Cubadebate Goles son amores: Llanto

Iniesta fue sustituido en la final ante el Sevilla y recibió la ovación del público. Foto: Reuters.

Hay una compilación breve en la última entrevista que Philip Roth concedió hace unos meses a The New York Times, donde Roth reproduce una elegía de sus años como escritor: “Euforia y gruñidos. Frustración y libertad. Inspiración e incertidumbre. Abundancia y vacío. Resplandor hacia adelante y confusión en el camino. El repertorio diario de las dicotomías oscilantes que cualquier talento soporta. Y una tremenda soledad, también. Y el silencio: 50 años en una habitación silenciosa como el fondo de una piscina, extendiendo, cuando todo iba bien, mi mínima provisión diaria de prosa utilizable”. Lo que Roth indica son, en realidad, los sollozos de un tipo agotado: no más que lógicas temporales en función del desgaste o el dolor cuando no es desgaste, sino evasión voluntaria.

Cuando Iniesta sale del Wanda Metropolitano y entrega el brazalete de capitán a Messi, aparece el llanto como deserción, como saudade[1] perfecta. El llanto de Iniesta es tan prudencial que parece demasiado justo para ser un llanto pedestre. Son lágrimas casi predecibles. Desde el centro del campo hasta la línea lateral, el manchego demora algo más de veintisiete segundos. Lo saludan varios. Aplaude a la grada. Lo ovacionan. No hay llanto aún. El llanto es, por antonomasia, una patología posterior a todo, un time-lapse que busca siempre lo contrario: ralentizar el tiempo en que existe la tristeza, como si la tristeza fuera un artefacto necesariamente perdurable.

La tristeza es, a fin de cuentas, una prórroga con sentido perfeccionista o, lo que es lo mismo: Mark Romanek demorando un día para iluminar la sala de un casi moribundo Johnny Cash. Donde Romanek filma el videoclip de Hurt hay fragmentos del último Roth: cansancio, pesimismo, resplandor incluso. Donde Iniesta sale del campo, hay fragmentos de la voz de Cash: I focus on the pain/ the only thing that's real[2].

Notas:

[1] De origen portugués. Vocablo de difícil definición traducido en la gran mayoría de las ocasiones como añoranza, nostalgia, melancolía.

[2] Me concentro en el dolor/ la única cosa que es real.