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Savón: "La frase famosa de 'la técnica es la técnica' la dijo Teófilo"

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Félix Savón preparándose para una de sus peleas.

Por Laura Rodríguez Fuentes

Conversaba en una mesa del Boulevard santaclareño con el escritor Lorenzo Lunar; Idiel García, el presidente de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia, y los trovadores Roly Berrío y Alain Garrido. Confieso que conozco muy poco de deporte, pero las caras de quienes han dado gloria al país no se me despintan.

De pronto, a mi lado, nada más y nada menos que Félix Savón. ¡Félix Savón!, gritamos. ¡Ahí va Savón! Pocos se habían percatado de la presencia de ese gigante vestido con el característico traje deportivo.

Tras su llegada a nuestra mesa comenzaron a aplaudir, no daban crédito a sus ojos. Permitió que le fotografiaran, sonreía, se ponía en posición de combate. Es un hombre de palabras cortas, pero no necesita un discurso fluido para brillar.

«Villa Clara me ha apoyado mucho, es una provincia de boxeo. Existe mucha nobleza y humildad aquí», dijo en cuanto llegó a la mesa.

—En el boxeo cubano, ¿en qué lugar se coloca?

—Yo, de segundo.

—¿De segundo de quién?

—Del más grande, ¿de quién va a ser?, de Teófilo Stevenson. Él que más resultados tuvo en el mundo.

— ¿Y Kid Chocolate?

—Nunca lo vi pelear. Lo vi ya viejo. Iba a muchos «Cardines» con nosotros.

— ¿Su hijo está compitiendo aquí en el Playa Girón?

—Félix Mario Savón. Ganó hoy en los 81 kilogramos. Me siento feliz. También está Erislandy... Es impresionante lo que los Savón hicieron. Estamos dando pelea desde la colonia española. Nuestro apellido viene de los haitianos. Un tío mío peleó en la Guerra de Independencia del 95 junto a Maceo. Mi abuelo le puso a mi papá su nombre: Félix. Y ahora yo lo tengo por él. Nombré a mis hijos así. Tengo cinco hijos, y no tengo más porque… no sé…

—¿Todos han seguido el deporte?

—Lo siguen porque lo sienten.

—Sabemos que también pinta, ¿no es así?

—No he tenido resultados. Tengo muchos cuadros en la casa y se están echando a perder porque no los compran (ríe).

—¿Qué dibuja?

—Lo que he sufrido en el deporte y otras cosas. ¿Tú conoces lo que es un barracón? Pues yo nací y me crié en un barracón. No fue tampoco un problema, debo decir.

—Antes de ser boxeador ¿a qué se dedicó?

—Yo nací en San Vicente, en un campo de Guantánamo. Me costaba trabajo, porque allí no había recreación. Jugábamos a la gallinita ciega, a los escondidos. A veces jugábamos a la pelota. Toda la mañana en una paila, haciendo historias, que si venían los norteamericanos, que si jugábamos a defender el lugar. Mi mamá era machetera y trabajaba en la caña. Mi papá hacía ladrillos en Caimanera.

«Yo era el único hijo varón. Era el paño de lágrimas de mi papá. Lavaba, planchaba… todo lo que me decía mi mamá, y nunca decía que no. Me cuesta decirle que no a nadie. Mi hermana empezó en el atletismo. Yo pasé para Jamaica, el municipio, y empecé en el atletismo. Hubiera podido ser como Juantorena (ríe), porque todavía corro muchísimo.

«Después vinieron a captar gente para remo y me inicié en eso.

«Al boxeo caigo por necesidad, porque quería entrar a la EIDE. Entonces, un día llegó el profesor de boxeo preguntando quién quería practicarlo, y levanté la mano enseguida. Dijo: Pulpo, baja la mano y guarda las teclas del piano antes de que se le caigan. Me preguntó si quería, y yo no lo dejé ni hablar».

—¿Peleó con alguien cuando eras niño?

—Bueno, sí. Estaba en cuarto grado. Había un tal Gustavo que me estaba buscando bronca y yo no sabía ni boxear. El tipo conocía más de boxeo que yo, y se movía, pero lo «destimbalé».

—Boxeaste también con la izquierda, ¿eh?

—¿Cómo que no? Mucho. Una vez tiré a Enrique Carrión. ¿No has visto a Erislandy, que ha noqueado dos veces con la zurda?

«Mira lo que tengo», dijo y mostró su hombro con una protuberancia considerable. Enseñó sus manos deformadas por tantas peleas.

—¿Hay diferencias en el boxeo actual con el de antes?

—Nada es igual. El profesionalismo es malo porque no cuida al hombre. Si eres boxeador, el que se enriquece es el promotor.

—Cuando golpeas, ¿se siente algún placer?

—No, qué va. Ahora sí, cuando me tocan la cara me embrutezco. Me digo: Aquí sobra uno y no soy yo. No recuerdo cuántas veces me tocaron la cara.

—¿Es verdad que dijiste una vez que «la técnica es la técnica y sin técnica no hay técnica»?

—Creo que lo dijo Teófilo y me lo achacaron a mí. Bueno, no está mal dicho, está bien dicho. La técnica es la técnica y sin técnica no hay técnica, es como decir que Revolución es Revolución y sin Revolución no hay Revolución.

—Ahora es una canción de hip-hop santaclareña…

—Producto de la fama que tiene el compañero Félix Savón han hecho muchas cosas: chistes, obras teatrales…Yo no me pongo bravo, me pongo contento. Me pongo así (sonríe), y no puedo ni cerrar la boca.

—¿Sabes ser famoso?

—No puedes vivir con la fama porque a donde quiera que vayas te están mirando. Aquí mismo ando con unas chancletas.

(Tomado de Vanguardia)