Un país no es un banco

Cuando la política tradicional empezó a entrar en decadencia sugió la moda de lanzar a empresarios como candidatos a gobiernos. Su éxito en la empresa privada supuestamente los capacitaría a dirigir al Estado, sobre todo en tiempos en que la ola del equilibrio de las cuentas públicas como objetivo central de los gobiernos empezaba a imponerse.