Cubadebate

Foto: La Bicicleta.

Esto de la evolución es interesante, se aplica a muchas cosas y sus plazos son variables. La tenemos de periodos largos y en ciclos más breves. Gracias a ella estamos por acá y no nos quedamos, como simples amebas, chapaleteando en las primeras aguas.

Producto de ese ritmo se avanza en la tecnología y en la ciencia. Aunque no siempre la cosa es pareja y lamentablemente, como en tantos otros asuntos de este mundo desigual, algunos llegan primero a determinados hitos y otros tienen que esperar un poco para que les llegue la novedad.

Ahí está el ejemplo de los europeos que, beneficiados por las condiciones y el clima del llamado "Creciente Fértil", lograron de primeros descubrir el uso del acero, tener caballos y fabricar armas modernas para adelantarse evolutivamente a los de este continente e irnos arriba, tumbarnos el oro, matarnos los indios y luego decir que fue gracias a eso que evolucionamos.

Ahora las cosas van más rápido que antes y es como si le hubieran puesto el pie al acelerador evolutivo y eso es bueno, pero también es malo, porque el carro no hala parejo y mientras algunos dan saltos de alegría porque un artilugio fabricado por el hombre casi ha descubierto agua en Marte, otros en la tierra se están muriendo de sed.

Yo recuerdo que en una ocasión mientras visitaba un conocido museo de la Plaza Tiananmén​ en la capital China, me mostraron una vidriera con una secuencia evolutiva de los teléfonos, desde añejos aparatos de otros siglos hasta el más moderno celular de ese año y yo, algo nervioso y un poquito apenado, apreté dentro de mi bolsillo el telefonito Nokia que me acompañaba y del cual una réplica idéntica formaba parte de la cronología que se exponía, como algo del pasado.

Según explica la ciencia, en los inicios de la tierra, todos los continentes estaban unidos en una masa a la cual se ha llamado "Pangea" y luego se fueron separando para dar lugar a la configuración actual, pero lo más curioso es que los expertos auguran que en otros milloncitos de años otra vez las partes se unirán y yo me he puesto a pensar que si la cosa evoluciona así, más vale que Estados Unidos no tenga un presidente tan loco y xenófobo como Trump, porque de lo contrario ¿cuántos muros tendrá que construir?

Este es un proceso que nunca acaba y que en verdad nadie sabe a ciencias ciertas hasta dónde nos llevará, ni qué pasará con la especie humana dentro de algunos siglos o milenios, si es que dicha especie logra llegar hasta allá sin antes autodestruirse, gracias a la estupidez de los que, a fuerza de querer ser más modernos, puede que manden el planeta a épocas anteriores a los dinosaurios.

(Tomado de La Bicicleta)