Un tractor tira de un remolque que se convirtió en una piscina mientras circula por las calles del barrio "El Infernal" en San Andrés, Pinar del Río, Cuba. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
El momento que todos esperan llega cuando el conductor del tractor Osniel Hernández aparece con un remolque cubierto con una lona azul, creando una piscina móvil que recorrerá las calles de tierra del vecindario.
El 26 de julio, los padres locales Mariset Martínez y Yamian Valido tuvieron la idea de una piscina móvil en un tractor para hacer felices a sus hijos y luchar contra el duro calor del Caribe en el asentamiento acertadamente nombrado. En un vecindario lejos de los centros de recreación, los miembros de la comunidad ayudaron a hacer realidad la idea de la piscina del tractor, prestando lonas, proporcionando agua y pagando el petróleo del tractor.
“Queremos mantener a los niños felices en nuestra comunidad y esto no cuesta nada”, dijo Hipólito Marraron, presidente de la cooperativa que prestó el tractor, con la condición de que solo pudiera ser utilizado si los trabajadores agrícolas no lo necesitaran.
El tractor en “El Infernal” también es ocasionalmente puesto en servicio como ambulancia en un área con pocos vehículos de motor.
Después de que los operadores explicaron algunas reglas a los nadadores, la piscina de tractor realizó su primer viaje exitoso, ya que los niños salpicaron a sus vecinos para alentarlos a unirse a la fiesta, una fiesta que se convirtió en la atracción principal en un vecindario pobre pero ingenioso.
Cubadebate comparte esta vez la versión de la historia desde el lente de Ramón Espinosa, fotorreportero de la agencia AP.
Los niños van en bicicleta al remolque de un tractor que se ha convertido en una piscina en el barrio "El Infernal" en San Andrés, Pinar del Río, Cuba. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Después de crear algunas reglas para los nadadores, la piscina rodante realizó su primer viaje exitoso. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
En un vecindario lejos de los centros de recreación, los miembros de la comunidad ayudaron a hacer realidad la idea de la piscina rodante, prestando lonas, proporcionando agua y pagando la gasolina del tractor. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Un hombre refresca a su caballo en una laguna en el barrio "El Infernal" en San Andrés, Pinar del Río, Cuba. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Margarita Jiménez supervisa a los niños en la piscina y les enseña a algunos a nadar. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Osniel Hernández, trabajador cooperativo, también usa el tractor como ambulancia cuando los residentes necesitan ir al médico. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
El tractor se utiliza ocasionalmente como ambulancia en un área con pocos vehículos de motor. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Andrés Palomino Gallardo viaja en su carro tirado por una cabra por los caminos del barrio "El Infernal". Gallardo usa su carrito para hacer entregas. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Los niños juegan mientras esperan la piscina rodante. Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Un perro llamado Danger camina frente a la piscina rodante donde los niños nadan a medida que avanzan por las calles del barrio "El Infernal". Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Los niños que nadan en el remolque convertido en una piscina salpican juguetonamente a un hombre que lleva un cachorro, a lo largo de los caminos del barrio "El Infernal". Foto: Ramón Espinosa/ AP.
Los niños juegan alrededor de la piscina rodante en el barrio "El Infernal" en San Andrés. Foto: Ramón Espinosa/ AP.