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¿Cuál es el potencial significado de las elecciones intermedias en EEUU?

Impresionantes multitudes contra la compra y tenencia de armas, con la que Donald Trump se ha alineado, no auguran nada bueno para el partido republicano. Foto: Business Insider.

El 6 de noviembre de este año se efectuarán en los EE.UU. las llamadas “midterm elections” o elecciones intermedias, que se realizan a los 2 años de las elecciones presidenciales, la mitad del mandato de cuatro años del presidente.

Los cargos electivos federales y estatales que se someten a votación son:

  1. En el Congreso de los EE.UU., todos los 435 escaños en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, y 34 de los 100 escaños en el Senado.
  2. Además, 34 de los 50 Estados eligen a sus gobernadores para períodos de cuatro años durante, mientras que Vermont y New Hampshire eligen a los gobernadores para términos de dos años tanto en las elecciones intermedias como en las presidenciales. Así, 36 gobernadores son elegidos durante las intermedias de este año.
  3. Muchos Estados también eligen oficiales a sus legislaturas y gobiernos estatales.
  4. Conjuntamente se celebran elecciones a nivel municipal. Se presentan a votación alcaldías, otros cargos públicos locales y se incluyen en la misma planilla electoral una amplia variedad de iniciativas ciudadanas, en la que este 6 de noviembre predominarán con toda probabilidad en muchos estados y municipios temas relacionados con la compra y tenencia de armas.

Las elecciones intermedias usualmente tienen menos participación electoral que las elecciones presidenciales, y  en vez de un 50 – 60% (estadísticas de los últimos 60 años), alrededor del 40 % de los votantes elegibles van a las urnas en las elecciones intermedias. Otra característica es que usualmente el partido del Presidente en funciones pierde escaños en el Congreso, y también frecuentemente los opositores intra- partidistas del Presidente incrementan su poder político.

Las próximas elecciones del mes de noviembre parecen que van a ser un tanto diferentes, aún faltan siete meses pero ya se observa que ocurrirá una asistencia masiva a las urnas,  los medios de comunicación y los observadores políticos coinciden en que  habrá  una importante votación contra el partido republicano, mayor que el margen común en elecciones anteriores de este tipo. Las preguntas que todos nos hacemos son:

  1. ¿El partido demócrata ganará el control de una o de ambas cámaras del Congreso?
  2. ¿La victoria demócrata será tan grande que además del Congreso se extienda a las gobernaciones de los Estados?

Hay indicios preliminares que preocupan profundamente a los republicanos. Por ejemplo, los demócratas están sobrepasando a los republicanos en recaudación de fondos para sus campañas, y 55 candidatos demócratas que están retando en la Cámara de Representantes a los actuales titulares republicanos de esas curules, los superan en capacidad monetaria, lo que es un hecho muy poco común, que indica una fuerte intención de votar contra ellos. En sentido general entre los candidatos a representantes hay una superioridad de 81 para los demócratas (258 candidatos) sobre los republicanos (177), que han recibido más dinero de sus simpatizantes. El incremento necesario para que el partido demócrata controle la Cámara de Representantes es de 25, que parece ser alcanzable, aunque aún faltan casi 7 meses para la votación.

El principal arma a favor de los republicanos es una economía que ha mejorado un tanto (no muy visiblemente en el bolsillo de la muy extendida clase media), pero ¿pueden las estadísticas de la economía superar toda la negatividad producida por Donald Trump?

Al fin de la jornada, estas elecciones intermedias de 2018, quieran algunos admitirlo o no, serán un referéndum sobre Donald Trump y su errática omnipresencia  en todos los sectores de la vida nacional e internacional.

El cartel dice “No se puede cambiar a un estúpido pero se puede votar para sacarlo”. Foto: Business Insider.

Los votantes contentos y satisfechos no salen mucho a votar en las elecciones intermedias; pero los electores disgustados con el Presidente se mueren por hacerlo y descargar su cólera. Las elecciones hace unos meses en Virginia así lo demostraron, los ciudadanos que eligieron a un candidato demócrata prácticamente desconocido (quien tenía en contra a un poderoso y favorito líder republicano), votaron en realidad contra Donald Trump, ni más ni menos.

En mi opinión, uno de los aspectos más importantes y que no debe ser olvidado u omitido de ninguna manera, es que en las elecciones presidenciales Donald Trump perdió el voto popular por casi tres millones de votos (exactamente 2,868,691 votos).  Ganó la presidencia por la decisión de los colegios electorales por estados, lo que solo ocurre en las elecciones presidenciales. En las elecciones intermedias de este año “no hay tutía” es voto a voto para ser senador o representante en el Congreso de los EE.UU., o gobernador en un estado de la Unión. Gana el que saque más votos, punto.

Lo que se prevé para las elecciones de este 6 de noviembre de 2018 es que se produzcan grandes ganancias demócratas tanto en el Senado como en la Cámara, y que 3 - 4 gobernaciones de Estado más pasen a ser ocupadas por ese partido. Una gran reprimenda pública  a Donald Trump y a su partido republicano, mostrando un difícil camino para su re-elección en la elecciones presidenciales del 2020. El mensaje que los votantes probablemente envíen es simple: Donald Trump es un desastre y tiene que irse. Eso significa que su partido tiene que irse también.

¿Cuáles serían las consecuencias directas de una derrota republicana?

Los líderes del partido republicano están supremamente preocupados que en caso de una clara victoria de los seguidores del partido demócrata surjan un grupo de graves problemas para su gobierno:

  1. Ingobernabilidad. La posibilidad de un 2019 y 2020 aún más caótico en Washington es muy grande. La irritación y petulancia de Donald Trump lo puede llevar a cometer errores graves e irreparables.
  2. Posible “impeachment” (juicio politico) contra Donald Trump. No se le puede hacer un juicio politico a un presidente por ser grosero y “pesao” solamente. Pero el actual inquilino de la Casa Blanca presenta una considerable vulnerabilidad, entre ellas las “raras” relaciones con Rusia antes de ser elegido, las relaciones con al menos una modelo nudista, y otras muchas cosas de más o menos peso. Pero no debemos olvidarnos que muchos congresistas demócratas y algunos republicanos están pidiendo su cabeza, y todas las razones pueden ser usadas, por inadecuadas que parezcan, la política en Washington es sucia al extremo. En enero pasado, 66 representante demócratas, más de un tercio de la bancada de ese partido, votaron para comenzar procedimientos de acusación política contra Donald Trump. Si obtienen una mayoría en la Cámara de Representantes, muchos demócratas que no lo hicieron en enero por no ver la posibilidad de que tal moción pudiese prosperar (e incluso algunos republicanos) se pueden sumar a esa propuesta. El propio DT ya ha mencionado en tres discursos separados esta posibilidad, acusando a la representante Maxine Waters  (D – California) de pretender destituirlo. Y no es paranoia, si están queriendo hacerlo de verdad. De ahí a que en la práctica lo puedan lograr hay un gran trecho, pero Donald Trump observa la posibilidad de que esto se produzca o de que al menos sus últimos dos años de gobierno se los pase defendiéndose y que sus rivales intra- partido republicano propugnen un nuevo candidato para el 2020. Ambas posibilidades terribles y humillantes para el mandatario.
  3. Para América Latina sería muy importante, sin dudas. No es que los EE.UU. vayan a cambiar su esencia misma. Pero sí que las formas más virulentas y fascistoides dentro de ese país van a tener mucha menos libertad para sus agresiones, las que incluyen desde Muros en la frontera con México, quiméricos, falsificados e inverosímiles “ataques sónicos” en La Habana, sanciones espurias contra Venezuela, persecución desquiciada del movimiento progresista y sus líderes, ahora con la vía judicial como la predilecta, y una lista infinita de otros desmanes, que no recibirían aprobación en el Congreso.

Las elecciones intermedias del 6 de noviembre de este año tienen una crucial importancia, sin duda alguna. El poder político de la ultraderecha anticubana se puede ver fuertemente erosionado, Marco Rubio y asociados verán diluirse su capacidad de acción, las propuestas de permitir los viajes libres a Cuba verse mucho más apoyada, mociones contra el cruel Bloqueo anticubano tener más posibilidades de ser seriamente debatidas, y en general un Donald Trump con la manos atadas por un Congreso hostil.

¿Saldrá bien despeinado Donald Trump de las elecciones intermedias? Foto: Daily Mirror.