Cubadebate Goles son amores: Falacias

Pierre Emerick Aubameyang ha sido una de las figuras en el inicio de temporada del Dortmund. Foto tomada del perfil en Facebook del club.

Debe existir algo en la cosmovisión de Peter Bosz que pudiera resultar adictivo o, en el peor de los casos, indiferente: jugar en tres cuartos de cancha es siempre el único medio probable; el fin, en cambio, podrían ser los movimientos caóticos sin balón mientras se obstruye lo que más importa a los contrarios: los espacios, el funcionamiento en transición, las conexiones, las libertades ajenas.

Las lógicas de Bosz permiten ese tipo de falacias: mientras alguien decide leer que el entrenador holandés del Dortmund solo quiere tener control arriba; a sus jugadores, en realidad, solo les importa moverse sin la pelota, lo cual es, de alguna manera, una variante menos patrimonial de la posesión.

El ex del Ajax acude a un recurso modélico: adelantar las líneas y, con ello, establecer los desplazamientos sin la esférica en áreas cercanas al arco a batir, lo cual implica que haya demasiados efectivos delante del balón y los regresos en defensa se vuelvan más difíciles. La solución ante esto último debe ser, necesariamente, la presión tras pérdida, el gegenpressing: "el Barcelona usaba la regla de los tres segundos con Guardiola. Nosotros no somos el Barcelona, por lo que tenemos que añadir dos segundos. En cinco segundos tenemos que recuperar la pelota", había soltado Bosz en una conferencia de prensa.

Cuando comiencen a disminuir la precisión en los toques, como es obvio, todo deberá terminar. El problema está en que, excepto en el partido contra Tottenham, el Dortmund no ha tenido la oposición de volantes de contención abrumadores: especie que, en primera opción, sirve para agrietar los trazos de un equipo y, en última, para separar las líneas. El Wolfsburg, Hertha, Freiburg, Köln, Hamburg y BMG no los tienen de ese tipo, por eso siempre buscan aguantar; porque para atenuar el desequilibrio táctico es más fácil para cualquiera juntar todas las partes del esquema.

En el último encuentro hubo muchos balones filtrados desde el centro: tres de ellos sirvieron para iniciar jugadas de gol (Weigl hacia Aubameyang en el primero, antes del pase para Philipp; luego Sokratis, en el tercero, buscó en largo a Philipp; Dahoud envió la pelota adelantada para Aubameyang en la quinta anotación). El juego por bandas no buscó la profundidad, sino el arrastre de marcas que es, quizás, una etapa superior de la profundidad.

Este Dortmund será difícilmente superable cuando logre controlar los partidos. En el mismo instante en que se vean con más hombres por detrás de la línea de la pelota, tendrán entonces que sobrevivir a los movimientos en su propia mitad de terreno: algo que, si se observa desde algún punto de vista, pudiera ser una variante menos ancestral de la muerte.