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Caminos de la Guerra No Convencional: ¿El fin de una época? (II)

GuerraLa única respuesta convincente a la ineficacia del esfuerzo antiterrorista de EE.UU. y sus aliados en Iraq y Siria, es que nuevamente el terrorismo ha servido como pretexto ideal para el alcance de los objetivos estratégicos del imperialismo.

No fue hasta el comienzo de la campaña rusa sobre los cielos sirios que la niebla mediática comenzó a disiparse, dejando observar con certeza que bajo la sombrilla del Estado Islámico (EI), EE.UU. y sus aliados en Oriente Medio guarecen a no menos de cuarenta grupos irregulares que combaten en Siria, entre ellos un invisible y esquivo Ejército Libre Sirio, cuya salud, a propósito de las bombas rusas, preocupa a Occidente en demasía.

El objetivo de la estrategia era ahogar al Gobierno de Damasco, al tener que enfrentar en múltiples frentes, a enemigos apoyados o permitidos por EE.UU. Una mutación de la estrategia de Guerra No Convencional, que ha incluido el entrenamiento por militares de EE.UU. a las bandas armadas de la oposición y la entrega de armas y pertrechos, que según analistas, acaban irremediablemente en manos de los terroristas más radicales.

No caben dudas de que la campaña antiterrorista de Rusia es, hasta hoy, el mayor obstáculo que ha enfrentado EE.UU. en sus esfuerzos por derrocar al Gobierno sirio. De haber permanecido la situación como estaba antes de la intervención rusa solicitada por Damasco, el caos se habría extendido a todo el país y la estrategia de ahogamiento hubiera tenido éxito, dejando a la nación árabe a merced del extremismo y la destrucción, como vemos hoy que sucede en Libia, luego de la intervención de la OTAN, que tenía como objetivo “defender al pueblo libio”.

En su obstinada insistencia en la Guerra No Convencional, el imperialismo no se percata --o sencillamente no le importa-- de que luego de destruir las instituciones, el orden y las leyes de una nación soberana, se provoca una imposición forzada de la anarquía, la violencia, el crimen y el miedo, obligando a poblaciones enteras a lanzarse al mar o a recorrer miles de kilómetros en busca de un futuro mejor para sus hijos.

Debe entenderse que no se trata de un proceso natural de sustitución de poder o cambio de gobierno. No es, como han pretendido llamarle, una revolución legítima. Las guerras desatadas mediante procedimientos no convencionales son agresiones extranjeras sembradas desde adentro, Caballos de Troya, que persiguen el mismo objetivo de los soldados que aguardaban fuera de las murallas: reducir a cenizas cuanto encontraran a su paso.

Por eso la postura de Rusia importuna a Occidente. Si el Gobierno sirio no se debilita, no es posible derrocarle. Si el pueblo recibe apoyo en su lucha contra el terrorismo, no funcionan las artimañas no convencionales; si las armas, pertrechos y el dinero que EE.UU. y sus aliados ponen en manos de la “oposición moderada” resultan pulverizados por las bombas rusas y la resistencia del Ejército sirio, los planes del imperialismo para la nación árabe se desmoronan, como un trozo de hielo bajo el sol del desierto.

Pese a ello, EE.UU. insistirá. Luego de reflexionar bastante, la primera jugada de las piezas imperiales es hacer una revisión de los planes de apoyo a la oposición siria y retomarlos para que, mediante la entrega de armas y equipamiento, puedan entrar en el territorio controlado por el EI y combatirlo, según reportó The Washington Post el 9 de octubre.

“Monitorizaremos el progreso de estos grupos y les proveeremos de apoyo aéreo mientras luchan contra el EI”, señaló el secretario de Prensa del Pentágono, Peter Cook, durante una gira con el Secretario de Defensa Ashton Carter. por Europa.

Habrá que ver cómo se desenvuelven los acontecimientos, mientras las dos mayores potencias nucleares del mundo apoyan sobre el terreno a bandos distintos, en un ya de por sí congestionado espacio aéreo sirio.

Una cosa si queda clara, es poco probable que algún analista serio en EE.UU. no se haya percatado de la ineficacia a largo plazo de la Guerra No Convencional como opción de agresión, a juzgar por los enormes costos políticos y sociales que genera sumir a pueblos enteros en el caos.

Súmele a eso que, en un mundo cada vez menos unipolar, puede que EE.UU. encuentre con frecuencia poderosos obstáculos, al poner en práctica su estrategia de desestabilización de estados. Lo que acontece hoy en Siria, es un ejemplo claro de ello. ¿Me pregunto si estaremos presenciando el fin de una época? ¿Pudiera ser el fin de la era de la Guerra no Convencional?

Es muy probable que las respuestas a esa interrogante surjan de la propia evolución de los acontecimientos en suelo sirio, donde por cierto, existen todos los ingredientes para provocar el comienzo de una Tercera Guerra Mundial, que sería no convencional, pero no por subversiva, sino por nuclear. Esperamos triunfe la razón.

Lea: Caminos de la Guerra no Convencional: ¿El fin de una época? (I)

(Tomado de CubaDefensa)