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Cuba despide con llanto y compromiso a su líder histórico (+Video)

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cuba

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Nunca hubiese querido vivir un día tan sobrecogedor. El día que la Plaza de la Revolución fue templo y refugio, donde tanta gente llora aún.

Vinieron con su historia, con el recuerdo del guía fundador que guardan en el altar del hogar: una foto, un estandarte, una medalla. Pasaban muy despacio, como si quisieran hacer perpetua la despedida.

Ante la imagen de un líder de pie, de quien no se cansó de mirar al horizonte: unos, se cuadraron; otros, se detuvieron para gritar con el alma la pena; a todos se nos apretó el pecho.

“Ha sido muy fuerte, demasiado, él es el maestro, el que nos ha orientado y enseñado el camino correcto de la Revolución, la dignidad y la justicia mundial. Nunca lo vamos a olvidar, se va a quedar aquí, en nuestro corazón”, nos dijo la maestra de toda la vida, Lourdes Espinosa.

Él, cual guerrillero del tiempo se ha ido para ganarle la batalla a la vida, para hacerse eterno. Sus manos largas y huesudas no estarán para indicar el rumbo, pero ahí están sus palabras, sus consejos y doctrinas, para tenerlo cerca cada vez que la añoranza quiera intimidarnos.

Nelson apenas se veía en medio de la interminable fila: “Nuestro Comandante hizo mucho, tres o cuatro horas esperando aquí para rendirle homenaje no es nada. Él merece más. Por él y por nosotros somos y tenemos que ser capaces de echar pa´ lante esta Revolución, no hay alternativa”, aseguró el informático.

Extrañaremos al hombre vestido de verdeolivo, al orador de la estrella en cuya frente el cielo empieza, al movilizador innato, seductor de multitudes e idealista empecinado. Pero tenemos la fortuna de poder regresar una y otra vez a él, a recapitular su vida, que es y será biblia de los humildes.

Julio Camacho Aguilera nos comentó su irrefutable certeza: “Fidel no se nos va, físicamente se podrá marchar, pero jamás desaparecerá. Igual que Martí y Maceo, ahí está Fidel. Ustedes, la gente joven, estudien mucho a Fidel. No solo su acción, sino cómo pensaba y actuaba, cómo nos fue instruyendo, educando. Fidel no se va, se queda aquí, con nosotros”.

Ana María del Toro salió del interior del Memorial José Martí del brazo de un familiar, porque “no quería venir sola. No hay fuerza para resistir el dolor que se siente, perder a este hombre, adaptarnos a vivir sin él, duele mucho”.

Hoy, Fidel es “como todos los demás, porque a todos nos llega la hora, pero quedarán las ideas”, nos advirtió él hace muy poco, como buen padre que prepara a sus hijos para la despedida. No obstante, la noticia nos desveló, pero no nos puede dejar sin sueños. El compromiso contraído es mucho más fuerte que la muerte.

Aún la Plaza está llena. La multitud ha querido rendir tributo al líder, de todas partes han llegado, incluso sabiendo que allí el dolor comprime el espíritu y anuda las gargantas. Imposible nombrar todas las sensaciones de esta jornada, donde solo hemos sido un pueblo que llora y evoca.

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cuba

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cuba

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

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Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Cuba despide a su líder histórico. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Desde la Plaza de la Revolución, el dolor no se comparte, se multiplica. Como dijo Fidel, en este mismo lugar cuando el pueblo rindió honores a los mártires del crimen de Barbados, en 1976. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate