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Los jóvenes y la ciberseguridad

internetPor Mauricio Manuel Reyes, especial para Cubadebate

El pasado 7 de febrero se celebró el Día Internacional por una Internet Segura con la consigna “conectando generaciones”, conmemoración que, según algunos sitios digitales, va encaminada a promover el uso responsable de Internet, principalmente entre los jóvenes. Tiene la peculiaridad de que este año también se pretende potenciar el diálogo intergeneracional entre padres e hijos, profesores y alumnos.

Esta celebración es organizada por la red europea Insafe (www.saferinternet.org), iniciativa de la Unión Europea para promover la seguridad y un uso más responsable de la tecnología en línea y de los celulares, especialmente en niños, niñas y jóvenes en todo el mundo, en un contexto donde la cantidad de usuarios de Internet en 2011 alcanzó los 2 200 millones de personas, un 30% de la población mundial, y casi la mitad de todos los que usan la Red son jóvenes menores de 25 años, según lo publicado por el sitio Cubadebate enunciando un informe del portal Pingdom.

Pingdom asegura, además, que la cantidad de sitios web se multiplicó por dos en 2011 con respecto al año anterior: 555 millones frente a 255 en 2010, y que existen unos 3 100 millones de direcciones de correo electrónico, más de 800 millones de perfiles de Facebook y alrededor de 225 millones de cuentas en Twitter; mientras que el total de mensajes instantáneos en las redes sociales llegó a 2 400 millones.

También se duplicaron los accesos a Internet desde dispositivos móviles. En los últimos doce meses alcanzó el 8,5% contra un 4,3% en enero de 2011 y 1,7% en igual período del 2010. Además, se estima que habrá más de 7 000 millones de dispositivos móviles a nivel mundial para el año 2015, y un mayor uso de vídeo supondrá que el tráfico de Internet total se multiplicará por cuatro en 2014.

Recientemente, el sitio digital Lainformación.com publicó una noticia sobre el incremento y aceptación de la conexión a Internet de teléfonos inteligentes, tabletas, lectores de libros y otros dispositivos, fenómeno al que se le ha llamado "Internet de las cosas", que  está llevando esta posibilidad incluso a electrodomésticos o vehículos. Se estima que existen más de 14 000 millones de módulos conectados al ciberespacio y según la compañía estadounidense telecomunicaciones "Cisco",  crecerán más de cuatro veces, hasta los 50 000 millones en el año 2020.

Desde noviembre de 2005 la Unión Internacional de las Telecomunicaciones de la ONU, alertó mediante un informe sobre el "Internet de las Cosas" y explicó que es una verdadera red universal "en cualquier lugar, a cualquier hora, por cualquier persona y con cualquier cosa" y a través de identificación por radiofrecuencia, sensores inalámbricos y la nanotecnología, lo que implica la posibilidad de sensar, rastrear, capturar, contabilizar y almacenar todo. En un capítulo donde imagina el futuro describen la vida de "Rosa, una estudiante española, en el 2020″, que quiere irse un fin de semana a los Alpes y los sensores de los neumáticos le avisan de una avería, compra una chaqueta multimedia con ajustes de temperatura, tiene una videoconferencia con su novio a través de las gafas y se encuentran en el camino gracias a sus navegadores.

En esa autopista virtual del conocimiento y la información, a la cual se conectan millones de "carreteras": ¿será posible algún día conducir de manera responsable y segura? Algunos, que hoy son una minoría, preferirían  "no andar por esas calles"; mientras otros que son cada vez más, optarían por enfrentar el desafío de manera seria y con ética, como los intelectuales, académicos, periodistas, científicos, jóvenes y trabajadores cubanos en general, que  inciden en estas plataformas con mucha seriedad.

Cuando menciono a los jóvenes, lo hago porque a partir de su esencia renovadora son los más asiduos al empleo de las tecnologías, no solo en Cuba, en todo el mundo, convirtiéndose en el segmento social más conectado a los avances vertiginosos que acontecen en cuestiones de horas y días. Por ejemplo, en la ciudad de Valencia, España, la Asociación Valenciana Consumidores Usuarios (Avacu) encuestó a 800 adolescentes que habitualmente acceden a Internet: el 82,16% se conecta al ciberespacio cuando están aburridos, el 55 % ha establecido relaciones de amistad a través de ella, el 52,38% cree que puede poner lo que quiera y el 17,16% expresó que gracias a la red no se siente solo.

Este estudio detectó también que el 55,13 % de los menores entre 14 y 15 años tiene más de 200 contactos en Internet y que más de un 35% reconoce tener incluidas en ellos a personas desconocidas. Estableció que antes de los diez años hay adolescentes que quieren o tienen perfil en red social, aunque es entre los 12 y los 13 años cuando comienzan a acceder.

Ante esta dinámica, Avacu sugiere a los padres educar a sus hijos sobre el principio de  acceder a las redes sociales con información sobre sus riesgos para minimizar las vulnerabilidades, precisamente porque son concebidos como los principales blancos de estafadores online y ciberdelincuentes. En Estados Unidos y países europeos se registran sistemáticamente conductas aberrantes de individuos, que se aprovechan de la ingenuidad de algunos adolescentes y la irresponsabilidad de otros para desplegar nuevos tipos de delitos a través de Internet, como el ciberacoso por pederastas que intentan acercarse a los usuarios, ganar su confianza y obtener información, datos que utiliza para después amenazarlos con su difusión si no acceden a peticiones o prácticas sexuales.

Otra modalidad recurrente es el aprovechamiento por ciberdelincuentes de las facilidades para acceder a datos privados y fotos de otros usuarios, principalmente  adolescentes que se fotografían con cámaras digitales o teléfonos móviles en poses eróticas o subidas de tono y las envía a otros jóvenes por esta red global sobre la cual mundialmente se demanda hoy seguridad. También se emplea el método de difusión de mensajes con contenidos falsos y atrayentes. Puede tratarse de un email que alerta sobre cadenas de "solidaridad" o de la "suerte", "métodos" para hacerse millonario, promesas de regalos de grandes compañías o incluso mensajes personales en las redes sociales provenientes de amigos, todo para acercarse a las futuras víctimas.

En la actualidad uno de los delitos más corrientes en la red digital y con mayores riesgos es la estafa electrónica sobre cuentas bancarias. El internauta recibe un email que aparentemente proviene de una fuente fiable, normalmente de un banco, y mediante un link lleva al usuario a una web con la misma apariencia que el portal de la entidad a la que imita. Ante este hecho, algunos usuarios no dudarán en introducir sus datos y desde ese momento, el estafador cuenta con la información sobre el estafado y la posibilidad de utilizarla a su antojo. Además de pérdidas económicas personales para la víctima, es posible que pierda el acceso a sus propias cuentas.

Estos y otros delitos ciberespaciales son hoy una realidad para todas las naciones del mundo. En el caso de Cuba, que progresivamente se va incorporando a este escenario, no se excluye que su población pudiera ser víctima también de este tipo de situaciones. En no pocos intercambios, tanto institucionales como informales sobre el tema, ha saltado la necesidad de ser cada vez más vigilantes y precavidos en la incursión a Internet; enseñar la importancia de utilizar contraseñas seguras; educar a los cibernautas sobre la necesidad de no compartir determinados datos personales e informaciones en las redes sociales; descargar aplicaciones solo de fuentes confiables, entre otras medidas que requieren, ante todo, de la responsabilidad individual.

El proceso de avance imprescindible en el desarrollo tecnológico y humano traerá consigo más inseguridad en la red y más acceso a la vida de las personas. En ese escenario, es difícil apreciar cuáles pueden constituir las medidas de protección idóneas que no sean las que aplique personalmente cada usuario en su relación con el ciberespacio. Ello exigirá un ciudadano más competente, pero también más responsable. Pasarán muchos años para que se cumpla esa utopía de una "Internet Segura", mientras sus servidores y nodos sean controlados por los principales consorcios de las telecomunicaciones que responden a minorías que no les interesa que le puede suceder a un ciudadano común perjudicado a partir de su ingenuidad o negligencia al interactuar con el ciberespacio.

En el caso de Cuba, la alternativa es continuar educando a todas las generaciones acerca de las medidas a adoptar para incidir con madurez en Internet, atentos a que en la comunicación permanente y necesaria con otros cibernautas puede aparecer un intruso que quiera aprovecharse para ejecutar una acción invasiva en nuestras vidas. Esta realidad nos obliga a prepararnos para enfrentar el ciberdelito o el espionaje virtual, como mismo la Revolución ha  afrontado otras figuras delictivas tradicionales, garantizando - a diferencias de otras naciones con elevados índice de criminalidad - que la sociedad cubana sea una de las más  tranquilas y seguras para sus ciudadanos. En ese empeño los jóvenes han sido y serán los principales protagonistas.