advirtió Obama con el semblante crispado tras el tiroteo de Charleston, "en algún momento, deberemos admitir el hecho de que este tipo de violencia no se registra en otros países desarrollados, no con la misma frecuencia".

"Debemos ser capaces, colectivamente, de hacer evolucionar nuestra forma de pensar sobre la violencia generada por las armas", precisó el mandatario, sin hacerse ilusiones sobre la posibilidad de un avance legislativo sobre el tema de las armas antes de su salida de la Casa Blanca, en enero de 2017.

(Tomado de La Jornada)