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Fidel entre dos infancias

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"En la Plaza de la revolución" (1965). Foto: Alberto Korda.

"En la Plaza de la Revolución" (1965). Foto: Alberto Korda.

Escuché hablar de Fidel por primera vez en mi infancia, bastante antes del primero de enero de 1959. Por entonces su nombre se decía en voz baja y a veces se percibía en los murmullos de los mayores. Una noche lo escuché mencionar en la radio, también a bajo volumen, en casa de unos parientes que tenían onda corta. Allí escuchábamos una emisora clandestina que trasmitía desde las montañas de la Sierra Maestra, donde aquel nombre prohibido y sus amigos se peleaban a tiros con el ejército.

Así que lo primero que aprendí de Fidel es que a veces había que ser discreto: no se podía decir su nombre, no se podía decir que escuchábamos aquella emisora, como tampoco se podía decir que en la panadería de enfrente se vendían bonos del 26 de julio. Por lo mismo también fue secreto que, de mis soldaditos de juguete, mis afines eran los rebeldes, y que sus enemigos eran los mismos enemigos de los rebeldes de la realidad.

Apenas dos años después del triunfo revolucionario, Fidel, para mí, fue aquel hombre joven, enérgico y barbudo que a unos metros por encima de mi cabeza, en la playa de Varadero, despedía a un ejército de la enseñanza que al amanecer partiría a los campos y montañas de Cuba, armados de faroles y cartillas de alfabetización.

Aquel fue el primer discurso en directo que le escuché, y se me quedó el gusto, porque desde entonces muchas veces volví a estar cerca de donde Fidel se paraba a hacer historia. Incluso cuando mi servicio militar, si alguno de mis escasos permisos coincidía con un acto público, ahí estaba yo, lo más cerca posible de la tribuna. Puedo contar que estuve en el estadio en que aquel joven colombiano, armado de su acordeón, nos dio a conocer Cuba sí, yanquis no. Y también aquella vez de la escalinata universitaria, cuando alguien omitió la palabra Dios de un escrito de José Antonio Echeverría, y Fidel se indignó e hizo el memorable discurso donde nombró a los estrechos de miras como “mancos mentales”.

Confieso que cuando Fidel habló de los “elvispreslianos” me sentí en conflicto, porque a mí, desde chiquito, me gustaban las canciones y la guitarra de Elvis Presley. Pensé que sus palabras, más que a la música, se referían a jóvenes que se la pasaban en la ingravidez, ajenos a las urgencias del país. Fue un punto incómodo, pero que nunca me puso en tres y dos, porque mis jerarquías sentimentales siempre fueron maduras.

La primera vez que estuve un poco más cerca de Fidel, fue a través de terceros. Me refiero a cuando alguien cercano tuvo un encuentro directo con él y pude escuchárselo contar. Esto pasó la noche más difícil de la Crisis de Octubre, cuando el Jefe de la Revolución se reunió con algunos dirigentes, entre ellos los responsables del semanario Mella, donde yo trabajaba. Aquella reunión fue para informar sobre la posibilidad de que, al amanecer, Cuba sufriera dos impactos nucleares. La idea de ese ataque –que según leí después fue de Robert Kennedy—, era dividir nuestra alargada isla en tres pedazos, para facilitar un desembarco posterior. Un consejo que se dio en aquella reunión fue que, cuando el ataque ocurriera, procuráramos mirar hacia el oeste, para no quedar ciegos por el resplandor y poder resistir la invasión en el tercio de país que quedaríamos.

Yo tenía 15 años. Después de escuchar que el mundo se acabaría por la mañana, cuando mis compañeros subieron y me quedé solo, me refugié en la luna. Mirándola, algo me dijo que todo aquello era demasiado para que fuera cierto. Puede que me ayudara a pensar así una conga demencial que iba Belascoaín abajo, a dos cuadras de donde yo estaba con mi fusilito. Pero lo cierto es que mientras unos cavilaban sobre la suerte del mundo y otros rumbeaban que éramos socialistas, Fidel estaba despierto, organizando la resistencia después de la hecatombe nuclear. Era el mismo Fidel que en aquel lugar llamado Cinco Palmas, después del arduo desembarco del yate y de la derrota de Alegría de Pío, dijo a los pocos que quedaban que ahora sí iban a hacer la Revolución. El mismo hombre del que algunos de sus compañeros pensaron que se había vuelto loco. Por eso creo que una de las cosas que hizo a Fidel ser Fidel fue su extraordinaria capacidad de previsión, y su certeza de que siempre va haber un después para seguir luchando.

Y quizá porque yo disto de ser así –ya que carezco de esa grandeza–, porque a mí la realidad puede llegar a abrumarme e incluso a persuadirme, debo decir que ese supuesto loco, ese inconforme impenitente, ese rebelde con causa me reclutó desde la infancia.

Hay otros ángulos de Fidel, menos públicos, que no dejan de ser muy seductores: como cuando confiesa que lo que más le gustaría sería pararse en una esquina, o cuando acepta el reto de quién hace la mejor paella y se pone un delantal, o cuando dice que le hubiera gustado ser poeta.

Seguramente hay una multitud de Fideles habitando el mismo esqueleto y conformando al hombre que tuvo la energía y la suerte de llevar adelante una vida exigente, difícilmente comparable, tan auténtica que arrastró consigo a sus contemporáneos y que todavía hoy convoca y suma pensamientos. Por eso no dudo de que hay Fidel para muy largo rato.

A menos que venga otro período oscuro en el que otros injustos logren devolverlo a otra montaña, a otro silencio como el de cuando escuché su nombre allá, en mi infancia. Si ese velo cayera, no dudo que Fidel vuelva a romper el mutismo impuesto y que otro día, con otro nombre luminoso como el de aquel enero, volverá a obtener la victoria.

(Tomado del blog Segunda Cita)

Se han publicado 51 comentarios



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  • R Man dijo:

    Disculpa Silvio, solo en algo no concuerdo y es en el nombre geográfico del sitio del reencuentro de los expedicionarios tras la dispersión de Alegría de Pío el 16 de diciembre de 1956.
    Fidel y Raúl en Cinco Palmas: un reencuentro con eterna vigencia ...
    http://www.granma.cu/cuba/.../fidel-y-raul-en-cinco-palmas-un-reencuentro-con-eterna-vig...
    16 dic. 2016 - Fidel y Raúl en Cinco Palmas: un reencuentro con eterna vigencia ... se reafirmaba la continuidad histórica de la Revolución Cubana

  • MANOLOGLEZ dijo:

    Tell,hay mucha envidia en tu mensaje.Y eso te invalida.
    Es cierto que Silvio puede vivir diferente a la mayoria,pero todo eso lo ganó con su talento,con sus manos,con su obra. A nadie le pidió prestado.Y eso es légitimo en cualquier sociedad.
    El texto brillante,excelente,como su obra.Por eso tiene lo que tenía que tener.
    Hay mucha diferencia con las riquezas que no son légitimas y que existen.

  • Miguel Garcia. dijo:

    Fidel, el más grande entre los grandes.

    Nuestro pueblo no lo olvidará jamás.

  • Tauro dijo:

    Comentario corregido.
    Silvio:
    Silvio:
    Me he leído los 26 comentarios escritos hasta ahora acerca de tu artículo. Más del 96% de ellos son una alabanza a la fuerza conque desenfadadamente escribiste sobre Fidel. Solo uno de ellos no goza de mi aprobación como pudo haberte pasado a tí. Pero, se equivocan los que escriben pensando que los receptores del mensaje siempre son aquellos que lo aprueban todo. Es un derecho legado por la propia Revolución que nos forjó a tí y a mi. A tí como artista y a mí como maestro, que es casi idénticamente decir lo mismo. ¿Qué sería de Silvio y de Tauro si un día no hubiese bajado de la montaña aquel ángel con barbas vestido de verde olivo con una única estrella en la frente: el pueblo?
    Yo también, apenas sin entender nada, o casi nada lo escuchaba, desde mi infancia y me acostumbré a su verbo rebelde, inclaudicable e irrepetible. Por ley de la naturaleza no podíamos tenerlo más físicamente entre nosotros; ahora desde su pétrea tumba nos continúa señalando en cada momento difícil de la especie humana cuál es el camino de los hombres en busca de la verdad. Gracias por elevarte desde lo más profundo de poeta revolucionario y seguir siendo el mismo necio, que un día se atrevió a cantar a una era parturienta de un corazón multiplicado en miles que te queremos tal como eres.

  • feg dijo:

    ese tell definitivamente no tiene nada que ver con el ballestero suizo al que Carlitos Varela (tu gran discípulo, Silvio) dedicó una de sus icónicas canciones...
    pienso que tiene tufo a palabra en inglés y lo digo porque se expresa como un "tapiñao", o al decir de Chávez, como un "pitiyanqui"...y todos sabemos donde está la "planta matriz" de los que usan el odio, el resentimiento y la envidia como armas ruines para querer manchar la obra bella...además, es evidente que no ha escuchado ni una décima parte de tus canciones y menos aún, de tus antológicas declaraciones (que las apoyo al 100 %). Incluso resulta curioso que aluda a su lugar de residencia y lo haga teniendo acceso a Internet (¿¿¿¡¡¡!!!???)
    Conmovedora tu crónica, Silvio, sobre el Gigante de Birán, coincido contigo en que hay "una multitud de fideles" que como dice la leyenda del rebelde americano que enfrentó al colonialismo español, está listo para "volver convertido en millones" si las circunstancias lo exigen...lo único que puedo asegurar es que, al igual que tú, si llegara tan dramático instante, vivo o muerto, seré con gusto uno más de sus infantes dispuesto a defender esta tierra
    saludos

  • Mamayí dijo:

    Silvio muy profundo articulo, comparto contigo los mismos sentimientos, siempre el me fue cercano, pues lo queria igual que un padre. Aprovecho para darte mis saludos, pues eres para mi un hermano grande que me acompaña en la vida a traves de tus canciones.

  • Rosa María. dijo:

    Mis frases favoritas:
    Me refugié en la Luna!
    y su certeza de que siempre va haber un después para seguir luchando.

  • Miriam Ruiz García dijo:

    Silvio eres ejemplo, cuando muchos malagradecidos vendieron su dignidad y se convirtieron en mercenarios, los que olvidando sus orígenes se arrodillan ante el imperio, tú sigues firme defendiendo la PATRIA, defendiendo el legado de nuestro FIDEL y de los millones de cubanos que no tenemos precio, los NECIOS que no nos arrastrarán por sobre rocas porque primero se hundirá la ISLA en el mar antes de que permitamos que nuestra REVOLUCIÓN SOCIALISTA se venga abajo.

  • Ernesto Estevez Rams dijo:

    bello !

  • Ariel Núñez Morera dijo:

    Hay por ahí un viejo chiste; un chiste blanco, puro, inocentón... Me refiero a aquel que dice: "Ella es mi novia pero aún no lo sabe". Pues entérense todos: Silvio es mi Hermano mayor (la mayúscula no es gratis); solo que aún no lo sabe. Y de un hermano como este, que lo "obliga" a uno a aprender a aporrear guitarras y garrapatear poemas desde la adolescencia, ¿qué, si no tan sentidas evocaciones, podría esperarse cuando de Papá Fidel se trata? (¡Ah!, olvidé comentar que Fidel es mi padre. El de todos nosotros. Pero algo me dice que él siempre lo supo...)

  • Casais dijo:

    Silvio. No tuve tiempo para ser uno de tus fans en épocas de tus canciones de esquina. Nunca te he visto de cerca, pero tenemos muchas cosas en común, desde la edad hasta las ideas y al intransigencia sin equívocos. Por eso te admiro y sin conocerte y a la altura de mi vejez, sigo su decursar de patriota. No le hagas caso a los mancos mentales. Dan láastima por tanta ignoracia y resentimiento sin fundamento. No vale la pena dedicarle un segundo y fue literalmente aplastado. Mis saludos.

  • Olguita dijo:

    Hermosa y auténtica crónica, como el protagonista y el poeta que la escribió. La historia no podrá olvidar a quien la inspiró, su genialidad y su ejemplo estarán siempre en la historia de Cuba y de los pobres del mundo, como estará siempre la obra poética de su autor.

  • Marta dijo:

    Hermosas palabras para un hombre grandioso.
    Un abismo en un periodo oscuro no podrá apagar su luz, millones de pequeñas luces tenues encendidas por su ejemplo, lograrán crear un camino soleado, buscando el modo de seguir soñando y luchando por lograr un mundo y un país mejor.

  • María Cáceres Campos dijo:

    Emocionantes tus palabras Silvio,te expreso mi mayor admiración,siempre.

  • pablo perez dijo:

    Silvio he leidodetenidamente estas bellas letras y palabras dichas por ud y me has remointado a mi epoca de nino cuando ud relaba como se oia hablas en calladito sopbre fidel que ningun nino de aquella epoca ni podiamos imaginarlo que existiera porque eso era prohibitive pues de nino no se podria saber de aquelos cosas que ud ha reflejado en su comentariuo recuerdo en mi pueblo se reuniasn ciertas personas mayors y con un radiesito Zenic de aquellos de bombillos se metian en un bano para aoir algo que yo queria oir pero no me dejaban pasar por ser nino pero ahi estaba un familiar muy querido mio en eso y al triunfo de la revolucion fue que comprendi de aquellla decision de ellos de no dejarmme entrar y no olvido de aquellos primeros discursos con la passion y desprendimiento de fidel y el pueblo lo escuchaba por millones en dondequiera que el los decia y lo trasmitian por radiuo pero ya en ese momento se p[odia oir muy bien que emosion he tenido de escuchar sus palabras escuche todos sus discursos y siempre vi en el que tenia y tubo y tendra siempre tods la razon pues el pueblo cubano ha sido fiel seguidor de sus ideas por eso el siempre estara presente como lider historico de la revoluicon cubana su pueblo de ayer y de hoy no lo dejaran irse y seguro que para el del manan lo tendran sienmpre vivo entre los cubanos Gloria eternal a Fidel Castro y a ti gracias Silvio por dejarnos decir esta palabras por este buenisimo sitio cubadebate

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Silvio Rodríguez

Silvio Rodríguez

Músico y poeta cubano. Es fundador de la Nueva Trova y autor de canciones antológicas como "Unicornio", "Ojalá", "La era está pariendo un corazón", y muchas otras.

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