Esa guitarra de Portillo (+ Video)
Portillo de la Luz digo: César Portillo de la Luz. Pienso en él a propósito del protagonismo que, tanto la guitarra como los demás instrumentos de cuerda pulsada que se utilizan en la interpretación de nuestra música popular, han asumido en la presente edición de Cubadisco. Pienso en la guitarra trovadora -como él mismo la llama en su Canción para ese día--. Me detengo en su discurso acompañante concebido para la canción que aparece aquí a manera de ilustración.
La guitarra de Portillo no se caracteriza por el desglose tradicional de los acordes, los arpegios o el adorno punteado que tan profusamente penetró en nuestra rutina acompañante a partir del auge de los tríos mexicanos encabezados por Los Panchos Y hago una excepción al recordar dos muestras más que originales, legendarias ambas: los Hermanos Rigual y el Trío Taicuba. A partir de modelos insólitos declarados por el propio autor de Contigo en la distancia en una conversación alrededor del tema: los guitarristas -respectivamente-- del Quinteto de Benny Goodman, y del Trío de Nat King Cole. Ambos -cada cual a su manera-- se habían caracterizado por conferir a la guitarra una independencia que la liberaba del puro papel rítmico relegado a un segundo plano. En el caso de Portillo de la Luz, su empleo de respuestas y diferentes efectos que en nada pueden considerarse como elementos superfluos, actúa como soporte para el canto, mientras va desplazándose por todo el diapasón de la guitarra, alternando los motivos más sutiles con momentos donde predomina una atmósfera fundamentalmente rítmica. A todo esto, dicho así, hay que añadirle un detalle esencial y es el dominio de la digitación utilizando el dedo pulgar para "rayar" o desglosar los acordes, en diálogo ameno con la parte vocal.
Cada una de las propuestas en la guitarra de César Portillo de la Luz se diferencia de cualquier otra suya o ajena. Ya se trate de la canción libre o aquélla expresada en el aire rítmico conocido como "slow" en la jerga de la música popular, ya se trate de sus incursiones en el son, el cha cha chá o cualquier otra variante de cuantas han conseguido delinear el contorno finísimo de su catálogo, todas garantizan al oído fino esa gratificante noción de estilo que, con tanta frecuencia, se desvanece o cae al vacío total, motivada por el conformismo que las fórmulas de mercado se esmeran en imponer.
Esa guitarra de Portillo, de César Portillo de la Luz, es obra de la entrega de toda una vida. Digna del más acucioso análisis, de la más severa valoración, esta veta magnífica de nuestro paisaje musical bien merece encabezar, hoy domingo, los gestos de homenaje que, con motivo de arribar a sus noventa años, irá recibiendo desde esta columna.
Almendares, 20 de mayo de 2012
“Interludio”, interpretado por César Portillo de la Luz
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¿Por que no puedo ver el video?
Gracias¡¡¡ Muchísimas¡ Su humildad me conmueve. Un abrazo¡
Ese creador nuestro:!Un Portillo a la LUZ!
Mis felicidades maestro, gracias Marta Valdés por el articulo.
Los años, al igual que el buen vino, hacen de las interpretaciones de Portillo de la Luz, como de Marta Valdés, excelentes piezas gourmet de auténtica cubanía. ¡Gracias!
Matancera, está Ud., por alguna casualidad, jugando o pregunta en serio? .. ja
Bellisima interpretación.
Gracias por subirla y que la podamos ver y oir desde México.
Un admirador del pueblo Cubano.