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Fidel en Baraguá

Este 19 de febrero se cumplen dieciocho años de que, en medio de la lucha por la liberación del niño Elián González, en Mangos de Baraguá, Santiago de Cuba, Fidel pronunciara el documento que se denominó Juramento de Baraguá.

Fidel escogió el sitio donde un 15 de marzo de 1878 el general Antonio Maceo escenificara uno de los hechos más relevantes de nuestras luchas por la independencia: la protesta de Baraguá, en la que rechazó pactar una paz sin independencia y el plan de capitulación que le ofrecía el representante de la metrópoli española, general Arsenio Martínez Campos.

Como en todas las batallas que libró, en esta también Fidel salió victorioso, pues Elián regresó a su patria y hoy es un joven profesional que aporta lo mejor de sí a su país y al pueblo que libró una lucha prolongada hasta su regreso.

Bajo la actual administración estadounidense se han recrudecido las medidas del bloqueo económico, comercial y financiero, padecido toda su vida por un 77% de la población cubana, así como las acciones subversivas de las fuerzas imperialistas contra nuestro país. El juramento de resistir y vencer en el campo de las ideas y la ética está presente actualmente en la lucha del pueblo cubano por preservar las conquistas de la Revolución y continuar la batalla por nuestros sueños de justicia para Cuba y la humanidad toda. 

En las actuales circunstancias, donde en breve Cuba tendrá un nuevo presidente, cifran sus esperanzas en la “vulnerabilidad” de las nuevas generaciones y de determinados grupos o sectores de la sociedad; intentan fomentar la división entre las fuerzas revolucionarias como ha sucedido en el debate producido en el marco del actual proceso eleccionario, la apatía, el desaliento y la falta de confianza en el gobierno revolucionario. Pretenden mostrar una sociedad sin futuro, para revertir los logros obtenidos en la construcción del socialismo, despojarnos de la independencia y las conquistas revolucionarias.

Los retos actuales y futuros requieren articular todos los medios y fuerzas con que contamos para fortalecer la unidad patriótica y moral del pueblo; desarrollar valores y patrones de vida revolucionarios; abrir cauce a legítimas aspiraciones individuales y colectivas y encontrar soluciones a los disímiles problemas que afrontamos en nuestra economía.

La semilla sembrada por la Revolución y una obra social y humana que resalta por todas partes, permiten multiplicar las formas y medios de lucha, y profundizar la conciencia revolucionaria de nuestro pueblo.

Total vigencia tienen las palabras pronunciadas por  Fidel aquel 19 de febrero del 2000:

“Cuba se descubre a sí misma, su geografía, su historia, sus inteligencias cultivadas, sus niños, sus jóvenes, sus maestros, sus médicos, sus profesionales, su enorme obra humana producto de 40 años de lucha heroica frente a la potencia más poderosa que ha existido jamás; confía más que nunca en sí misma; comprende su modesto pero fructífero y prometedor papel en el mundo de hoy. Sus armas invencibles son sus ideas revolucionarias, humanistas y universales. Contra ellas nada pueden las armas nucleares, la tecnología militar o científica, el monopolio de los medios masivos de divulgación, el poder político y económico del imperio, ante un mundo cada vez más explotado, más insubordinado y más rebelde, que más que nunca pierde el miedo y se arma con ideas”.

(Tomado de La Pupila Insomne)