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Somatón: ¿Exagerado o precavido? (+ Fotos)

Muy pocos vehículos aprobaron la primera vez y algunos llegaron a presentarse hasta en diez ocasiones. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Habana, Cuba. Oscurece. El falso invierno tropical impone el horario incómodo que hace de las 6 de la tarde la primera hora de la noche. Miramar, Playa. Cuando el taxi para, el hombre se monta, con los papeles del trabajo que acaba de terminar en un bolso y los audífonos puestos para evitar escuchar la música ajena. El Chevrolet de los 50´s circula ligero. Ignacio no va cómodo, pero está acostumbrado al viaje compartido. Cansado, cabecea durmiéndose. Línea, cerca de Malecón. La maniobra brusca lo saca del estupor. La palabrota del chofer, el grito de otro pasajero dentro del carro… parece un de ja vú, pero no.¡Puñetera suerte! El eje partido, la goma salida, el automóvil de lado en medio de la calle…diana perfecta para cualquier otro vehículo que no hubiese frenado a tiempo.

“He tenido tres accidentes en almendrón: en el puente de La Lisa; en Playa, antes de doblar 10 y en las inmediaciones del Malecón. Las tres veces ha sido lo mismo. De casualidad no me he muerto”, narró José Ignacio Escalante.

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Que los vehículos se encuentren en estado óptimo contribuye a la seguridad vial. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

El experimento por el que hoy se organiza la transportación privada de pasajeros en La Habana establece, entre otras normas, que para habilitar las licencias con las cuales se puede ejercer esta actividad por cuenta propia, aquellos vehículos inspeccionados antes del 1ro de julio de 2018 deben volver a hacerlo, aun teniendo el llamado somatón vigente.

Suspender la mencionada revisión consta como una de las principales razones por las que se han retenido permisos de trabajo y hay menos automóviles prestando servicio a la población.

Para Guadalupe Rodríguez, directora de Planeamiento de la Dirección General de Transporte de la ciudad, no debe verse como una imposición, sino como evidencia del interés por la seguridad vial, pues los desperfectos técnicos figuran entre los motivos fundamentales de los accidentes de tránsito.

Aunque en este sentido Gabriel Brooks, jefe de la planta de revisión técnica automotor de la capital, aseguró que la entidad lleva años trabajando en conjunto con la Policía Nacional Revolucionaria y desde el 2017 el estado de los carros no aparece entre las primeras cinco causas de responsabilidad de accidentalidad, según datos públicos de la Comisión Nacional de Seguridad Vial (CNSV),el cuatro porciento de los siniestros de tránsito en Cuba todavía se deben a ese factor, que permanece como la segunda fuente de los incidentes con consecuencias masivas.

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Debido a la cantidad de automóviles que forman parte del experimento de transportación de pasajeros, en la planta se habilitaron condiciones especiales para los porteadores privados. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

El 24 de septiembre último comenzó el proceso de revisión técnica a los vehículos participantes en el experimento. De conjunto con la Empresa de Revisión Técnica Automotor (ERTA), estuvieron a cargo Inspección Estatal y funcionarios del Ministerio de Transporte (Mitrans), que siguieron de cerca las revisiones. Mediante esa colaboración –octubre de 2018 a febrero de 2019– no solo se fiscalizó mejor el trabajo, también se les dio herramientas a los inspectores del ministerio para realizar los exámenes en la calle y extender los parámetros a otras provincias.

Julio Cintra, director de ERTA, detalló que, entre las medidas organizativas tomadas para facilitar la inspección, se flexibilizaron los horarios de atención al sector privado, posibilitándoles acudir a diario –normalmente era lunes y jueves–; se incorporó a la nave un comercial para atender más rápido; se exigió la presencia de los propietarios, no solo de los choferes; y se les explicó la condición de sus vehículos.

“Aquí en la planta de La Habana hay dos naves, con seis líneas en total. En cada una contamos con tres inspectores y un supervisor. Destinamos una nave solo para los porteadores privados, por lo que había doce personas en función de esa tarea a diario”, añadió Cintra.

De acuerdo con Brooks, en la planta, renovada hace menos de cinco años, la inspección tiene un componente tecnológico, en el que mediante diferentes equipos se miden parámetros como la alineación, la suspensión, el sistema de frenos y las luces y una parte visual, en la cual los técnicos,casi todos graduados de Ingeniería Mecánica, revisan dirección, puente delantero, parrillas, amortiguadores, transmisión, esféricas, etc.

El examen dura un aproximado de 15 a 20 minutos y cada acápite se evalúa según la seguridad activa y pasiva del vehículo. Un defecto grave en la seguridad activa es invalidante.

Arisbel Ramírez, supervisor de una de las líneas de la planta, refirió que inicialmente se atendían 60 clientes por jornada, pero hubo días de tener hasta 120 vehículos. “Muy pocos automóviles pasaron de una vez. La mayor cantidad de problemas radicaba en el trabajo hecho por debajo: soldaduras en las barras de transmisión, soldaduras en las barras de la dirección, desajustes en las esféricas, puentes delanteros empatados, también mala fijación de la batería, adaptación del depósito de combustible en el maletero sin un correcto cierre arriba, etc.”.

En la parte visual de la inspección se revisan la dirección, el puente delantero, las esféricas. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Los datos proporcionados por ERTA refieren que el promedio de aprobados diarios comenzó en un 28 porciento y ascendió a un 33, donde se estabilizó. Sus registros contienen que, hasta el cierre de febrero, 2 mil 79 carros estaban favorables y 634 no habían aprobado aún la revisión. El total de inspecciones hechas a estos vehículos desde octubre hasta marzo suma 6 mil 870, contándose autos que se presentaron hasta diez veces.

Luis Beltrán, especialista B en revisión técnica automotor e inspector de la planta, consideró que una de las causas de que algunos transportistas hayan acudido en tantas ocasiones es que ciertos defectos leves solo se les mencionaban y no se anotaban en la hoja de levante. Como no los solucionaban, cuando volvían, estaban agravados. Debido a que esa situación creaba inconformidad en los clientes, la dirección del centro decidió que todo debía quedar plasmado en las trazas de la inspección.

Guillermo Wilson reconoció que el método está funcionando bien: “Vine hoy y no aprobé. Encontraron dos o tres defectos para arreglar: tramar la dirección, quitarle una soldadura a la transmisión y el stop del freno, que no funciona. Son cosas fáciles de resolver y la otra semana regreso. Nos explicaron al detalle todos los problemas”.

Otros, como Roger Téllez, propietario de un almendrón,apreciaron diferente: “He venido ocho veces, pero nunca me han dicho todos los desperfectos. Me señalan problemas de dirección, de frenos... con mucha más rigurosidad que antes. Lo peor es que los inspectores se contradicen”.

Ante estas situaciones quizás la mejor opción sea el diagnóstico, una prueba igual a la revisión técnica, con un costo menor, en la cual no se les retiran los  documentos a los carros que cuentan con ellos, incluso si están en mal estado, y a los que no tienen la tarjeta que les permite circular, se les dice pormenorizadamente todo lo que deben arreglar para aprobar. El servicio, aunque poco divulgado, es una variante útil para alertar a los conductores de los desperfectos de sus autos.

Jugándose la seguridad propia y ajena

El Código de Seguridad Vial establece que en circunstancias que así lo ameriten, vehículos que posean certificado de revisión técnica vigente, podrán volver a examinarse. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Para algunos, como el titular de un Chevrolet azul que espera en el parque El Curita que lo alquilen para ir “directo” hasta Guanabacoa, los parámetros para aprobar la revisión técnicason exagerados.

“Estoy en este negocio desde el 2006. Todos los años pasábamos el somatón y nunca había existido esa «defectación» de los carros. Alguna vez te señalaban un detalle, pero lo cambiabas y cuando volvías a pasar ya. Ahora con el mismo carro casi necesitas un papel por delante y por detrás para todo lo que están pidiendo: parece que quieren un carro moderno. ¿Por qué antes no y ahora sí? Mis papeles estaban bien hasta abril y tuve que reexaminar”, continuó el chofer del automóvil antes mencionado, que prefirió mantenerse en el anonimato.

En el otro extremo de la ciudad, en la avenida Rancho Boyeros, después de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional José Martí, mientras espera su turno para examinar, otro taxista también se niega a identificarse. Conduce un Chevrolet del 52 que ya se ha presentado dos veces a la inspección en los últimos meses. Contó:

“Tenía el somatón activo hasta principios de junio de 2019 y me dijeron que tenía que volverlo a pasar. No fue justo, porque se supone que hay una especie de contrato por el cual tengo un año para ir arreglando lo que se rompa después de que paso. Llevo desde noviembre sin trabajar”.

Sin embargo, la medida tomada no es extraordinaria, el Código de Seguridad Vial establece en el artículo 214 (Título I, Capítulo II, Sección Segunda del Libro IV): “La posesión del certificado de revisión técnica no impide que, en circunstancias que así lo ameriten, se proceda a una nueva revisión”.

Los hechos han demostrado la necesidad de inspeccionar nuevamente la mayor parte de los vehículos asociados a la actividad. Maribel Poulot Bravo, directora adjunta de la DGT explicó que “en el somatón de forma sistemática se han detectado irregularidades. Es cierto que muchos lo habían pasado y los veíamos en la vía pública prestando servicio, pero no reunían todas las condiciones, no estaban aptos para el transporte público de pasajeros”.

Según Brooks esto puede deberse a que los choferes pidan prestados los neumáticos y las piezas, antes de presentarse. También al mal estado de las vías, en las que las condiciones de los vehículos se deterioran rápidamente.

Otro parámetro con el que han sido estrictos es con las llamadas piezas “criollas”. Los repuestos, de fabricación artesanal, se aceptan cuando son seguros, pero en disímiles ocasiones están fabricados con materiales corrosivos que no brindan certeza de durabilidad, explicó Maikel Alba, inspector de una línea de revisión técnica.

Aunque algunas piezas "criollas" son fiables, muchas no brindan certeza de durabilidad. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Cintra alegó que, a pesar de no se midieron parámetros nuevos, la revisión se hizo con mayor rigurosidad, para disminuir las posibilidades de accidentes. Mas, reconoció que el sistema sigue siendo vulnerable a la corrupción, por lo que sistemáticamente se rota el personal que lleva a cabo el proceso.

Aunque algunos como Roberto Verdecia, supervisor de una línea, adujeron ser ajenos a esta realidad, otros, como el inspector Luis Beltrán, admitieron que las propuestas de soborno fueron frecuentes.

Los mecanismos de control ante esta realidad incluyen reinspecciones sorpresivas por parte de los supervisores, el jefe de la planta y los miembros del consejo de dirección de la UEB y, a diario, una segunda revisión para el 20 porciento de los vehículos presentados, en la cual un sistema automatizado selecciona aleatoriamente los carros.

Brooks expresó que la aplicación de esta medida, conocida en el centro como 214, reveló prácticas que llevaron a la separación del puesto de trabajo a varios compañeros. Por su parte, Beltrán argumentó que, si bien algunos parámetros como los frenos pueden variar ligeramente de una revisión a otra, con solo minutos de diferencia, otros, como suspensión y dirección, no deben tener cambios.

Desde julio 2018, debido a la peligrosidad de los accidentes por deficiencias técnicas, fuerzas policiales y de transporte incrementaron el rigor de las medidas con los vehículos vinculados a la transportación de pasajeros. Las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad Vial indican que, en el 44 porciento de las inspecciones realizadas durante el pasado año,se hallarondesperfectos, principalmente en el sistema de frenos, dirección y luces.Como resultado de ello se retiraron chapas y circulaciones

¿Lujo o necesidad?

Josefa Segura y Mireya González esperan pacientemente el P12 en la primera parada. Aunque reconocen que la ruta cuenta con buen servicio, aseguran que, en horas pico, “siempre está repleta”. Josefa y Mireya estaban acostumbradas a desplazarse en transporte privado, pero desde que hay menos automóviles en la calle y ha comenzado a imperar el principio de oferta y demanda, no pueden permitirse los precios que les piden por tramos.

Marisela Hernández, quien utiliza con regularidad servicios de taxis “particulares”, consideró que luego de entrar en vigor las nuevas normativas al transporte por cuenta propia, la situación ha empeorado. “Lo que antes te costaba $20 ahora te cuesta $50, bajándote y subiéndote a otro carro. O sea, pasas más trabajo y pagas más”, destacó.

“Los que tenían los 10 pesos para coger el carro –que ya no hay– tienen que morir con la guagua, que no da más. Al final todo el caos viene porque los boteros han subido los precios”, opinó Alexis Álvarez, gestor de pasaje en la piquera de la Virgen del Camino.

Mientras su auto engrosa la lista de los carros fuera de circulación, Evelyn Campanioni consideró que, para ser vehículos antiguos,les están exigiendo demasiado. A su vez, el conductor de otro almendrón que esperaba a ser examinado en la planta de revisión técnica comentó:

“Esta es la tercera vez que me presento en esta vuelta. Me han virado para atrás por bombillos, una soldadura que no debía llevar, el cristal de la puerta roto. Creo que hay cosas que no deberían contar como condición técnica para poder circular: frenos, luces, emergencia, neumáticos, sí, pero por un cristal de una puerta roto no deberían suspenderte.

“Para mí,el somatón se pasa en comparación con la técnica de hoy en el país: carros viejos, con inventos. Eso es para carros nuevos, de los países desarrollados… Pero bueno, uno hace el esfuerzo, porque de cierta manera es bien para uno, porque mientras mejor condición tenga el carro, mayor seguridad en la vía”, concedió.

Quizás algunos choferes lo crean un extremismo, pero Gabriel Brooks, jefe de la planta, insistió en que solo por eso se puede suspender un automóvil: “Si la puerta no abre y ocurre un accidente, ¿cómo sacamos al herido? ¿Rompiendo un cristal? Lo mismo ocurre con los filos cortantes o aristas, en un accidente son más golpes. Amplifican la gravedad”, pormenorizó.

Gabriel Brooks: Los cristales, paños de puerta y maniguetas también se relacionan con la seguridad y si están afectados pueden llevar a un resultado desfavorable en la inspección. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

“Muchos defectos influyen en el confort del vehículo: la amortiguación, los gases dentro del salón de los pasajeros, cuando les ponen plazas de más y choca la cabeza con el techo. A veces traían el vehículo venía y no prestaban la debida atención. Entonces regresaban dos, tres, hasta diez veces, porque no consideraban que lo que les señalábamos eran defectos a tenerse en cuenta, que están dentro del procedimiento”, añadió Ramírez.

El somatón lo están aplicando como es. Yo lo pasé a la segunda. No es fácil que pague 10 pesos y por un descarado que tiene el carro en malas condiciones pierda la vida. Se lo digo yo, que soy botero y me perjudiqué”, declaró Manuel Cruz, transportista privado que se desempeña en la Ruta 3.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta apreciación. Incluso, algunos pasajeros difieren: “Antes de empezar a quitar licencias por los paños de puerta o las maniguetas, analiza que la gente depende de esas opciones también. No creo que deban retirarle la circulación a esos vehículos si el transporte público no asegura que cuando llegues a la parada pase algo rápido. Tienes que garantizar que la gente se mueva en alguna alternativa, porque de otra manera no da”, manifestó Yadier de la Campa, residente en La Habana.

“Me he montado en carros sin siquiera la ventanilla y cuando llueve te ensopas, los asientos en malas condiciones o inventados, que la cabeza te roza con el techo, sin ninguna seguridad. A veces no les ponen maniguetas o son improvisadas, que son un peligro, porque en caso de un accidente te las puedes encajar… Después de montarme en un almendrón he llegado al trabajo con peste a petróleo, sucio y hasta con la ropa rota.  Con todo y eso, los choferes te tratan como si fuera un favor”, refirió Ignacio Escalante.

-¿Por qué no se baja?

-Si no me voy en ese, ¿qué otra opción tengo? ¿Quién me asegura que el que viene atrás va a estar en mejores condiciones?