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En la encrucijada de las bicicletas eléctricas

Sobre el asunto el doctor Carlos M. Santana Gutiérrez decía entonces: “Buena noticia, solo me pregunto, luego de agotarse las baterías qué hacemos con ellas; se venden a un precio muy alto, nada económico para la familia cubana”.

Una misiva del lector Jassiel Cabrera Rodríguez, publicada en fecha reciente en la sección Cartas a la Dirección, confirmaba aquel presagio: “Como muchos coterráneos en Santa Clara, tengo una moto eléctrica, que con mucho sacrificio pude comprar”. Sin embargo, está empolvada hace meses por falta de baterías, afirmaba, lo cual ratifica la razón que les asistía a quienes compraron ese tipo de vehículos y ahora los tienen en desuso o a punto de pararlos por falta de ese elemento.

En busca de la respuesta a esa inquietud Granma se acercó a varias personas que han adquirido bicicletas eléctricas, a entidades comercializadoras y a la dirección de la Empresa Ángel Villarreal Bravo, de Santa Clara, a fin de conocer los pormenores del asunto.

Pensar en el cliente

Ante la pregunta de cuál debe ser la prioridad, ensamblar motorinas o adquirir baterías, pudiéramos decir que ambas cosas deben marchar a la par, porque no se concibe que un cliente adquiera un equipo tan útil y a la vez tan caro, para luego tener que desecharlo.

Según David Rodríguez Seijas, jefe de la planta de venta de Ciclos Minerva, como también se le conoce a la fábrica villaclareña, el ensamblaje de este tipo de bicicletas, mucho más potente que los ciclos eléctricos producidos con anterioridad, comenzó el pasado año, cuando fueron entregadas a las tiendas de TRD y Cimex 5 583 motorinas.

En el caso de las tiendas recaudadoras de divisas, se han comercializado, a un precio de 1 201 CUC, solo en Villa Clara y Cienfuegos, provincias que tienen los talleres y técnicos preparados, en tanto Cimex las vende desde Pinar del Río hasta Santiago de Cuba a un valor de 1 261. En cuanto a la provincia de Granma, única que aún no las recibe, se debe a que no poseen los servicios de garantía, algo que está en vías de solución, refirió el directivo.

Sobre el tema de las diferencias de precios, personas como Jesús Llanes Ostos y otros entrevistados confesaron su pesar, pues no entienden cómo un mismo producto, con un costo único de producción, puede tener una divergencia de 60 CUC en su precio de venta entre dos cadenas; una cifra nada despreciable para cualquier persona que desee adquirir ese vehículo a fin de satisfacer sus necesidades de transportación. Sobre ese particular este diario aún no ha recibido respuesta.

Respecto a la calidad de las motos, el Jefe de la planta de venta de la fábrica santaclareña señaló que han tenido muy buena aceptación entre la población, una muestra de lo cual es que hoy la demanda resulta superior a la oferta; criterio confirmado por Madelaine Pérez Vera, gerente de la unidad comercial Casa Caribe, de Santa Clara.

“Quienes más las compran son personas que cumplen misión en el exterior y tienen la posibilidad de adquirirlas mediante la tarjeta que se entrega a los colaboradores, ese proceder les resulta más barato; además de los que reciben remesas desde el exterior o tienen otras vías para poder financiarlas”, dijo.

Antes, la mayoría de quienes deseaban adquirir un equipo de este tipo lo hacía mediante personas que los importaban del exterior; en cambio, ahora muchos prefieren conseguirlas aquí, porque en caso de desperfecto tienen los talleres de garantía, y de no ser posible el arreglo, recuperan el dinero invertido, reconoció el directivo.

De complejidades económicas y baterías

El tema de las baterías y la diferencia de precios, preocupa a quienes han comprado este tipo de ciclos. Foto: del autor

En cuanto a las baterías, David Rodríguez explicó que el año pasado estaban contratados cuatro millones de pesos en piezas de repuesto, donde se incluían las baterías; mas la complejidad de la situación financiera del país impidió la llegada de esos recursos.

Para este año, el Grupo Empresarial de la industria sideromecánica (Gesime) contrató en el plan 1 500 000 pesos destinados a ese fin, lo cual demuestra la voluntad de resolver el problema, y dependerá una vez más de la manera en que se desenvuelva la economía, porque no pueden olvidarse las consecuencias del paso del huracán Irma, el efecto del cambio climático en la zafra y la agricultura, además de los daños causados por el bloqueo bajo la nueva administración republicana, añadió David.

Explicó, asimismo, que las baterías actuales son capaces de soportar unas 300 cargas, y cada moto lleva cinco unidades de 12 voltios y 21,8 amperes, por lo cual pueden durar hasta dos años en dependencia del uso que se le dé al equipo. Lo anterior lo lleva a pensar que, por el tiempo de uso que han tenido, la alta demanda de ese producto es para las motorinas eléctricas que han sido importadas desde el exterior, cuya cifra supera las 30 000 unidades.

Señaló que una de las soluciones valoradas en estos momentos es adquirir baterías de Litio, las cuales resultan mucho más eficientes que las convencionales, pues pueden cargarse unas 3 000 veces y duran cerca de cinco años; las pruebas comenzarán en la fábrica este año, dijo David Rodríguez, quien aclaró que ese tipo de producto tiene un precio muy superior al resto en el mercado.

Este año la fábrica tiene un plan de 30 000 bicicletas eléctricas de varios modelos, producción que está financiada y contratada con el proveedor. De ellas, 16 300 serán motorinas de dos tipos diferentes, una de 60 voltios y 1 060 watts y otra un poco más potente, con un grupo de prestaciones que la hacen superior a las comercializadas hasta la fecha; el resto a ensamblar serán ciclos un poco más sencillos, de 48 voltios, además del triciclo de carga.

Con el fin de facilitar el ensamblaje de los nuevos ciclos eléctricos, en estos momentos se ejecuta el montaje de una nueva línea de producción, la tercera, que entrará en funcionamiento en los próximos meses, aseguró el directivo.

(Tomado de Granma)