Imprimir
Inicio »Opinión, Política  »

El país Titanic

| 4

Brasil, el país más poblado y de la mayor economía de América Latina: el gobierno moribundo se hunde a cada hora. Foto: Archivo.

La imagen es harto conocida: en medio a una borrasca asustadora, el pleno océano, un navío oscila peligrosamente. El capitán ordena que la orquesta siga con su labor, mientras el navío avanza rumbo a un iceberg. Cuando ocurre el encontronazo previsible, faltan botes de socorro.

Nada puede ser más explicativo con relación a lo que ocurre con Brasil, el país más poblado y de la mayor economía de América Latina: el gobierno moribundo se hunde a cada hora, y Michel Temer, alzado a la presidencia a raíz de un golpe institucional, se limita a un desfile de frases huecas mezcladas con ademanes de salón.

Una huelga de camioneros que, en realidad, nació de un paro patronal ( lockout) anunciada varias veces desde octubre pasado, paralizó el país durante 10 infinitos días. La población se vio duramente afectada: además de combustibles, faltó de todo. Supermercados vacíos, calles desiertas, hospitales sin condiciones de atender a la gente, todo desapareció, hasta el dinero en los cajeros electrónicos. Y, sin embargo, el paro fue respaldado por nada menos que 87 por ciento de los consultados en encuestas y sondeos.

La razón de semejante contradicción es clara: se trató de manifestar con todas las letras la profunda, inmensa, infinita insatisfacción en que vive el país. Desde la destitución de la presidenta electa Dilma Rousseff, hace poco más de dos años, nada de lo prometido ocurrió. Al contrario: la economía siguió en receso, salvo brotes momentáneos de recuperación, el paro de mantuvo en las nubes –existen 13 millones 400 mil desempleados, más 14 millones de subempleados– y no hay luz en el horizonte.

La falta absoluta de liderazgo y de legitimidad del gobierno de Temer se hizo más evidente que nunca en medio a la crisis que estalló en los últimos días de mayo. Al pactar con la patronal de los transportistas, Temer y sus secuaces revelaron a qué punto llega su incompetencia: cedieron todo a cambio de nada.

Si el origen del movimiento estaba en los aumentos cotidianos del combustible, a la hora de sentarse y negociar concedieron todo lo que les fue exigido por los grandes transportistas, sin ninguna garantía de que el paro –que literalmente bloqueó carreteras y autopistas por todo Brasil– sería levantado. Resultado: más desgaste y desmoralización para un gobierno moribundo. El movimiento desapareció por cuenta propia, sin que el gobierno haya tenido ninguna iniciativa.

El viernes pasado, otra bomba: el ingeniero Pedro Parente, presidente de la estatal Petrobras, renunció. Y lo hizo de manera irresponsable, cuando la Bolsa de Valores de Brasil estaba en el apogeo. Lo normal sería presentar su renuncia luego del cierre de la jornada en el mercado. ¿Cuántos se habrán beneficiado con la noticia?

En el fondo, lo que se discutió a lo largo de la crisis ha sido la política económica impuesta por el gobierno de Temer. En lo que se refiere a Petrobras y a los combustibles, el asunto es sencillo: Temer, obedeciendo al ex presidente Fernando Henrique Cardoso, puso al frente de la Petrobras a Pedro Parente. Sus primeras medidas fueron dirigidas claramente a destrozar la política de energía llevada a cabo primero por Lula da Silva y luego por Dilma Rousseff: disminuir en por lo menos 28 por ciento la producción nacional de gasolina, y aumentar las importaciones. Principal beneficiario: Estados Unidos, que duplicó las exportaciones del combustible a Brasil.

La ecuación es sencilla: con el precio del petróleo y derivados en ascenso, y con la producción interna siendo duramente rebajada, aumentan los gastos y, como consecuencia obvia, el precio se ajusta todos los días –sí: diariamente– el precio de los combustibles se hizo insoportable para los usuarios, mientras aumentaba astronómicamente el lucro de los accionistas de Petrobras, una empresa de capital mixto controlada por el Estado. Las cotizaciones de sus acciones en la bolsa de valores de Nueva York dieron paso a la alegría de los accionistas extranjeros.

En silencio, esa vertiente del golpe que primero destituyó a la presidenta legítima y luego encarceló –sin que existiese una mísera prueba– al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, estaba triunfante. O sea, la vertiente de la entrega, a las multinacionales, del petróleo brasileño.

La acción entre camioneros y empresas transportistas (vale reiterar que 67 por ciento del transporte en Brasil se da por camiones) puso en relieve lo que era ocultado o ignorado por los medios hegemónicos de comunicación.

La crisis de mayo puso en relieve la inexistencia, la insignificancia del gobierno de Temer.

Resta por saber qué harán ahora con un gobierno moribundo. Faltan cuatro meses para las elecciones y siete para que asuma el nuevo presidente. La primera pregunta, y más urgente, es: ¿habrá elecciones en octubre?, la segunda: ¿lograrán mantener a Temer y su grupo hasta enero del año que viene?, y la tercera: ¿hasta cuándo el país logrará sobrevivir a semejante caos?

(Tomado de La Jornada)

Se han publicado 4 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Andrés Dovale Borjas dijo:

    Es cierto que por su tamaño Brasil puede ser comparado con el Titanic, aunque en la actualidad existen barcos mucho más grandes que este, pero en lo que no es comparable es en que se vaya a hundir, por suerte las aves de mal agüero no suelen estar acertadas en sus predicciones. Brasil superará esta y otras crisis que pudieran venir y el pueblo brasileño elegirá en las próximas elecciones al gobierno que les parezca más confiable y lo que ha sucedido en estos últimos años en Brasil estará asociado más a los graves delitos de corrupción que ha afectado a su clase gobernante y al Partido del Trabajo y de la empresa Petrobras que a la destitución de Dilma, al gobierno de Temer y al encarcelamiento del ex presidente Lula da Silva.

    • Perico dijo:

      No se va a hundir....ya se hundió..

      -Brasil cedio casi el 50 % de sus recursos petroleros a las empresas norteamericanas.
      -La Operacion Lava Jato, hecha en los laboratorios del Departamento de Justicia en Washington, destruyó a las empresas de construcción civil, lideres mundiales.
      -Brasil cedio su industria aeronautica, aviones Embraer, a la Boeing norteamericana.
      - La industria naval de Brasil colapso por falta de fondos.
      - La empresa Electrobras a punto de ser privatizada a ......los yankees.
      - Industria Nuclear destruida y atrasada 20 años.
      - Suben los asesinatos y el narcotrafico.
      - Brasil retorno al mapa del hambre, cuando Lula y el PT lo erradicaron.
      - Brasil está a punto de ceder su Amazonia, recurso fundamental en ese país.
      - Brasil se fue de UNASUR.
      - Brasil es un zombi en los BRICS.
      - Brasil 13 millones de desempleados y su economica desacelerada...
      - la clase judicial, lava Jato incluido, en manos del Departamento de Justicia de EEUU.
      - Brasil con presos politicos: LULA.
      -Brasil sirve descaradamente a las órdenes de EEUU en la OEA.

      y todavía hay personas como Andrés Dovale Borjas que tocan el violín pensando que Brasil no se hundirá.

      Saludos a Cubadebate y disculpen las molestias.

  • Francesco Monterisi (Italia) dijo:

    Temer golpista!
    Articulo traducido en italiano http://www.cubainformazione.it/?p=32545

  • JOJO dijo:

    que ironia

Se han publicado 4 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Eric Nepomuceno

Eric Nepomuceno

Escritor, periodista, investigador y traductor brasileño.

Vea también