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Goles son amores: Escena final

El Sevilla celebra el gol de Jovetic. Foto: Paco Puentes.

El Sevilla celebra el gol de Jovetic. Foto: Paco Puentes.

Todo debería acabar en felicidad antes del último fundido en negro. Lo sabe Jovetic, que ha visto demasiados dramas. “Cuando era pequeño veía telenovelas de Latinoamérica. De Chile y Perú. Un canal que daba una detrás de otra”, declaró en cierta ocasión a Canal+.

Antes de llegar a la última escena:

Los buenos: Jorge Sampaoli (busca venganza en sus predios; nunca estuvo en sus planes que el Sevilla se hallara en tan buena forma a estas alturas; no ha terminado de hacer el trabajo sucio de acabar con todos); el Sevilla (ha sufrido bastante, quizás no tanto como debiera).

Los malos: Sergio Ramos, más conocido en el Sánchez-Pizjuán como “El Hijo de p…” (ha encajado un gol en propia puerta); Zinedine Zidane (ha colocado un 3-5-2 a la italiana que desgasta a sus piezas; un villano siempre tendría que perseguir la masacre, por lo tanto, podría ser un malo con doble cara: alguien que, de un momento a otro, podría terminar siendo el bueno).

Estamos en un set que parece desértico. Jovetic recibe un pase desde la izquierda. Cerca de él, solo dos rivales. Varane y el HdP. Todo parece indicar que el montenegrino debería morir. O, al menos, caer seriamente herido. Le dejan un espacio considerable. A esa distancia, lo más lúcido sería tomar la imagen a partir de un plano americano, pero esto es fútbol, y lo principal, generalmente, no surge de las rodillas hacia arriba. Todo lo contrario.

En este tramo final de la historia, la escena se abre y asistimos al duelo final de “La muerte tenía un precio”: el Coronel frente al indio en lo que sería un combate desigual. Aparece Clint Eastwood –reloj de bolsillo en la mano izquierda y escopeta en la derecha- mira al Coronel, que está en desventaja, y le reclama: -te has descuidado, viejo. Después se dirige al indio y le dice: -ya conoces el juego.

Jovetic, con todo el espacio del mundo, pidió que adelantaran los créditos y que fueran silenciando, poco a poco, la música de Enio Morricone para que se escuchara cantar al periodista Miguel Agut, en  un emisora catalana, los cuatro primeros versos del himno del centenario del Sevilla: “Cuentan las lenguas antiguas/ que un 14 de octubre nació una ilusión./ Su madre fue Sevilla y le prestó su nombre/ y para defenderlo le dio a una afición”.

Liga española

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Premier League

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Serie A

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Ligue 1

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