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Ecos de Tromso: Lo mágico del número 7 (+ Fotos y Tablas)

ajedrez-tromso-cuba

El equipo que nos representó en Tromso.

Por MN Romelio Milián González

Cuba inicia su andadura en las Olimpiadas de Ajedrez en 1939, al celebrarse su VII versión en un país del continente americano, hecho inédito en su práctica, pues hasta ese momento el Torneo de las Naciones, como también se conocía a estos eventos, había sido patrimonio exclusivo del Viejo Continente.

En el mundo ajedrecístico existe una percepción generalizada  acerca de que estos encuentros -cuyo comienzo tuvo carácter anual, pero a partir de 1931 se hizo bianual- permiten confraternizar a personas provenientes de los cinco continentes y de las más diversas culturas y religiones.

Buenos Aires, Argentina, 1939; y La Habana, Cuba, 1966

Capablanca fue el mejor en Buenos Aires 1939.

Capablanca fue el mejor en Buenos Aires 1939.

Ambas alcanzaron connotación especial para América en general y en particular para nuestro país. Luego de 42 años de creada la FIDE, solamente dos países de nuestro continente pudieron acoger estas impresionantes fiestas del ajedrez en el orbe. Otro elemento a considerar es que en ambas ocasiones nuestro país lograría finalmente colocarse en el grupo principal.

Fuera de dudas, lo más sobresaliente de la participación cubana en esta lid argentina lo constituyó la presencia en el primer tablero del ex campeón mundial José Raúl Capablanca, así como su responsabilidad como capitán del equipo.

El evento constó de dos fases y Cuba logró incluirse finalmente en el grupo A, al ocupar la 11na posición. En total intervinieron 26 países.

Por cierto, resulta muy curioso acotar que José Raúl Capablanca ha sido el único de los reyes del ajedrez mundial que ha tenido el inusual privilegio de poder vencer  en su debut y adiós internacional: recordemos su triunfo en el match frente a Marshall, USA 1909, y su primer lugar en el torneo de San Sebastián, 1911, así como en su despedida al alcanzar la medalla de oro en Buenos Aires, 1939, aventajando al reinante monarca Alexander Alekhine.

Luego de algunas participaciones discretas en Helsinki 1952, Leipzig 1960, Varna 1962 y Tel Aviv 1964, se logra un importante punto de inflexión en La Habana 1966. Una Olimpiada con todos los atributos para ser recordada siempre, pues en su momento constituyó la mejor organizada entre todas las realizadas, además de propiciar el liderazgo en países participantes con 52, una cifra que en estos momentos nos parece exigua. También es menester recordar la Simultánea Gigante celebrada en la Plaza de la Revolución el 19 de noviembre donde participaron 6 400 tableros y como curiosidad anecdótica les refiero que concluyó bajó un impertinente aguacero.

En La Habana, gracias a una peleada victoria del MN Rogelio Ortega ante el maestro belga Joseph Boey, Cuba pudo acceder  a incluirse en el grupo A, aunque finalmente no pudo soportar el empuje de sus connotados rivales concluyendo en el puesto 14 y siquiera poder obtener empate alguno frente  a sus adversarios. Vale significar que entre los seis integrantes del equipo masculino, solamente Eleazar Jiménez poseía título de MI.

Tocando el cielo con las manos: Novi Sad 1990

La muerte se llevó a Guille antes de Novi Sad.

La muerte se llevó a Guille antes de Novi Sad.

Para estos tiempos varias cosas habían cambiado en el mundo del ajedrez. El ELO regía los designios en cuanto a adquisición de títulos internacionales y fortaleza de los torneos, incluso jugaba un decisivo papel en el pareo para aplicar el sistema Suizo, puesto de moda por la FIDE desde la Olimpiada de Haifa 1976, como una manera de enfrentar la gran avalancha de países participantes en estas lides.

Cuando prácticamente se disponía el equipo cubano a partir para Yugoslavia, la adversidad hizo acto de presencia al fallecer en un accidente automovilístico el GM villaclareño Guillermo García. El “Guille” constituía un verdadero puntal en el equipo, y de suplirlo en la nómina se encargó entonces el MI Joaquín C. Díaz.

En esta ocasión el evento contó con la participación de 107 países y por la media ELO de nuestros representantes se les auguraba un 18vo lugar, sin embargo, una vez más quedó demostrado la relatividad de los números y por supuesto hubo cambios radicales en la tabla final de posiciones, luego de ser aplicado el sistema de desempate. Por ejemplo, Cuba lograría su mejor ubicación histórica con 33 puntos de 56 posibles, válidos para un 58,9% que la situó en el 7mo lugar, gracias a sus resultados en matches (+8 =3 -3).

XXIX Ol.Mundial Novi-Sad Yugoslavia 16-xi/4-xii/1990

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Nombre

elo

+

=

-

Ptos/P

%

Elo riv

PR

1 Jesús Nogueiras 2550 2 9 1 6,5/12 54,2 2494 2523
2 Amador Rodríguez 2515 5 6 1 8/12 66,7 2470 2595
3 Walter Arencibia 2555 5 3 3 6,5/11 59,0 2447 2512
4 Reinaldo Vera 2485 3 3 4 4,5/10 45,0 2419 2383
5 Román Hernández 2455 2 3 1 3,5/6 58,3 2352 2409
6 Joaquín C. Díaz 2420 3 2 0 4/5 80,0 2348 2588
20 26 10 33/56 58,9

 

El equipo cubano enfrentó un ELO medio entre sus rivales de 2438, que unido al 58,9% alcanzado, hizo que concluyeran la lid con un Performance Rating (P.R) de 2503, cifra que no impresiona mucho, acorde al puesto alcanzado por el equipo. Si a usted le resulta poco comprensible este número, permítame comentarle que en ese momento a que nos referimos, en todo el orbe de los trebejos había 32 jugadores que sobrepasaban la cota de los 2600, y solamente Kasparov y Karpov superaban los 2800 y 2700, respectivamente.

Como pincelada curiosa podría señalarse que Cuba tuvo que enfrentar en las postrimerías del torneo a quienes finalmente se alzaron con las medallas de oro, plata y bronce. A saber, en la ronda 10 a la URSS (cosecha de 0,5 punto); en la ronda 13 a EE.UU. (2) y en la ronda 14 a Inglaterra (2). Queda claro que un equipo con aspiraciones de lograr posiciones de privilegio precisa contar con un primer tablero de contención o que sea capaz de barrer; segundo y tercero con muchos más que menos; y un cuarto que resista los embates de sus rivales.

Materializando un anhelo: Calviá 2004

Leinier (izquierda) y Bruzón fueron decisivos en Calviá.

Leinier (izquierda) y Bruzón fueron decisivos en Calviá.

Luego de haber escenificado toda suerte de eventos ajedrecísticos de la más variada índole, la única deuda  que tenía España con su afición y el mundo quedó saldada al escenificarse la versión 36 de la Olimpiada Mundial en Calviá.

En total acudieron 127 países; sin embargo, en esta oportunidad pudo percibirse con inusual fuerza un fenómeno que se originó en el decenio de los 90, al desintegrarse la Unión Soviética, ya que llama la atención que en los cinco primeros países finalistas, todos sus integrantes eran oriundos de la URSS. Y si llevamos el análisis a la selecta decena, solamente India, Cuba y Bulgaria pudieron conformar sus equipos con jugadores autóctonos.

Entonces, puede entenderse fácilmente el gran incremento en las fuerzas de los equipos de muchos países al poder contar en su nómina con jugadores de la disuelta URSS, razón por la cual cobra suma importancia el desempeño de nuestros representantes, el cual les muestro a continuación:

XXXVI Ol.Mundial Calviá España 14-31/x/2004

#

Nombre

elo

+

=

-

Ptos/P

%

Elo riv

PR

1 Leinier Domínguez 2645 5 5 1 7,5/11 68,2 2616 2749
2 Lázaro Bruzón 2637 6 4 1 8/11 72,7 2596 2771
3 Neuris Delgado 2554 2 6 2 5/10 50,0 2562 2562
4 Jesús Nogueiras 2546 4 3 3 5,5/10 55,0 2443 2479
5 Walter Arencibia 2516 2 5 0 4,5/7 64,3 2541 2643
6 Yunieski Quesada 2513 2 2 3 3/7 42,8 2525 2475
21 25 10 33,5/56 59,8

 

Según el ELO medio del equipo regular se le auguraba a Cuba el 18vo lugar. No obstante, se logró una posición final realmente de ensueño. Los cubanos alcanzaron 33,5 puntos de 56 posibles, gracias a +21 =25 -10. En los matches vencieron en 8 ocasiones, empataron en dos y perdieron cuatro. Cuba enfrentó un ELO medio de sus rivales de 2558, que unido al 59,8% alcanzado, posibilitó que obtuvieran un Performance Rating (P.R) de 2630.

En este desempeño de la Mayor de las Antillas merece resaltarse la admirable labor realizada por los jóvenes Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón defendiendo los tableros cimeros, donde alcanzaron 15,5 puntos de 22 posibles, pero lo más atractivo e impresionante fue el hecho  de jugar ambos para un P.R de 2749 y 2771, respectivamente.

Otro elemento que avala la extraordinaria faena realizada por la escuadra cubana es que tuvo que enfrentar a cinco rivales que finalizaron dentro de la selecta decena, a saber, Holanda 8(2,5); India (2,5); Ucrania (1); Rusia (1,5) e Israel (2). Precisamente, con excepción de los Países Bajos, el resto tuvo que enfrentarlos entre las rondas 10 y 14, por lo que puede apreciarse que el plantel antillano tuvo que desempeñarse en los pareos de las mesas principales en las postrimerías de la justa.

Admiración y loas: Tromso 2014

Isam fue de plata en el cuarto tablero de Tromso.

Isam fue de plata en el cuarto tablero de Tromso.

Lo real maravilloso de la pluriculturalidad es uno de los elementos de mayor impacto que singularizan a las citas olímpicas. Siempre reconforta volver a intercambiar y compartir con amigos de las más disímiles latitudes y longitudes del orbe.

La cita nórdica se caracterizó  por presentar una interesante gama de sucesos de la más variada índole, pero ajedrecísticamente hablando, la que más dejó su huella fue la sorpresiva victoria de varios David ante similar número de Goliat.

Cuba acudió a Noruega con un equipo regular donde todos sus jugadores sobrepasaban los 2600, hecho inédito para nuestro ajedrez. Esto propició que se le adjudicara el 13er puesto antes de comenzar la justa. Por cierto, de nuevo se aplicó la fórmula de otorgar dos puntos por match ganado y uno por empate. Luego de India, nuestro país fue el mejor ubicado en la tabla final de posiciones, acorde a lo que se le exigía por el ELO medio de su equipo.

XLI  Ol.Mundial Tromso  Noruega 1-14/viii/2014

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Nombre

elo

+

=

-

Ptos/P

%

Elo riv

PR

1 Leinier Domínguez 2760 3 7 1 6,5/11 59,09 2640 2705
2 Lázaro Bruzón 2664 6 4 1 8/11 72,7 2589 2764
3 Yunieski Quesada 2649 3 5 2 5,5/10 55,0 2565 2601
4 Isam Ortiz 2603 5 2 1 6/8 75,0 2572 2765
5 Yuri González 2550 3 1 0 3,5/4 87,5 2372 2694
20 19 5 29,5/44 67,04

 

Es oportuno destacar que nuestro equipo se desempeñó para el 67,04% de efectividad (el mayor jamás alcanzado antes)  ya que obtuvo 29,5 puntos de 44 posibles. Su score total en matches fue +7 =2 -2, válidos para 16 puntos y concluir igualados con Ucrania, Armenia, Israel y España. En sus enfrentamientos con quienes se incluyeron en el Top Ten salió airoso en las rondas 4 y 5 ante India e Israel (2,5-1,5), perdiendo en la séptima ante Azerbaiján (1,5-2,5). También resulta interesante acotar que aventajó a fuertes equipos como los de Holanda, Francia y Estados Unidos.

El equipo como tal tuvo un resultado muy compacto y cada jugador propició con su accionar tan significativo y admirable resultado. Leinier cumplió con su papel de contención ante sus ilustres y bien ranqueados rivales, baste recordar que 7 de ellos sobrepasaban la cota de los 2700, y en total perdió 5,2 en su coeficiente personal. En el tercer tablero, Yunieski Quesada también perdió algunos  puntos en su ELO; sin embargo, en la jornada de la despedida obtuvo un empate impresionante frente a David Howell, con lo cual garantizó la victoria (2,5-1,5) ante los británicos. Bruzón sencillamente estuvo inmenso, y en ocasiones se echó al hombro al equipo. Impresionante su 2764.

Mención aparte merece el defensor del 4to tablero, GM y Campeón Nacional Isam Ortiz, cuyo 2765 de Performance Rating habla claramente de su excelente desempeño al quedar como el mejor segundo hombre en su tablero. El debutante, GM Yuri González, hizo con eficiencia su tarea y su 2694 es, tal vez, su mejor P.R. histórico.

En mi opinión, cada una de las mejores  actuaciones de los conjuntos masculinos olímpicos cubanos tiene su encanto, su valor y su carácter peculiar. El séptimo puesto de Tromso tiene varios elementos de gran relevancia y se caracterizan por ser únicos, por ejemplo, los dos reveses que experimentamos fueron por la mínima diferencia; todos los integrantes del equipo ganaron más partidas que las que perdieron; se obtuvo el mayor por ciento de efectividad jamás alcanzado por nuestros equipos con 67; y todo el equipo se las ingenió para sobrepasar los 2600 en el P.R. Sin embargo, aunque aplaudo con entusiasmo el resultado de nuestros ajedrecistas en tierra noruega, experimento la misma satisfacción que me produjeron los equipos en Novi-Sad 1990 y Calviá 2004.

En suma, cada momento tiene su espacio y cada triunfo o colocación importante al final de un certamen tiene un valor intrínseco para ser aquilatado en su justa dimensión y para la posteridad. Es por ello que cualquier comparación, con la mejor intención del mundo, fracasa ante la imponente realidad que presupone los necesarios cambios en las variables e instrumentos que se apliquen.