Entre el 10 y el 12 de diciembre de 1981, miles de soldados que combatían a la naciente guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) lanzaron la llamada Operación Rescate en varios caseríos del este de El Salvador. Algunos grupos de derechos humanos estiman en más de 800 los muertos. Otros en más de 1.000 (Fuente: BBC Mundo).
Guillermo Tell
Todos coinciden en que la mayor parte de las víctimas eran niños y que por lo menos seis poblados fueron arrasados en lo que para muchos, fue la mayor masacre en la historia moderna de América Latina, de acuerdo con una seria y minuciosa investigación realizada por este medio.
Testimonios rescatados son escalofriantes, como el de Rosario López quien perdió en un solo día 24 miembros de la familia y esperó 27 años para poder enterrarlos y en diciembre pasado le entregaron los restos de los últimos cuatro niños que no se habían logrado identificar.
Como bien se supo en la fecha, y era de esperarse, la política de exterminio a las poblaciones rurales como retaguardia de las guerrillas contaba con el pleno respaldo de Estados Unidos, cuyo subsecretario de Estado para los derechos humanos y asuntos humanitarios, era entonces Elliott Abrams, quien estaba al tanto de las masacres y ocultó deliberadamente la información al Senado.
Todo esto se conoce de sobra, pero no ha sido óbice para que el presidente Trump lo escoja para ser su enviado especial en Venezuela y desde luego asesorar de cerca al autoproclamado Guaidó. En su mochila va lo ocurrido en El Salvador qué no se olvide!!