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Júbilo republicano e ira demócrata con el nuevo escándalo por los emails de Clinton

Ante la furia demócrata y el júbilo republicano, el anuncio –el viernes pasado– de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) está evaluando nuevos correos electrónicos, posiblemente ligados al viejo asunto del manejo de correspondencia cibernética de Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado, sacudió por segundo día la recta final de la elección presidencial de Estados Unidos.

Diez días antes de la elección, el anuncio provocó especulaciones sobre por qué fue dado a conocer ahora, qué hay en esos correos y cuál será el impacto en el proceso electoral, ahora que todos los indicadores apuntan a un triunfo casi seguro de Clinton.

Hoy, el Washington Post y The New Yorker reportaron que el director de la FBI, James Comey, violó el protocolo y el precedente del Departamento de Justicia, del cual la FBI forma parte, de no proceder públicamente de ninguna manera que pudiera perjudicar la neutralidad política de la institución o influir en un resultado electoral. Aparentemente Comey decidió enviar la carta en contra de la opinión de la procuradora general (y, por tanto, jefa del Departamento de Justicia), Loretta Lynch.

Romper ese protocolo, seguido por décadas, provocó una intensa especulación sobre las razones. Su acción fue criticada no sólo por demócratas, sino por ex altos funcionarios de justicia. Eso no se hace. Es una aberración. Viola décadas de práctica, comentó un ex alto funcionario del Departamento de Justicia al New Yorker.

Otros ex funcionarios señalaron que el Departamento de Justicia y la FBI guardan discreción en este tipo de asuntos justo para evitar que sus decisiones sean percibidas como políticamente motivadas. Por ello no suelen comentarse públicamente investigaciones en curso, sobre todo si pueden tener impacto en unos comicios.

El propio Comey reconoció esto en una inusual carta dirigida a los empleados de la agencia, que circuló el viernes, en la cual explica su decisión. Claro que ordinariamente no le informamos al Congreso de pesquisas en curso, pero aquí siento obligación de hacerlo, dado que declaré repetidamente en meses recientes que nuestra indagatoria había concluido. Agregó que no deseaba dar una falsa impresión al público, pero añadió que al mismo tiempo, dado que no sabemos el significado de esta nueva colección de correos electrónicos recién descubiertos, no quiero crear una impresión engañosa. Al intentar lograr ese equilibrio, en medio de una temporada electoral, existe un riesgo significativo de ser mal entendido.

Defensores de Comey argumentan que el director estaba en una situación imposible cuando se enteró de que sus agentes habían descubierto el jueves correos electrónicos de Huma Abedin, íntima asesora de Clinton y vicepresidenta de su campaña, en aparatos electrónicos confiscados a su esposo, Anthony Wiener (del cual ahora está separada), quien está bajo investigación por posibles interacciones sexuales cibernéticas con una menor de edad. Si no comunicaba que existía la nueva información, después podría ser acusado de encubrir evidencia y/o haber actuado en favor de los demócratas.

Clinton, tras exigir que Comey presentara al público todo el material que tiene lo antes posible, hoy declaró en un mitin de campaña en Florida: Es bastante extraño difundir algo así, con tan poca información, justo antes de una elección. Añadió: No sólo es extraño, sino que no tiene precedente y es muy perturbador. Pero aseguró que no habrá ningún cambio de enfoque en su campaña.

John Podesta, presidente de la campaña de Clinton, hoy encabezó una ofensiva inusitada contra el director de la FBI, cuestionando la decisión de violar la política de neutralidad de la agencia. Señaló: Al proveer información selectiva ha permitido a partidarios distorsionar y exagerar con el fin de infligir el máximo daño político y nadie puede separar qué es cierto de lo que no, porque Comey no ha presentado los hechos. Acusó que la carta enviada al Congreso por Comey era ligera en hechos, pesada en insinuaciones, sabiendo muy bien qué harían con ella los republicanos en el Congreso.

Otros dirigentes demócratas en el Congreso expresaron su condena y sorpresa por la decisión de Comey. Algunos reprobaron que se violara la tradición de neutralidad política de la FBI. La presidenta del Comité Nacional Demócrata lo tildó de irresponsable.

Para el republicano Donald Trump y los dirigentes republicanos, el tema fue un gran regalo. Algunos estrategas comentaron que con ese anuncio era un gran alivio dejar de estar a la defensiva sobre Trump y poder retomar el ataque contra Clinton.

Trump elogió por segundo día a la FBI y al Departamento de Justicia, a los cuales había denunciado repetidamente en meses recientes, cuando no procedieron contra Clinton, al concluir la investigación sobre su manejo de correo electrónico por la FBI en julio pasado. Instó a los votantes a oponerse a Clinton por sus acciones criminales. Y, con gusto, afirmó: Esto cambia todo.

La gran pregunta ahora es si esa bomba política puede cambiar el curso de esta elección. No cabe duda de que es más que una distracción y, como comentó un estratega electoral a La Jornada hoy: Para un ciudadano común en el centro del país, que la FBI anuncie que está indagando a un candidato supone que hay una buena razón para hacerlo.

Menos votos

Una gran preocupación entre los estrategas demócratas es que, aunque esto no necesariamente cambie la opinión de un ciudadano como para convencerlo de votar por Trump, sí podría tener el efecto de deprimir el sufragio favorable a Clinton y eso beneficiaría a los republicanos.

Sin embargo, aunque las encuestas muestran que se está cerrando el margen entre los dos candidatos, la elección se gana en el colegio electoral y no con el voto popular. Clinton sigue con una ventaja enorme, por el momento, en el concurso para acumular los 270 votos electorales que se requieren para ganar la elección.

En el cálculo de RealClearPoltics ella tiene por lo menos 252 votos electorales contra 126 para Trump. Por tanto, sólo requiere unas cuantas victorias en los 12 o 15 estados claves que están en disputa. En la mayoría de éstos sigue con ventaja.

A la vez, en los modelos de pronóstico electoral que se basan en todo tipo de factores Clinton goza de amplia ventaja: el Up-shot, del New York Times, le da 91 por ciento de posibilidad de ganar; el FiveThirtyEight le otorga 81 por ciento.

Mientras tanto, esta elección parece estar maldecida por el comportamiento sexual de los hombres, desde Carlos Danger, el apodo que usaba Weiner en sus aventuras sexuales cibernéticas con múltiples mujeres, hasta Bill Clinton y su historial de relaciones extramatrimoniales, que han usado los republicanos en sus ataques, y Donald Trump y sus agresiones sexuales contra mujeres.

(Tomado de La Jornada)