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Breve historia del turismo

En este artículo: Cuba, Cultura, Economía, Turismo
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Al cierre de 2016 podrán haber arribado a Cuba cerca de 3 800 000 visitantes. Foto: Cortesía del Mintur/ Granma.

Foto: Cortesía del Mintur/ Granma/ Archivo.

La figura del turista fue, en sus inicios, la de un viajero que emprendía, de manera individual, una aventura en busca de nuevos horizontes para el conocimiento. Así, empezaron a aparecer en Cuba visitantes exóticos que, con mucha frecuencia, dejaron testimonio de su experiencia a través de cartas, relatos o libros con propuestas de análisis más ambiciosas. La mirada del otro nos entregaba una visión de nuestra singularidad en los múltiples planos que ofrecen el paisaje natural y el humano. Para los que llegan de otras tierras, llamaba la atención la riqueza de un universo natural pródigo, ajeno a los duros rigores del invierno.

La riqueza cromática del entorno impactaba en el choque inicial. La verdadera singularidad se manifestaba en el rostro humano de un país cordial, de puertas abiertas, donde el refinamiento de las costumbres se avenía con el abandono del rígido formalismo imperante en otras tierras. En el territorio de lo humano se establecía el ligamen más profundo, así como el acercamiento primario a una cultura forjada en circunstancias diferentes, y comenzaban a definirse los rasgos del ser cubano.

Más tarde, ya en el siglo XX, las reivindicaciones obreras dieron el derecho a un tiempo de vacaciones a las capas medias. Barato por la cercanía geográfica, el acceso al viaje turístico estuvo al alcance de norteamericanos incentivados por el estímulo del clima cálido y el exotismo de cierto folclore banalizado por el comercio de baratijas. En los meses de invierno, se impuso la temporada alta. Ofrecía un disfrutable clima cálido y coincidía con el carnaval habanero. En el Parque Central, un maraquero de feria se situaba a la puerta de un comercio que ofrecía instrumentos musicales de poca monta, junto a cinturones, carteras y otros enseres de auténtica piel de cocodrilo.

El florecimiento del negocio impone sus rasgos perversos. Al establecerse la ley seca en Estados Unidos, La Habana era un espacio abierto al libre consumo de alcohol. Los bares se multiplicaron, y un substrato maleante se vinculó al contrabando, privilegiado también por la vecindad entre las costas de los dos países.

Dotada de su conocida capacidad de forjar mentalidades, la globalización neoliberal se ha apropiado de un turismo a gran escala, asociado a lo que, trampa eterna de las palabras, se denomina, con aparente inocencia, industria del ocio. Su expresión extrema se manifiesta en los cruceros. En ellos, en lugar de observar lo nuevo, los viajeros se contemplan los unos a los otros en una convivencia que consume la mayor parte del tiempo disponible. En un recorrido por estaciones prefijadas, pasan por algunos sitios paradigmáticos y se lanzan a la búsqueda de souvenires de poca monta, trofeos para regalar a los amigos, una vez de regreso a casa. El paisaje humano y el poder de la cultura han desaparecido del panorama. Conocerán, si acaso, una mascarada dispuesta a mostrar en la estridencia bullanguera, el debido componente exótico.

Antes de convertirse en tumba de emigrantes desesperados, el Mediterráneo ha sufrido los efectos depredadores del turismo en el ámbito natural. Allí también, en rápida excursión, pasaron a segundo plano los testimonios de una de las fuentes originarias de la llamada cultura occidental.

El Caribe es la contraparte de aquel marenostrum. Conservamos zonas vírgenes, pero nuestra condición insular nos hace en extremo vulnerables. Tenemos hermosos paisajes, pero carecemos de abundantes recursos acuíferos para saciar la sed de una superpoblación temporera y mantener el perfecto césped de los campos de golf.

En el orden cultural, los peligros son aun mayores. Mientras la tradición mediterránea evoca todavía las glorias de un Partenón ruinoso y la infinita gerencia de las pirámides egipcias, víctimas de las perspectivas neocoloniales, nuestra cultura no disfruta de reconocimiento semejante.

El exotismo mantiene siempre un componente de subestimación y nuestros pobladores han sufrido en el plano psicológico ese condicionamiento. Agigantada en el último medio siglo, la industria del ocio despuntaba ya, cuando "llegó el Comandante y mandó a parar".

Los hoteles que se multiplicaron en La Habana eran la cobertura de garitos, puntos de encuentros de una prostitución calificada y centros de negocios de una mafia en expansión. En aquel momento se diseñó un plan director para el desarrollo de La Habana, que articulaba intereses de diversa naturaleza. La especulación sustentada en el precio de los terrenos orientaba el crecimiento de la ciudad hacia el este, sitio donde se invertía con vistas a la creación de nuevos repartos. El Gobierno pagaba los gastos de infraestructura para inversiones con absoluta garantía de rentabilidad. Hacia allá se dirigían nuevos centros de dirección administrativos. La ciudad histórica quedaba a expensas del inframundo. Insuficiente el espacio previsto para ese universo depredador, una isla flotante se edificaría frente al Malecón, para el libre juego del garito a gran escala. Poco importaba el valor paisajístico del Malecón, complementado con las suaves colinas que modelan el perfil de la ciudad hacia su centro geográfico, la actual Plaza de la Revolución. La capital del país, joya de nuestra corona en lo histórico y en lo cultural, resultaría irremediablemente desmembrada.

Para un país como el nuestro, carente de grandes riquezas mineras, el turismo es una fuente de ingresos de indiscutible importancia. El desafío consiste en diseñar estrategias que potencien sus posibilidades de desarrollo en favor de la nación, en lo cultural y en lo humano, porque en las virtudes de nuestro pueblo reside el alma de la nación.

La demanda emergente de un proyecto a gran escala centrado en la apuesta en favor de las ventajas de la disponibilidad de sol y playa, tiene que ir acompañada del análisis de los riesgos que comporta, con el propósito de elaborar las indispensables contrapartidas. Conviene descartar la noción de industria del ocio y tener en cuenta que la moda del disfrute playero puede resultar pasajera.

Nuestra auténtica fortaleza reside en nuestra condición de isla grande, dotada de multiplicidad de opciones posibles, muchas de ellas fundadas en una tradición cultural e histórica, así como en la posibilidad de proponer diseños orientados hacia la valoración del buen vivir, latente en nuestras ciudades grandes y pequeñas, en el entorno paisajístico variado y en la supervivencia de rincones poco explorados hechos a la medida del ser humano. Para elaborar estos proyectos, sería recomendable complementar los mapas geográficos y geológicos con un mapa cultural iluminado por un profundo mirar hacia adentro.

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Magnifico, un buen resumen de como mirar más integralmente la industria del turismo en Cuba.
    En materia de confort en el mundo, hace 50 años para la generalidad de las personas poseer un automóvil era el techo de esas aspiraciones, hoy la vida moderna y citadina hacen del automóvil una necesidad, y el techo de los patrones de confort a que aspiramos por suerte han cambiado, están más asociados a aspectos espirituales que a los materiales, viajar es la aspiración suprema del confort hoy en día. El escritor español Miguel de Unamuno daba como recta, ¨viajar y muchas, muchas horas de lectura¨, y hacia hi estoy seguro marchan en materia de confort el desarrollo del mundo, viajar y leer mucho, estamos en los embriones de esa era: la era del mercado turístico. Los ingleses planifican hoy viajar más tres veces al año, otros lo intentan planificar para dos veces y la gran mayoría de los países desarrollados lo hacen una vez al año, es muy común ver a españoles dentro del paro, marchando en una huelga por las calles, y hacer un alto el día que tienen planificado sus vacaciones, paran y vacacionan en otro pais como turista, y al regreso se incorporan a la huelga, viajar y hacer turismo es epidémico, es la válvula de escape espiritual, es el equilibrio que cada vez se hace más contagioso, ese fenómeno no tiene marcha atrás en el desarrollo social, la globalización de la información a acelerado ese proceso y esa necesidad crece de forma exponencial, un proceso asociado al desarrollo económico.
    El mercado manda, y estamos obligados a usar mucha Ciencia para poder insertarnos con éxito en el actual y futuro desarrollo de esta industria, por lo tanto debemos partir de una dialéctica lectura de esas tendencias.
    Dentro de este mercado, me referiré solo al crecimiento de ese segmento turístico de cruceros que destaca la doctora, el cual tiene un crecimiento muy significativo y que no podemos dejar pasar por alto a la hora de analizar esta industria en Cuba en general, es este segmento el que más crece, y es uno de los que nos envían los mensajes más claros para entender hacia donde van las tendencias del desarrollo turístico del mundo actual, cuatro ideas:
    1. El mundo es económico. Los bajos precios de los cruceros para hacer turismo comparados con los precios, siempre más caros, de las líneas aéreas, y los hoteles en las ciudades, hacen del Crucero, el mercado turístico ideal post crisis económica, crisis cada vez más permanente, que se reinventa como crisis, por ende visualizamos un mercado turístico creciente totalmente económico, que contaminado con la epidémica necesidad de viajar, hacen del crucero el salvavidas para esas necesidades de confort.
    2. La tendencia cada vez mayor del incremento de la inseguridad y la violencia en muchos países, con ataques terroristas y lucha entre narcotraficantes, más el asedio constante de personas y mendigos molestando al turista en su entorno de hotel, fundamentalmente en los países menos desarrollados, hacen mucho más atractiva y segura la idea de viajar en cruceros para aislarse de esos fenómenos.
    3. La tendencia por parte del turista de buscar sol y mar pero siempre complementado con la vida social de ciudad y/o nocturna, cuestión que no es fácil lograr en los grande polos turísticos de mucha playa y sol, como es el caso de Varadero, (su punto débil), donde el turista busca además de los atractivos de la naturaleza, lo social propio de una ciudad, que en la mayoría de los casos no se logra solventar, el crucero en ese periplo de una semana o más, logra armonizar esos objetivos del turista con la planificación de diferentes destinos.
    4. El envejecimiento de la población del mundo desarrollado asegura un mercado para los cruceros permanente, lo que posibilita que estas personas busquen estas opciones más controladas para hacer su turismo, que las de viajar solos gestionándose sus necesidades, en un entorno desconocido y mucho menos propio para personas más adultas. Este es un elemento importante en la homogeneidad de intereses y la calidad del tipo de turista que viaja en cruceros, incluido su comportamiento social, por ahí hay un campo para las ofertas de un alto valor cultural y muchas más de difícil acceso para la competencia.
    La cuestión aquí es no solo insertarnos en este mercado como receptores de turistas, con nuestras capacidades hoteleras, se trata de aprovechar más nuestras fortalezas, innovando, poniendo diferencias con respecto al resto de los países, somos únicos o de los pocos que tenemos las condiciones ideales para el mercado turístico, geográficas y condiciones político-sociales. Innovar es la clave para sacarle más beneficios económicos a este mercado y en particular al segmento de cruceros. La geografía del turismo en el continente se transformara notablemente al entrar a plenitud nuestro pais en el mercado, (con la entrada masiva de turistas de los EEUU), Cuba será el punto de conexión aéreo para turistas más grande del continente, uno de los mayores receptores de cruceros, y el punto de partida de rutas de cruceros para el mercado europeo y asiático que a partir de la Habana, inicien su viaje por nuestro continente, es muy grande nuestra potencialidad.
    La política que ha trazado la dirección del pais de forma exclusiva para desarrollo del turismo en Cuba, es muy similar a la política que Vietnam hace para todo el desarrollo económico y social de su pais, solo debemos innovar y aportar ciencia a ese esfuerzo, desarrollar esa industria con esas políticas, ahí está la clave, demostrando en el experimento del turismo lo que queremos generalizar para otras ramas o industrias dentro de la construcción de nuestro socialismo, paso a paso. La ciencia debe ocupar su puesto en el desarrollo de esta industria.

  • HECTOR Y EL HERMANO dijo:

    Magnifico, un buen resumen de como mirar más integralmente la industria del turismo en Cuba.
    En materia de confort en el mundo desarrollado poseer un automóvil era el techo de esas aspiraciones, 50 años atrás, hoy esos patrones han cambiado, están más asociados a aspectos espirituales y de placer, que a lo material, viajar es la aspiración suprema del confort. El escritor español Miguel de Unamuno daba como recta, ¨viajar y muchas, muchas horas de lectura¨, y hacia hi estoy seguro marchan en materia de confort el desarrollo del mundo, viajar y leer mucho, estamos en los embriones de esa era: la era del mercado turístico. Los ingleses planifican hoy viajar más tres veces al año, otros lo intentan planificar para dos veces y la gran mayoría de los países desarrollados lo hacen una vez al año, es muy común ver a españoles dentro del paro, marchando en una huelga por las calles, y hacer un alto el día que tienen planificado sus vacaciones, paran y vacacionan en otro pais como turista, y al regreso se incorporan a la huelga, viajar y hacer turismo es epidémico, es la válvula de escape espiritual, es el equilibrio que cada vez se hace más contagioso, ese fenómeno no tiene marcha atrás en el desarrollo social, la globalización de la información a acelerado ese proceso y esa necesidad crece de forma exponencial, un proceso asociado al desarrollo económico.
    El mercado manda, y estamos obligados a usar mucha Ciencia para poder insertarnos con éxito en el actual y futuro desarrollo de esta industria, por lo tanto debemos partir de una dialéctica lectura de esas tendencias.
    Dentro de este mercado, me referiré solo al crecimiento de ese segmento turístico de cruceros que destaca la doctora, el cual tiene un crecimiento muy significativo y que no podemos dejar pasar por alto a la hora de analizar esta industria en Cuba en general, es este segmento el que más crece, y es uno de los que nos envían los mensajes más claros para entender hacia donde van las tendencias del desarrollo turístico del mundo actual, cuatro ideas:
    1. El mundo es económico. Los bajos precios de los cruceros para hacer turismo comparados con los precios, siempre más caros, de las líneas aéreas, y los hoteles en las ciudades, hacen del Crucero, el mercado turístico ideal post crisis económica, crisis cada vez más permanente, que se reinventa como crisis, por ende visualizamos un mercado turístico creciente totalmente económico, que contaminado con la epidémica necesidad de viajar, hacen del crucero el salvavidas para esas necesidades de confort.
    2. La tendencia cada vez mayor del incremento de la inseguridad y la violencia en muchos países, con ataques terroristas y lucha entre narcotraficantes, más el asedio constante de personas y mendigos molestando al turista en su entorno de hotel, fundamentalmente en los países menos desarrollados, hacen mucho más atractiva y segura la idea de viajar en cruceros para aislarse de esos fenómenos.
    3. La tendencia por parte del turista de buscar sol y mar pero siempre complementado con la vida social de ciudad y/o nocturna, cuestión que no es fácil lograr en los grande polos turísticos de mucha playa y sol, como es el caso de Varadero, (su punto débil), donde el turista busca además de los atractivos de la naturaleza, lo social propio de una ciudad, que en la mayoría de los casos no se logra solventar, el crucero en ese periplo de una semana o más, logra armonizar esos objetivos del turista con la planificación de diferentes destinos.
    4. El envejecimiento de la población del mundo desarrollado asegura un mercado para los cruceros permanente, lo que posibilita que estas personas busquen estas opciones más controladas para hacer su turismo, que las de viajar solos gestionándose sus necesidades, en un entorno desconocido y mucho menos propio para personas más adultas. Este es un elemento importante en la homogeneidad de intereses y la calidad del tipo de turista que viaja en cruceros, incluido su comportamiento social, por ahí hay un campo para las ofertas de un alto valor cultural, de más de difícil acceso para la competencia.
    La cuestión aquí es no solo insertarnos en este mercado como receptores de turistas, con nuestras capacidades hoteleras, se trata de aprovechar más nuestras fortalezas, innovando, poniendo diferencias con respecto al resto de los países, somos únicos o de los pocos que tenemos las condiciones ideales para el mercado turístico, geográficas y condiciones político-sociales. Innovar es la clave para sacarle más beneficios económicos a este mercado y en particular al segmento de cruceros. La geografía del turismo en el continente se transformara notablemente al entrar a plenitud nuestro pais en el mercado, (con la entrada masiva de turistas de los EEUU), Cuba será el punto de conexión aéreo para turistas más grande del continente, uno de los mayores receptores de cruceros, y el punto de partida de rutas de cruceros para el mercado europeo y asiático que a partir de la Habana, inicien su viaje por nuestro continente, es muy grande nuestra potencialidad.
    La política que ha trazado la dirección del pais de forma exclusiva para desarrollo del turismo en Cuba, es muy similar a la política que Vietnam aplica para todo el desarrollo económico y social de su pais, solo debemos innovar y aportar ciencia a ese esfuerzo, desarrollar esa industria con esas políticas, ahí está la clave, demostrando en el experimento del turismo lo que queremos generalizar para otras ramas o industrias dentro de la construcción de nuestro socialismo, paso a paso. La ciencia debe ocupar su puesto en el desarrollo de esta industria.

  • yo dijo:

    HECTOR Y SU HERMANO: no dejas hablar a nadie mas mijo-

  • silvia dijo:

    Bien por la profesora Graciela, yo tambien opino que esta industria debe ser en nuestro pais innovadora y creadora de nuevas vertientes tanto ecologicas coo de salvaguarda de nuestros recursos naturales. Es una incoporacion del Turista a la vida natural del cubano.No al reves.

  • gaston dijo:

    Muy bien por la Dra. Pogolotti como siempre dando en el clavo y tocando los temas medulares de la naci'on

  • Africano dijo:

    El turismo es hoy la locomotora de la economía cubana sin discusión, yo recuerdo de niño y ya más de grande también todo el esfuerzo propagandístico y de participación del pueblo en torno a las zafras azucareras por ser en aquellos momentos el rublo económico más importante del país, era casi una orden de combate de que hacer por todos y cada uno de los ciudadanos del país para asegurar de una forma u otra con nuestra contribución el cumplimiento de los planes productivos de aquellas campañas agrícolas. Al TURISMO hay que aplicarle la misma fórmula, y que se interiorice por todos como lo que es, el renglón del que mayoritariamente nos da de comer a todos, y no es una cuestión exclusiva de la plantilla de ese ministerio o de aquellos que por cuenta propia están insertados legalmente en esta actividad, hay que fomentar conciencia y cultura de atención al turismo, involucrar a nuestra hermosísima infancia, ha nuestra valiosa juventud, y nuestros aguerridos abuelos para que pongan de manifiesto ante los ojos atónitos que dejaran nuestros ilustres huéspedes los valores formados por nuestra sociedad, que es nuestro más preciado tesoro, permitámosle a nuestros visitantes ir a nuestras escuelas, círculos infantiles, círculos de abuelos, la idea de que turismo en cuba es solo bares, cantinas, playas y piscinas para un ciudadano del hemisferio norte, revuelto y convulso como esta, es una percepción errónea de nuestra parte, conozco de gentes que viven en esos lares y cuando vienen a cuba lo que más aprecian y disfrutan es precisamente eso la tranquilidad de sus calles y plazas, que cada lugar este apto para recibir a un visitante extranjero tiene que ser aspiración y meta, hoy la recaudación de divisa no es exclusividad de este organismo, Ejemplo, yo no sé a qué ministerio pertenece el zoológico de la calle 26 en el municipio plaza, pero si no está tenido como una fuente potencial de recaudación de divisas estamos perdidos y a este le adjunto todo el parque metropolitano el cual acoge hoy en sus áreas un buen número de turistas, no es posible extenderse más, gracias a la profesora Graciela Pogolloti por su instructivo artículo, como lo son siempre y así poder expresar estas ideas que aunque tengan determinado grado de subjetividad para algo pueden servir.

  • Roberto dijo:

    Cuba tiene las condiciones naturales para vivir del turismo. Hace 4 meses estuve de visita y mi decepción fue la renta de los coches. Los trabajadores estatales ya son los ¨dueños¨ de los vehículos a rentar, tanto en los aeropuertos como en las agencias de las ciudades. Si quieres reservar vía Internet desde el exterior de Cuba, es mas que imposible. Los vehículos están sucios y con desperfectos por falta de mantenimientos, además de bien caros. El 60% del turismo que llega a Cuba es para turismo familiar pues es, básicamente, a visitar a la familia y viajar por el país, por lo que recurre a la renta de vehículos que son, a mi modo de ver, la peor de las decepciones para un turista en Cuba. Esta historia tiene sustento en la ciudad de Santa Clara, en los meses de enero-febrero 2017, en las agencias de renta-car del aeropuerto y la cercana al estadio Sandino. Ojalá sirva para algo este mensaje, que he enviado a varios portales de turismo cubano y no he recibido respuesta alguna. Saludos.

Se han publicado 7 comentarios



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Graziella Pogolotti

Graziella Pogolotti

Crítica de arte, ensayista e intelectual cubana. Premio Nacional de Literatura (2005). Presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, miembro de la Academia Cubana de la Lengua y presidenta de la Fundación Alejo Carpentier.

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