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Escándalo en el paraíso

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Presidente norteamericano Donald Trump. Foto: Reuters.

Opiniones divididas a la vista. Entre los expertos se manejan, ante todo, dos rutas posibles para el juicio político a Donald Trump. Una supone que el hecho beneficiará al presidente porque sus adeptos reaccionarán apoyándole. Si el jefe es agredido, el resto de la tribu reacciona en su defensa. Sobre todo el capital corporativo o sistémico. Dicho en lenguaje llano, los asociados al poder para o por beneficios privados.

Otra vertiente maneja que los demócratas están desperdiciando posibilidades en plena campaña, impulsando un asunto poco atractivo, cuando los ciudadanos estadounidenses prefieren conocer propuestas de solución para asuntos serios del día a día. El desempeño de Trump está bien lejos de propiciarle mejorías a esos sectores sociales con carencias o de inseguro vivir. Estuvo demasiado ocupado en movimientos agresivos hacia fuera y no se percata de las repercusiones internas promovidas que sus actos están generando.

Po eso, si llega o no a su fin el proceso de impeachment, por encima del nebuloso resultado de ese juicio se quedan postergados asuntos de mayor envergadura en cuanto a efectividad o necesidades insatisfechas. Además, se recuerda, partiendo de los antecedentes, incluso si el saldo fuera adverso para el demandado, nada le obliga a dejar la presidencia. Sin embargo, todo esto se convierte en publicidad gratuita en sus planes de reelección y queda sin ventilarse debidamente, el estropicio generado por él a la economía de Estados Unidos y del mundo. Pueden, incluso, ampliarse los apremios.

El descalabro viene dando zancadas gracias al manejo estrafalario de políticas arancelarias o la implantación de sanciones destinadas a torcer voluntades. Eso tiene efectos destructivos, comenzando por la propia economía norteamericana. Se visibiliza a través de ejemplos de distintos especialistas alegando que si la administración Trump aplica un 5% sobre todas las importaciones chinas, como anunció, eso constaría un impuesto a los consumidores estadounidenses, en el orden de los 27.500 millones de dólares.

Que los sectores productivos estadounidenses se contraen lo evidencia el ISM manufacturero (indicador económico que evalúa el estado de la industria estadounidense) y el PMI (indicador basado en encuestas mensuales de los gestores de compras, dentro de las empresas más emblemáticas de EE.UU.). Estos mecanismos de cálculo muestran una contracción en esta etapa, la primera de orden significativo, desde 2016.

El dato otorga razones a las más recientes solicitudes de los productores norteamericanos pidiéndole al jefe de estado no mantener -y menos aumentar- la imposición de tarifas aduaneras notables a Beijing y a otras naciones. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), compuesta por una treintena de países, enfoca el tema planteando: La política de sanciones desarrollada a través de la actual guerra comercial origina deterioro en las inversiones y el comercio mundial, perturbando al frágil equilibrio dentro del cual se mueve, sobre todo en una coyuntura delicada, cuando apenas concluye, y a medias, una de las crisis más graves de la historia.

La Unión Europea, pese a su apego a EE.UU., está cerca de recibir un fuerte bofetón de su “amigo”, a través de aranceles a sus exportaciones valuados en 8.000 millones de dólares. Y son posibles hasta 25.000 millones, si la Casa Blanca amplía el número de productos procedentes del Viejo Continente a someter a esas multas. Por ahora y con la excusa de que recibe subvenciones del bloque comunitario, planean un aumento de gravámenes contra Airbus, pues Washington se propone afectar áreas claves como la industria aeronáutica y/o automovilística.

Estos recargos se sumarían a las pérdidas que ya sufren los europeos tras darle apoyo a las sanciones de EE.UU. contra la Federación Rusa. De acuerdo con el Instituto de Viena para Estudios Económicos Internacionales, la UE sufre los peores efectos de esa medida a nivel global, con la pérdida de unos 50,000 millones de Euros desde el 2014 a la fecha. La factura fue pagada, o redujo, para mejor decir, los ingresos de sectores industriales y agropecuarios, o el turismo entre los de servicios y otras parcelas económico-comerciales afectadas.
Alemania, Italia o España, están entre los particularmente dañados por esas sanciones norteamericanas. No solo ellos sufrirán nuevos guantazos si se mantiene o profundiza la guerra contra el gigante asiático, capaz de provocar que Europa pierda de golpe y porrazo otros 23,000 millones de euros. Estos cómputos consideran las inversiones de las empresas europeas en China, dispositivos trascendentales en el futuro estratégico y la estabilidad del sector empresarial europeo.

La política de sanciones del gobierno estadounidense y la guerra comercial con China, (las exportaciones de China a EE.UU. cayeron un 12% y las ventas de bienes estadunidenses hacia el gigante asiático se redujeron un 19%, durante el primer semestre del año) se suman a la crisis que provocó Estados Unidos con su retirada unilateral del tratado nuclear con Irán. Un asunto con notorias implicaciones políticas y militares a escala global y alcances sobre Europa, por el daño o las pérdidas de los negocios de distintas firmas en el país persa. En este punto, encima, aparece el Brexit, como otro factor desestabilizante en el conjunto de males catapultados hacia otras áreas del planeta que terminan juntándose en un mismo tiempo.

Octubre, aseguran varios analistas, llega con las claves para comprobar el rumbo de estos peligros (nótese el plural) y los emanantes de la anunciada ralentización en el mundo. ¿Podrán conjurarse tantos elementos adversos?

Si los países desarrollados, incluyendo a los propios Estados Unidos, ven disminuir sus tasas de crecimiento, cuando además caen las exportaciones debido a las aventureras pautas de Trump, el panorama dista de ser halagüeño y se agrava por las decisiones del estrafalario conductor de un tren capaz de descarrilar debido a tanto batuqueo.

Los desacuerdos en materia comercial entre las dos principales potencias del mundo, sumados a cuantos provoca Trump hacia sus socios y “enemigos”, están en el sustrato sobre el cual debe transcurrir el enjuiciamiento iniciado con las pesquisas de 6 comisiones parlamentarias, en busca de una eventual destitución de Trump. Si en tiempos normales el magnate instaló burradas de alto coste como las aquí expuestas, solo en parte, de su autoría se esperan extravagancias dañinas a partir de ya.

Las acciones de la presidencia de Trump revelaron el hecho deshonroso de la traición del presidente a su juramento, la traición a nuestra seguridad nacional y la traición a la integridad de nuestras elecciones (…) Por lo tanto anuncio que la Cámara de Representantes avanza con una investigación oficial de impeachment” a partir del uso de su posición para presionar a una entidad extranjera, (Ucrania), de modo que investigara en su beneficio, a un oponente político (Joe Biden, candidato demócrata).

De este modo presentó la jefa de la cámara baja, Nancy Pelosi, el pleito que tantos suponen no irá lejos o, en el mejor caso, no implica el cese de funciones, como ocurriera en tiempos de Andrew Johnson o William Clinton. Esos grupos de trabajo pidieron documentos oficiales a Mike Pompeo para medir si el feo chantaje del presidente puso en riesgo la seguridad nacional, al encargarle a alguien recién estrenado y ajeno, el suministro de mugre sobre el principal aspirante a la presidencia del partido demócrata. Tenga o no el aludido algo a impugnarle, el acto presidencial es una forma baja de interponerse en el normal curso de las elecciones del año venidero.

Trump confía en un hecho: es en el senado donde transcurre el verdadero juicio, una vez concluidas las investigaciones de la cámara de representantes. El asunto queda después a cargo de 100 linajudos senadores, en mayoría republicanos, quienes votarán a favor o en contra de su condena. Es difícil que opten por expulsar a una de sus criaturas. Quien se queda bastante en el aire es Volodimir Zelenski. Al presidente ucraniano no le favorece nada lo mal parado que le dejaron, incluso si es un capítulo menor en una historia peliaguda todavía por contar.

Se han publicado 3 comentarios



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  • Amaya dijo:

    Desde el primer momento manifesté por aquí mi desacuerdo con el "juicio" político, creo favorece mas a Trump que a nadie más, es lógico que sus adeptos lo defenderán a capa y espada

  • Jose R. Oro dijo:

    Muy buen artículo de la destacada periodista y analista internacional Elsa Claro, muy informativo y presenta los pros y contras de la acción de impeachment (impugnación) de Trump, que comento sabiendo que es un tema cuyos resultados de todo tipo son bastante impredecibles
    1. Los miembros de la “tribu” de Trump o de la “tribu” anti – Trump lo apoyarán o enfrentarán en toda circunstancia. La dirección del partido demócrata sabe que los unos o los otros no van cambiar fácilmente su intención de voto, hoy día existe en los EE.UU. una polarización política desconocida desde los tiempos de la Guerra de Vietnam, el país esta inflamado. Tanto los partidarios del presidente fascista como los anti – Trump van a votar por o contra él con o sin impeachment. El objetivo político son los independientes y personas afines al partido demócrata o de cualquier otra orientación que se quedan en sus casas y no van a votar. En las elecciones del 2016 se estimaron entre 100 – 102 millones de personas facultadas que no fueron a votar. En el 2016 votaron en total 129 millones de personas (aproximadamente 63 millones por Trump y 66 millones por Hillary), de 231 millones de personas habilitadas para votar. Obtener una parte del voto de este sector (que puede llegar a ser mas de 20 millones de votos más contra Trump) es el objetivo de la dirección demócrata. En las elecciones del 2016 voto el 55.7% de los habilitados, si esa cifra hubiera sido del 58% - 60% (en las elecciones Kennedy versus Nixon en 1960 fueron a votar un 63%), hasta una mediocre candidata como Hillary hubiese ganado.
    2. Con respecto a que el que decide es el Senado. Es completamente cierto que van a cerrar filas por Trump, es un acto de supervivencia política. El proceso de impeachment va a ser con muy alta probabilidad detenido por el Senado Republicano y eso está claro (y ha estado siempre claro) para el liderazgo del partido demócrata.
    3. Pero esa no es la medida de su éxito o fracaso del “impeachment”. La razón última es crear una ambiente favorable para que salga a la luz pública mucha basura que tiene Trump escondida bajo la alfombra. Pero además de nuevos escándalos, para revivir y "refrescar" cosas como el dinero pagado a prostitutas a cambio de silencio, el caso Mueller, malversaciones inmobiliarias, en uso de hoteles y otras instalaciones propiedad del presidente para actividades internacionales o gubernamentales gananciales o súper-gananciales para las empresas de Trump, un montón de otros "rollos" que van a salir de su manto de secreto. Algunas de estas cosas salieron a la luz hace ya algún tiempo y han sido parcialmente olvidadas.
    4. Un grupo de senadores y representantes republicanos, sobre todo los más jóvenes, están muy preocupados si el alinearse fuertemente con Trump pueda representar un perjuicio o hasta el fin de sus carreras políticas. En las próximas elecciones de noviembre del 2020, de 35 escaños senatoriales en disputa, 23 son ocupados por republicanos y se piensa que 7 sean posibles pérdidas ante candidatos demócratas y extremadamente disputados. En el caso de los demócratas serian 12 escaños en juego y 3 se considera que pueden cambiar de manos o ser impredecibles hoy. Por ello si el Senado contra la convicción de la mayoría del pueblo, se solidariza con Trump como todos pensamos, eso puede traer un desastre para el partido republicano en las elecciones del 3 de noviembre del 2020, ya que pueden perder presidencia, Senado y no ganar de vuelta (lo que parece imposible) la Cámara de Representantes, firmemente demócrata.
    (Continuará)

  • Jose R. Oro dijo:

    (Continúa)
    Los votantes en los Estados Unidos están ahora divididos a la mitad sobre si el Congreso debe comenzar el impeachment contra Trump, un marcado aumento en el apoyo a esta censura, según una nueva encuesta de POLITICO/Morning Consult.
    La encuesta, que comenzó después de que Nancy Pelosi anunciara su apoyo a los procedimientos de impeachment el martes, muestra el 43 por ciento pensando que el Congreso debería comenzar el proceso, y un número igual que el Congreso no debería iniciar esa pesquisa. Otro 13 por ciento de los votantes está indeciso.
    El apoyo a la impugnación de Trump subió un 7 % en comparación con la encuesta anterior, que se llevó a cabo de septiembre 15 -18. En esa encuesta, sólo el 36 por ciento de los votantes apoyaba iniciar los procedimientos de desunión, mientras que el 49 por ciento se oponía a ellos.
    Entre los votantes demócratas, el apoyo a los procedimientos de censura al presidente ha aumentado 13 puntos, de 66 por ciento en la encuesta anterior, a 79 por ciento ahora.
    La última encuesta, de la Universidad de Quinnipiac observa que el crecimiento de la intención pro – impeachment es de u n 10%, según los datos de ellos en la semana que pasó, y que anda cerca del 50%, con un 38% que se opone y casi un 13% de indecisos.
    Pero todo esto es opinión popular en las encuestas, que además tienen siempre un margen de error (en estos dos caos de un 2%). El Senado está hoy por hoy controlado por los republicanos. Además hay un factor adicional, el voto del Senado para destituir a un presidente debe ser por un margen de dos tercios
    Un fascista como Trump que se ve acorralado, es muy peligroso, puede tratar de buscar una “victoria” en política exterior, contra Venezuela, Cuba, Irán, Siria, Yemen o la RPDC, por ejemplo, cualquiera de estas acciones traería un desastre de envergadura mundial.
    La brutal exacerbación del Bloqueo anti – cubano, cada vez mas ilegal e inmoral esta en sus estertores de agonía. Ya todos los estadounidenses avisados lo identifican con Trump, Marco Rubio y los dichosos 29 votos electorales de la Florida. Con Trump muere el Bloqueo, se van juntos a la tumba.
    La intención principal no es lograr una muy deseada, pero muy difícil, impugnación y consiguiente destitución de Trump. Es movilizar a los votantes en su contra, desunir a los líderes republicanos, como el ex senador y gran amigo de Cuba Jeff Flake, quien dijo claramente que el partido republicano “aun puede salvar su alma” no apoyando a Trump. Mitt Romney y varios caudillos republicanos (entre ellos el poderoso clan McCain, Ryan Zinke y otros), que se la tienen jurada a Trump, y sacar a la luz todo el bagaje negativo (si no criminal) de Trump. Todos los días sale algo nuevo contra Trump, ayer fue que trato con Australia de desprestigiar el informe Mueller, por ejemplo.
    La medida del éxito del impeachment es derrotar la re-elección de Trump y también tratar de terminar con la mayoría republicana en el Senado, el 3 de noviembre del 2020. Pero dadas ciertas circunstancias, si las cosas que salgan a la luz contra Trump son probadas legalmente, puede triunfar en la destitución del mandatario fascista, aunque es algo impredecible, depende de probar culpas criminales, algo que hasta ahora no se ha realizado.
    Muchas felicitaciones a la autora Elsa Claro, este es un serio e ilustrador documento que muestra la anarquía y el desconcierto de la sociedad estadounidense de la era Trump.

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Elsa Claro

Elsa Claro

Periodista cubana especializada en temas internacionales.

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