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Terminal de Ómnibus en Sancti Spíritus: En el paraíso

Terminal de Omnibus de Sancti Spíritus. Foto: Archivo.

Bueno pues les contaré que anoche estuve hora y media en un “Paraíso”, la nueva Terminal de Ómnibus Nacionales de Sancti Spíritus que ya en febrero cumplirá un año de inaugurada.

Resulta que mi hermano (que vive en Yaguajay) necesitaba viajar a La Habana ayer 21 de enero y hace unos días le compré un pasaje para las 9 de la noche (increíblemente sin intermediarios) que allá en Yaguajay, ni con intermediarios pudo resolver.

Vino temprano para Sancti Spíritus para nuestra casa de toda la vida. Había amanecido pensando en todo lo que en tan breve tiempo se nos presentaría como dificultades a las que ya estamos acostumbrados en el referido establecimiento (la Terminal).

Había que estar una hora antes para rectificar el pasaje y en "Comisión de Embullo" mi hijo, mi nuera y yo fuimos con él a despedirlo, aún con la "chifladera de monos" que había (léase, frío), era tanto el frío que al parecer éste estaba soldando las piedras que el sol se encargó de rajar el pasado verano, fuerte de verdad los dos: el frío ahora y el sol entonces.

Llegamos al “recinto”, (aclaro otra vez, a la Terminal). Cuál fue nuestra sorpresa, sobre todo la mía, que desde que pusimos un pie en el primer escalón que da acceso a los salones me di cuenta que la limpieza era impecable. Yo, intrusísima al fin, me puse a fijarme en todo; no había en el piso ni siquiera el más mínimo papelito, ni una colilla de cigarro, ni líquidos derramados en un rincón, es más, no habían ni perros que siempre han sido puntos fijos en las terminales de ómnibus, pues ni eso había; una limpieza extrema en pisos, paredes, asientos, en todo…eso me sorprendió.

Por otra parte, cuando nos dirigimos a la oficina a rectificar el pasaje como habitualmente se hace, el señor que se ocupa de eso se puso de pie, nos saludó y nos extendió su mano a los 4, un señor de mediana edad, uniformado con muy buena presencia y los zapatos como acabados de limpiar, en fin, rectificó el pasaje y nos condujo al salón de espera frente a su oficina; una salita muy cómoda y elegante, con un televisor en la pared el que nos preguntó si deseábamos que lo encendiera (andaba con el control en su mano), así mismo nos preguntó si deseábamos que conectara el aire acondicionado , a lo que respondimos no por el tremendo frío que estaba haciendo, nos informó que ahí teníamos acceso a la antena Wi FI y nos indicó dónde había instalado un tomacorrientes por si necesitábamos cargar el celular…ya yo estaba entrando en Shock y no me parecía real tan respetuoso y desacostumbrado tratamiento, (y me decía a mí misma, esto no puede ser posible, dónde estoy?)

Casi me da el ataque cuando veo que el señor mete la mano en su bolsillo, saca un celular y me dije, ya metió la pata el hombre, se terminó el encanto, marcó un número, habló delante de nosotros.

Estaba llamando a la Terminal de Ómnibus de Ciego de Ávila a ver si el carro en el que mi hermano viajaría había pasado en tiempo por Ciego y muy sonriente colgó y nos dijo, no se preocupen el ómnibus viene en tiempo (me dio tremendo tapabocas sin mano)…y vino en tiempo; a las 8:50 ya estaba entrando a la Terminal el Ómnibus.

Para acabar de remachar el clavo, hay una oficinita detrás de ese salón en el que estábamos que es donde se dejan los equipajes para subirlos al Ómnibus; el señor que ahí trabaja enseguida se puso de pie y vino hasta a nosotros a desearnos buenas noches, que raro.

Por supuesto que había otras personas esperando como nosotros, pero casi todas estábamos comentando en voz baja lo inusual y agradable de una espera la que imaginábamos torturante como cada vez que estamos en un lugar como este.

Salió la guagua a las 9 de la noche en punto, nos despedimos y cuando vamos saliendo del saloncito de espera (con puertas de cristal), el colmo fue que el brazo que les ponen a las puertas arriba para que se cierren solas que ahora mismo no recuerdo como se llaman, ¡funciona todavía!…Iré al psiquiatra porque estoy en shock, no lo puedo creer.

Ví algunas luces en la sombra…Gracias a Dios.

(Tomado del Grupo de Facebook Yayabo está en la Calle)