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La Opinión del Lector: Falta de opciones recreativas en pueblos pequeños

Por Prof. Ricardo Salazar Crespo

Las opciones naturales no son las únicas posibles. Foto Juan Pablo Carreras/ AIN

Las opciones naturales no son las únicas posibles. Foto Juan Pablo Carreras/ AIN

En los últimos años los pueblos pequeños, si no cuentan en su territorio con espacios naturales o instalaciones recreativas construidas anteriormente, sufren la falta de opciones para su recreación.

En el caso de Cascorro, que es donde resido, desde hace más de 25 años no se desarrollan fiestas populares con grupos musicales de significación nacional.

Hasta los años ochenta y pico era posible que este pueblo disfrutara de la actuación de algún grupo como fue la orquesta de Jorrín, o como es hoy la banda de Cándido Fabré. Esa posibilidad desapareció como también los carnavales que nunca más se han dado.

Hoy en la Semana de la Cultura o Jornada Cultural se desarrollan actividades centradas en lo que se puede diseñar y desarrollar en la biblioteca pública durante unos 3 días, en torno a la fecha del natalicio del escritor de esta localidad, Raúl González de Cascorro.

La actividad bailable siempre culmina con dificultades: o ya no viene el grupo que se pensaba, o hay problemas con el transporte o con el audio, y generalmente todo se reduce a algún espectáculo con aficionados y/o música grabada.

La juventud, que en el lugar espera y ansía, se retira hacia su única opción: una discoteca arrendada. ¿Y qué queda para los que ya no son jóvenes que constituyen el grueso de la población? ¡Nada¡ Para niños y adolescentes se oferta lo que el INDER puede desarrollar en las calles o las actividades que se diseñan en la biblioteca pública. Desde hace unos 40 años nunca más ha llegado aquí un circo.

Para las ofertas lejanas de campismo o playa, aparte de no existir capacidades para todos los que aspiran y necesitan la recreación después de trabajar todo el año, los viajes ocasionales de un día también son difíciles porque el transporte estatal no es suficiente en cantidad y calidad, o por dificultades con el combustible y la población debe recurrir a la abusiva opción de lo que se ha vuelto una patente de corso “la oferta y la demanda” en camiones particulares, enfrentándose a precios extremadamente abusivos, peligrosos riesgos, incomodidades, hacinamiento y malos ratos.

Sería muy provechoso para la población si esto se tuviera en cuenta y se dispusiera de un modesto presupuesto en los Consejos Populares de pueblos como este que garantizara, aunque sea una vez al año, la actuación de un grupo de música de alcance nacional que proporcione un bailable a nivel de las necesidades y del derecho de toda la población al verdadero disfrute.

Estoy seguro de que músicos como Cándido Fabré, que por su extracción humilde, su talento, su valentía y su arraigo popular son de la estirpe de patriotas como los Maceo, estarían dispuesto a brindar su actuación a este pueblo de Cascorro sin excesivas exigencias.