Foto: Archivo.
El Gobierno de Estados Unidos aporta, cada año, no menos de 20 millones de dólares a más de cincuenta grupos de la contrarrevolución cubana, la mayoría de Miami. Estos, a su vez, triangulan parte de estos fondos hacia la “disidencia” interna cubana y, de manera creciente, también a organizaciones ubicadas en Europa.
Estas, con apoyo de grupos como el Partido Popular Europeo, hacen una labor de lobby, con el fin de destruir el actual Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación Cuba-Unión Europea.
Además, ejecutan acciones contra el turismo al país, contra empresas europeas inversoras, contra la cooperación médica cubana, contra las giras de artistas de Cuba o contra sedes diplomáticas cubanas.
En su agenda está también la presión para anular cualquier fondo europeo para la cooperación en Cuba o la persecución judicial a periodistas y activistas de la solidaridad.
Apoyar públicamente el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba–lo saben– es impresentable. Por lo que su mensaje es que este bloqueo no existe, que solo es una excusa del Gobierno cubano para tapar su ineficiencia. La pregunta es obvia: ¿por qué entonces no piden su eliminación para acabar con la “excusa”?
Porque –lo saben también–, Cuba tiene un extraordinario potencial educativo, científico y cultural, que impulsaría el despegue económico inmediato tras el fin del bloqueo. Por eso taponan ingresos, créditos e inversiones.
Pero a estos grupos asalariados, subcontratas mercenarias de EEUU, ¿cómo los presenta la prensa europea? Como “asociaciones del exilio cubano”, incluso como “ONG de derechos humanos”. ¡Alabao!
En video, El olor a dólar del anticastrismo en Europa
(Tomado de Cubainformación)
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