La Habana es una ciudad que atrapa. A algunos por su belleza, a otros por sus conflictos y su manera singular de existir. No importa si hay sol radiante o lluvias persistentes. Mucho menos si el transeúnte es visitante o residente.
Cada ciudad tiene sus marcas, señales identitarias, imágenes inevitables en el entramado de sus calles. La Habana es una ciudad maravilla. Compruébelo usted mismo.