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En el centenario de Virgilio Piñera: Y de mi Cuba qué... ¡Aire Frío!

VirgilioUna feliz coincidencia: a  los pocos días de estrenarse Aire frío por Argos Teatro, Pancho García quién interpreta al “padre”, recibe el Premio Nacional de Teatro 2012.

Carlos Celdrán confiesa que la obra estremece –y no solo a los actores--  por la intensidad de su visión de la vida cubana… por eso la pequeña sala de la calle Ayestarán sigue repleta. Fue el escritor Humberto Arenal quien hace 49 años presentó al público habanero esta pieza. Cubadebate ofrece este pequeño sumario del impacto de la presentación de la obra, a partir de las entrevistas que realizara Carlos Espinosa y publicadas en el libro Virgilio Piñera en persona, de Edicione Unión, 2011:

“Yo nunca he faltado a ningunas de las puestas que han hecho de Aire frío: la del Teatro experimental de la Habana (1962), la del Taller Dramático (1967), la de Teatro Estudio (1981). Para mí Aire frío es la mejor obra de todas las que escribió Virgilio. Cuando asistí al estreno me sentí muy conmovida. Imagínate, se trata de una realidad familiar que él supo plasmar muy bien. (Luisa, la hermana)

El 8 de diciembre de 1962 se estrenó la obra. Hicimos  -recuerda Rine Leal en entrevista con Carlos Espinosa- un cálculo del número probable de funciones que se darían  (luego se dieron muchas más porque la puesta resultó un gran éxito) para pagarle a Virgilio una modesta suma de derechos de autor. Cuando le llevé los papeles para que los firmara, se asombró: “Es la primera vez que me pagan por montarme una obra”.

Tres años y medio atrás, cuando terminó de escribir la obra, eran muchos sus temores: “¿Soportaría el público las tres horas de representación sin revolverse en el asiento”…Ahora se disipaban por completo sus dudas, al ver Aire Frío, a teatro lleno y entusiasta. Algo de la emoción con que asistió a ese éxito se refleja en una entrevista que le hice en el Periódico Revolución a los pocos días del estreno:

Virgilio,¿cómo ves tu pieza Aire frío?

Rine, me gusta tu pregunta, pues resume otras preguntas que me he venido haciendo desde que escribí Aire frío. Cuando la escribí me preguntaba: ¿cómo la verá el público el día de su puesta en escena? ¿Cómo lo veré yo? ¿Cómo Aire frío se verá a si mismo?  Es decir, ¿qué “aire” presentará Aire frío? ¿Paralizará el corazón o lo hará latir hasta salirse del pecho?

La respuesta a estas preguntas la tuve, el día del estreno, a través de la actitud “conmovida” con que el público recibió la pieza: cada espectador asistía, en la medida que le tocaba, al desarrollo dramático (resumido en tres horas de representación), de su historia personal, de una parte; y de otra parte, de cincuenta y tantos años de historia nacional. En una palabra, se sintió identificado con mis personajes, respiró con ellos, rió, gesticuló; se vio en Luz Marina,“haciendo vestidos mañana, tarde y noche ara mal comer, mientras el calor, como una divinidad implacable presidía su vida”; en la patética figura de Ángel con sus fantasías y sus ensoñaciones; en la grandiosa imagen de Ana, “paño de lágrimas” de toda la familia Romaguera; en fin se vio en ese aire de ternura que recorre la pieza de principio a fin.

A Aire frío, cuya anécdota diríamos es la vida de una familia habanera, habrá que verlo como la plasmación dramática de un ciclo de la vida nacional cerrado definitivamente.

Programa Aire Frío.
Programa Aire Frío.

Se puede leer en el Programa de Mano lo que los autores teatrales escriben de Aire frío

Antón Arrufat: “Virgilio Piñera, al regresar de Buenos Aires en 1958, siente la necesidad de juzgar y contarnos la vida de su familia, y por tanto, su propia vida. Quiero ver en las largas y minuciosas escenas de Aire frío el proceso de la memoria que va restituyendo el pasado. El autor no escoge una anécdota, un hecho esencial como argumento, sino que todos los hechos constituyen la trama.

Aire frío transcurre en el tiempo y el es y  termina sin resolverse. Nada allí tiene solución porque los personajes no se han  logrado. No llegaron a realizar la vida que querían. En este drama atroz todos luchan  y jadean por ser. Cada cuadro se resuelve en sí mismo y se cierra con una pequeña derrota, y la obra alcanza esa rara unidad que otorga la existencia a un hombre, a una familia, y acaba por formar su retrato.”

Abelardo Estorino: “Leí Aire  frío en el año 59 y me entusiasmé con la minuciosa descripción de las frustraciones de una familia cubana. Di por sentado que no pasarían unos meses antes de que la obra se llevara a escena. Parece que la gran obra realista de que todos hablábamos era un poco absurda porque allí teníamos una obra en la que el autor había mirado lo que lo rodeaba, lo recreaba y…¿por qué no se montaba? Hemos tenido que esperar casi cuatro años para poder ver esta pieza en que Virgilio Piñera rompe audazmente con lo que llamaban su estilo para enfrentarnos a nuestra amarga realidad. Aire frío viene a calentarnos las orejas con su espejo del pasado. Bienvenida.

Calvert Casey: En frío: En primera lectura, Aire frío parece uno de los esfuerzos más sostenidos y de más envergadura realizados en Cuba en el teatro hasta este momento, en un plano estrictamente realista. En caliente: Como el teatro se escribe, en último término, para ver, si Aire frío pasa la prueba  de telón a telón, esta primera impresión podrá confirmarse. De ser así, será un momento feliz para el teatro cubano.”

“En nuestra familia la obra se comentó mucho. Hubo algunos que opinaron  que los problemas familiares no se debían mostrar así, que  no había por qué sacar los trapos sucios al sol. Virgilio se divertía muchísimo con esos comentarios, se moría de risa”

Luz Marina puede decirse que es un calco bastante exacto de la hermana. Claro que hay  detalles que él cambió. Yo, por ejemplo, no sé coser. Ojalá hubiera sabido porque me habría ayudado mucho. Y las opiniones sobre la pintura moderna que expresa Luz Marina son falsas. Yo no soy entendida en artes plásticas, pero conocía las cosas de Mariano, de Portocarrero, de los surrealistas…No sé por qué puso eso. En cambio, no nombra para nada mis simpatías por las ideas revolucionarias. Pablo y yo llegamos a guardar en nuestra casa propaganda del 26 de julio. Algún día voy a escribir sobre eso un libro que se llamará “Motivos y razones” (Luisa, la hermana)

Virgilio: ¿Qué quiero expresar con esta pieza?

Hay un personaje central que se llama Luz Marina, y en la pieza es el personaje dominante. ¿Qué pasa con ella? Es un personaje dominando por una obsesión: tener un ventilador. ¿Y por qué quiere tenerlo? Porque sufre los grandes calores. Ahora, ¿qué hay en el fondo de esa idea de tener un ventilador? Luz Marina es una persona alienada ante una sociedad de consumo. Esa idea de tener un ventilador en un país altamente subdesarrollado era la idea de machismos cubanos, que no se percataban de que aunque lograran poseer el ventilador, no por eso saldrían del subdesarrollo. Así, pues, esa idea era escapista y lindaba a su vez con lo ridículo y con lo patético. Ahora, si ampliamos la idea de Luz Marina al resto de la familia y eso lo ampliamos al resto de la familia cubana, vemos que el medio social cubano vivía obsedido por la sociedad de consumo en una sociedad n desarrollada y que no podía tener cubiertas todas sus necesidades. Pues bien, toda esta pieza gira alrededor de ese ventilador.”

* Entrevistas de Carlos Espinosa. Virgilio Piñera en Persona. Contemporáneos  Edición del Centenario. Ediciones UNION. 2011