Diego fue a encontrarse con su amigo
Exactamente el mismo día, pero cuatro años después que Fidel, Diego abandonaba este mundo, y cual ese barrilete cósmico descubierto por Víctor Hugo Morales en México, emprendía vuelo para encontrarse con su amigo, consejero y protector, por no decir “casi un padre”, que es lo que tal vez sería más correcto afirmar.
¿Cómo explicar esta coincidencia? ¿Azar, predestinación, magia, un inescrutable código astral? ¿Quién podría jugarse por una respuesta? Quien esto escribe se declara incompetente para descifrar esta inescrutable concordancia. Tal vez solo se atrevería a conjeturar que quizás los ídolos se atraen mutuamente. Diego y Fidel lo hicieron en vida, y tal vez esa misma circunstancia hizo que ambos partieran de viaje exactamente el mismo día.
La admiración y el afecto que se profesaban eran extraordinarios. Diego llevaba a Fidel tallado en su cuerpo, en su piel, en esa zurda maravillosa que dibujó algunas de las más prodigiosas filigranas vistas en una cancha de fútbol. También lo llevaba en su corazón y en su mente. Porque Diego era puro pueblo hasta sus vísceras y, como Fidel, su afán de justicia así como su repudio a toda forma de opresión y explotación eran insaciables.
Por eso fue un hombre que, en materia política, nunca tuvo dudas y en cada coyuntura crítica siempre se ubicó en el lado correcto de la barricada. Jamás fue contaminado por el eclecticismo posmoderno o el culto al aséptico “ni-ni” de tantos intelectuales y políticos de una supuesta izquierda.
Sabía muy bien por donde pasaba la línea que separaba a opresores de oprimidos y tomaba partido al instante. Esta sabiduría popular unida a su agudo instinto de clase lo llevó a ejercer una defensa incondicional de la Revolución Cubana, de la Venezuela chavista, de la Bolivia de Evo, del Ecuador de Correa y de los gobiernos populares en Brasil, Uruguay y la Argentina, consciente de que las oligarquías dominantes y sus amos imperiales jamás le perdonarían su virtuosa irreverencia.
Su notable protagonismo en la gran batalla de los pueblos de Nuestra América en contra del ALCA en Mar del Plata en noviembre del 2005 hubiera bastado para asignarle un sitial prominente en la historia de las luchas antimperialistas. Pero no se quedó solo en eso. Años después lo encontraríamos en Colombia, marchando junto a Piedad Córdoba a favor del malogrado proceso de paz. Allí donde se libraba un combate contra el imperialismo, Diego no tardaba en enrolarse.
Su empeño por la causa de la emancipación popular iba parejo con su repudio a los ricos y poderosos que condenaban a sus pueblos a la miseria, la enfermedad, la ignorancia. Fue coherente hasta el fin. Y se fue, puntualmente, a juntarse con su gran amigo; a unir la potencia imperecedera de sus testimonios para seguir siendo fuente de inspiración en la aún inconclusa tarea de liberar a los pueblos de la dominación del imperialismo y sus lamebotas locales.
Diego se fue, sí, pero los grandes ídolos populares gozan de un raro atributo: continúan perturbando el sueño de los opresores porque su muerte los convierte en inmortales. Tal como ocurre con Fidel, Chávez, el Che, Evita, Perón, Allende y Néstor, su presencia latirá aún con más fuerza en las batallas que se avecinan por la construcción de un nuevo mundo una vez extinguida la pandemia.
(Tomado de Página 12)
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Como siempre magistral comentario de Atilio Boron
Diego refuerza ese gran ejército de latinoaméricanos que nos llenan de fuerza ideológica para seguir adelante, luchando por un mundo más justo, solidario y antimperialista.
Triste noticia fallecimiento de Maradona. Pienso, que se debe cuidar institucionalmente a las personas valiosas pero de de existir otra vida, estarán reunidos alrededor de Fidel y Maradona, todos los agradecidos.
La muerte se lo llevó muy pronto, cuando aun tenia mucho para dar, lo llevó exactamente a la eternidad, donde vive ya por siempre. Diego, gracias por tu maravillosa existencia, por tu genialidad sin par, gracias por ponerte siempre al lado de los pobres y los oprimidos, gracias por considerar a Fidel como un padre, gracias por tanto y por tanto. Te recordaremos siempre.
Dios no ha estado nunca en el Futbol, porque en su lugar mando a DIEGO
Con cual Diego me quedo, Me quedo con los dos, el deportista de las canchas de futbol el MEJOR de todos los tiempos, y el diego militante de izquierda, antimperialista contumaz, en ora buena campeón siempre estarás aquí formando filas con millones hasta la victoria siempre.
Saludos. Los buenos son como los imanes,por una cara repelen y por la otra atraen,es lo que pasa con los asares de la vida,cuatro años despues pero el mismo día muere el amigo casi hijo como el propio 10 lo pensara.Gloria eterna a los dos y como aprendimos de Martí ,la Muerte no es verdad cuando se a cumplido bien la obra de la vida y en eso los dos coinciden Fidel frente a su pueblo por el que lo dió todo y Diego por el Fudbol y su militancia de izquierda,gracias a los dos y que epd,
Y muy cierto Atilio, el mundo entero adora a Diego precisamente por ser puro pueblo.
Diego te quedas vivo te quedas vivo en el ♥ de millones. EPD