Cubadebate

El cabalgar de un gigante
Por Eudis Cabrera Luís (Periodista de Radio 9 SF, ll Frente, Santiago de Cuba ecabrera@r8sf.icrt.cu
De Fidel se habla en presente y en futuro, no en pasado. Nadie refiere que ya no está entre nosotros. Es domingo, y parece que la jornada será invernal como este sábado, y tiene motivos. Millones de pupilas dentro y fuera de Cuba dejan caer sus lágrimas por la partida física de un ser que nació para siempre.
Segundo Frente despierta con un amanecer de dolor y tristeza. La campiña igual, cualquier rincón de este lomerío. En la pequeña pantalla se reproducen reportes periodísticos, documentales y otros pasajes bibliográficos del discípulo más completo que tuvo José Martí.
Radio 8 SF se parece a su pueblo. En el éter se reproducen los sentimientos de hombres y mujeres de campo. Parece como si se detuviera el tiempo, pero es una breve calma.
La vida sigue en marcha y las orientaciones del, por siempre Comandante, se cumplen. En las calles reina la serenidad, pero habla y grita un fuerte dolor por la ausencia del padre, el paradigma, el líder de las mil batallas.
De Fidel habrá contenido para hablar siempre. No habrá pasajes de Cuba donde no estén sus ideas, su compromiso por la cusa de los cubanos y de otros pueblos.
De Fidel se habla en presente y en futuro, no en pasado. Se habla y se hablará porque así lo quiso la historia. Y bien lo sabe Gloria Morales Castañeda (Yoyi), vecina del barrio La Feria. “Fidel es y será eternamente mi vida, mi razón de ser.”
Fidel es mucho Fidel. Es Fidel pueblo unido nunca vencido. Ese Fidel voz de los humildes. Ese Fidel que atrapa al futuro desde el presente y nos hace llegar a nuestras raíces para saber quiénes somos y hacia dónde vamos. Es el Fidel que nos advierte el peligro señalado hace más de un siglo por el maestro de los maestros: “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas”.
Ese Fidel empinando las cúspides de la Sierra Maestra, encabezando la Caravana de la Victoria, la pasión de multitudes y la envidia de unos pocos. Sí, es el Fidel antiimperialista, el nuestro. Nadie refiere que no está entre nosotros.
Fidel es la palma y la bandera. Fidel es el escudo y la marcha al combate de Perucho Figueredo. Fidel es Cuba. Fidel que no está físicamente, pero está. Fidel es mucho Fidel que los americanos no pueden con él.
El Fidel de las masas y de los pueblos que prefieren morir que antes traicionar las glorias vividas. Ese Fidel que sollozamos y que la muerte piensa que nos arrebata, cuando a ciencia cierta lo hizo vivir.
Hasta la madre naturaleza llora por la marcha del hijo, ese que luchó en cuerpo y alma para preservarla. Y es tan cierto lo que dicen los que peinan canas, que cuando un alma buena y pura dice adiós, la lluvia le acompaña para limpiarle el camino en ese cabalgar de gigante.

Ha muerto un grande, decía Rafael Correa en su primera impresión al conocer la noticia. Yo creo sinceramente que ha muerto el más grande que todos los cubanos de hoy hemos podido conocer, sus ideas perduraran por años al igual que la revolución cubana, las historias serán imposible de contar con palabras, los hechos son incontables.

Físicamente, ya por ley de la vida su cuerpo requería descanso… por eso nos invade más la serenidad que la tristeza. Es como la muerte del padre de familia, que muere en el momento que considera, justo cuando ya ve crecida y segura a su cría... Muere su cuerpo cuando ya no es necesario, cuando su semilla quedó bien plantada y vista germinar, con la satisfacción de que no fue en vano su empeño... lo logró!!!... Queda en nuestras manos el futuro, defendiendo lo conquistado por él… la mejor manera de honrar su memoria… “La Historia me absorberá!!!” dijo… ya, esta lo puede absorber!!!... Somos Cuba por Siempre con Fidel o no seremos Cubanos!!!...