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Medios públicos y privados: Tres preguntas de Julio García Luis

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Julio García Luis impartiendo clases en la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana.

Julio García Luis en sus clases en la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana.

El mapa de los medios ha cambiado dramáticamente con las nuevas plataformas tecnológicas y el debate sobre la comunicación ha regresado al siglo pasado en Cuba. Pensábamos que la naturaleza social de este derecho humano no podía colocarse tan fácilmente en el mostrador del mercado, pero hace rato dejaron de estar claras las fronteras entre un sistema de medios públicos, mayoritariamente estatales en el interior de la Isla, y otro sistema de medios estatales y privados, anclados fundamentalmente en Estados Unidos, disputándose la atención de las audiencias cubanas. Estos últimos, con muchísimo dinero y violando las leyes y el sentido común, a pesar de sus nulas posibilidades de éxito.

Pero hoy el Granma y El Nuevo Herald están al alcance de un clic y los cambios en la economía hacen florecer empresas ávidas por anunciarse -restaurantes, alquileres y servicios de todo tipo-, muchas de carácter legal. Como era de esperar, han surgido cientos de negocios que viven de la publicidad y median las relaciones entre el espacio público, fuertemente regulado, y el digital, con limitada o ninguna regulación, que coexisten en complejo equilibrio bajo las reglas de la oferta y la demanda. Mientras, en el país se trabaja por concretar una política de comunicación que debe poner un orden socialista, contrapeso de las decisiones económicas de un mismo signo, en el complicado escenario de la convergencia.

En río revuelto, ganancia de pescadores. Así como existen medios con infraestructura y registro digital estadounidense o europeo, pero con oficinas, empleados y audiencias en Cuba, se recomponen los viejos instrumentos propagandísticos de EEUU para el cambio de régimen en la Isla. Ocurre en la ancha llanura de Internet, donde en la noche todas las vacas son oscuras y los conceptos empiezan a vaciarse de contenido –lo privado renace como alternativo; la empresa mediática como medio ciudadano; el individualismo como socialismo; el cinismo como ética- con la sola excusa de avanzar en los espacios que ya se habían recuperado para las grandes mayorías de este país.

En una nota para sus clases en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, Julio García Luis (1942-2012) reflexiona sobre esa pelea que no es nueva entre los que apuestan por la privatización de los medios, y quienes intentan demostrar que nuestra profesión, desde la práctica del socialismo, puede hacer frente a los desafíos que tiene por delante. Lo hace a través de tres preguntas que son, también, profundas certezas: “¿No debiera ser la propiedad social la mejor garantía del uso de los medios para el servicio público? ¿No debiera ser la distinción entre propiedad y gestión una clave para la calidad profesional? ¿No pudiera esa gestión profesional funcionar en base a cultura y valores compartidos con el propietario social, similares a las que existen entre editores y consorcios en el capitalismo desarrollado?”

Con la ayuda de las hermanas Nadia y Nidia Díaz, viuda y cuñada de Julio, respectivamente, he estado ordenando y preparando para una futura publicación una zona de la papelería de quien fuera Decano de la Facultad de Comunicación, que abarca textos escritos desde la década del 80 del siglo pasado hasta poco antes de morir, en enero de 2012. Hemos seleccionado unos 40 materiales que incluyen apuntes, discursos, ensayos, cartas y crónicas, todos inéditos y con un valor extraordinario para comprender el escenario, los avances y retrocesos de la prensa cubana en el último medio siglo.

No he terminado el ensayo introductorio para este proyecto. Julio asumió el periodismo como una construcción de ciudadanía, con sus múltiples dimensiones que trascienden el tema al que nos convocó Cubaperiodistas. Pero si algo sostiene su pensamiento es la defensa de la propiedad social de la prensa y su apasionada convicción de que Cuba puede construir un modelo de comunicación socialista, negado a otras sociedades que intentaron “el asalto al cielo”. Por eso, mi propuesta es que sean respondidas las tres preguntas que Julio le hizo a sus estudiantes y que lo haga él mismo. Que su voz, rescatada del fondo de un baúl familiar, sea la que hable.

Por tanto, lo que usted leerá a partir de ahora son fragmentos de esos textos inéditos -algunos sin título aún y otros, sin fecha-, obra de un pensamiento coherente e iluminador en los tiempos que corren.

Tres preguntas, tres respuestas de Julio

-¿No debiera ser la propiedad social la mejor garantía del uso de los medios para el servicio público?

En el debate entre propiedad social y propiedad privada de los medios, tengo las siguientes convicciones:

  • Una verdadera democratización de la prensa, y el ejercicio ético del periodismo, requieren como premisa la propiedad social sobre los medios.
  • La propiedad social, por sí misma, no es tampoco garantía suficiente de una prensa de servicio público, participativa, sustentada en valores y formadora ella misma de valores.
  • Se requiere que ésta forme parte de un proyecto clasista, popular, de justicia social y socialismo (en una interpretación amplia de este concepto), que lo haga capaz de imprimirle a los medios una política de desenajenación y plena liberación del ser humano.
  • Tal política de información y comunicación, para realizarse, requiere de una especial mediación y articulación entre el sistema político y el sistema de medios, que se debe expresar en la gestión profesional de estos.

Resulta mucho más difícil advertir la actuación de un sistema propagandístico cuando los medios de comunicación son privados y no existe censura formal, en particular cuando tales medios compiten activamente, atacan y exponen con cierta periodicidad los errores del gobierno y de las corporaciones, y se autocalifican enérgicamente de portavoces de la libertad de expresión y de los intereses generales de la comunidad.

Por tanto, el verdadero peligro, tal como yo lo aprecio, no está en los nuevos fenómenos asociados a las redes digitales, sino en el envilecimiento, mercantilización, identificación con las cúpulas de poder y renuncia a la función crítica y de servicio público de la gran masa de medios convencionales, que cada vez tiene que ver más con el imperio y sus intereses, y cada vez menos con los países, su gente y sus problemas.

En Cuba deberíamos evitar que momentos de desconcierto o de revés le den pábulo a algunas tendencias liberales o extremistas, que propugnan los valores de la propiedad privada en nombre del fracaso estatal. El rechazo al burocratismo y al inmovilismo no debe llevarnos al liberalismo burgués y a la trampa de los mecanismos capitalistas. La necesidad de mayor eficiencia económica y más impulso al desarrollo científico-técnico, que reclama el socialismo, no debe hipotecar nuestra perspectiva comunista.

Las fórmulas de ultraizquierda que a veces oímos o leemos son exabruptos de diletantes, al margen de la complejidad real de los problemas. Nuestra tarea tenemos que resolverla hoy con fórmulas nacidas de la realidad cubana, con la gran masa de periodistas de país, con los cuadros de la prensa, con el Partido y su dirección en cada nivel, con todos los organismos políticos, de masa, estatales y administrativos, con el papel activo de los trabajadores y el pueblo que son los protagonistas de la información.

Seamos realistas. En nuestra prensa, no sólo se destaca una avanzada consciente, junto a un sector descreído y apático; también se destacan inevitablemente corrientes extremistas y liberales. Ellas a veces se presentan como muy radicales y atraen a personas sinceras. Pero su caldo de cultivo por excelencia lo dan oportunistas y resentidos. Estas tendencias no pueden esperar. Para ellas, el baño de sangre ha de ser ya. Las cabezas deben rodar a más tardar mañana temprano. Si algo no sale como es debido, es que hay un gran culpable agazapado en alguna parte, a quien sólo hace falta descubrir y defenestrar. Todo el que ocupe algún cargo, obviamente, es un canalla a eliminar. Si alguna fórmula atractiva aparece en la arena internacional: a imitarla, sin más demora. Si intereses sensibles del país pueden ser lastimados por un manejo irresponsable de nuestra libertad de prensa: abajo los intereses el país. Todo en blanco y negro, todo fácil, todo expedito. Óptica de diletantes. Eso sí es peligroso

Por tanto, la pregunta sigue siendo esta: ¿puede haber periodismo en el socialismo? Para nosotros la respuesta es: sí, puede y debe haber un periodismo de calidad. ¿Es fácil? No. ¿Es un problema resuelto? No. ¿Basta con seguir la experiencia pretérita y actual del socialismo? No. ¿Hay que buscar una respuesta cubana a este problema? Sí. El capitalismo, obviamente, no sólo ha desarrollado una experiencia en este terreno, sino que posee determinadas ventajas. La irresponsabilidad que supone la propiedad privada de los medios es una de ellas.

-¿No debiera ser la distinción entre propiedad y gestión una clave para la calidad profesional?

Nuestra prensa es partidista, es revolucionaria. Ese es su mayor timbre de orgullo. Es una conquista histórica irreversible. No hay en esto ni habrá la menor concesión al liberalismo o al oportunismo. La política que aplicamos en Cuba es indiferente por completo a toda idea de congraciarnos o hacernos simpáticos a Occidente, y por eso la propiedad de la prensa deberá seguir estando en manos de la sociedad organizada. Seguimos una consecuente línea de principios

Ahora bien, ese carácter revolucionario no se expresa en una gestión directa del Partido sobre los medios. El Partido dirige en términos políticos de orientación, control, ayuda y trabajo con los cuadros. Cada órgano de prensa cubano responde a determinada organización o institución. Cada uno de esos órganos tiene una dirección con las máximas atribuciones ejecutivas. Esta dirección debe disponer de autonomía y decidir qué se publica y cómo se publica. Los periodistas, a su vez, han de ganarse también con su talento y su coraje una amplia autonomía. No debemos tener ningún temor en emplear esta palabra. El periodismo, como forma del trabajo intelectual, requiere de espacio para la libertad creadora.

Nuestra prensa supone un cambio esencial en cuanto al sistema de propiedad, a los perfiles de cada órgano, a los contenidos y prioridades temáticas, y dispone de soportes que permiten usos del lenguaje, velocidades de trasmisión y alcance de los mensajes que no pudieron siquiera soñar los actores de los medios en el pasado. Es preciso cobrar verdadera conciencia de las potencialidades que ello encierra y aprender a explotarlas.

Las tendencias negativas que proliferaron en el país en los años 80 olvidaban el trabajo político, el peso de los factores ideológicos, la atención al hombre, y todo lo subordinaban a los mecanismos económicos y a la estimulación monetaria. Pero aun colocando en su justo lugar estos elementos, ni el Partido ni el Estado solos, ni los organismos administrativos y las organizaciones de masas por su sola cuenta, podrían atender todos los problemas. El Partido mismo no es una especie de dios que todo lo vea, lo conozca y lo resuelva. La construcción del socialismo únicamente puede entenderse como un trabajo de toda la sociedad.

En otras palabras, si las propias masas no desarrollan su capacidad de autogestión, si no se estimula la nueva actitud cívica y se crea una nueva cultura de la economía y el deber social, sería imposible dar respuesta a la infinidad de requerimientos cotidianos que plantea la producción y demás esferas de nuestra vida. La prensa debe contribuir decisivamente a esto. Ella debe levantar la bandera de la lucha permanente contra todo lo mal hecho. Debe ser un instrumento de estímulo, de crítica, de orientación y de acicate a la reflexión social.

Sólo con el Partido, con su comprensión, con su apoyo activo, será posible avanzar, vencer la resistencia consciente e inconsciente con que tropieza el ejercicio profesional, y lograr que se arraigue gradualmente una nueva cultura de la información y el papel de la prensa en nuestra sociedad.

-¿No pudiera esa gestión profesional funcionar en base a cultura y valores compartidos con el propietario social, similares a las que existen entre editores y consorcios en el capitalismo desarrollado?

Cuba fue el primer país en hacer una revolución socialista a partir de una cultura de prensa occidental y moderna. Los periodistas cubanos —al menos el núcleo fundamental de ellos— son tan talentosos y capaces como los de cualquier otro país. Tienen tanto potencial como los científicos, técnicos e innovadores cubanos que nos enorgullecen. No podemos admitir unilateralmente la idea de que los periodistas sean los únicos culpables de los problemas en la gestión de la prensa.

El problema esencial, a nuestro juicio, es transformar el ejercicio periodístico, sin menoscabo de los principios revolucionarios. Dentro del sistema de partido único y del reconocimiento del papel dirigente y orientador de nuestra organización de vanguardia, debemos hallar los métodos y estilos que garanticen la autonomía de los órganos de prensa, las atribuciones de sus directores y la práctica profesional del trabajo periodístico.

Toda nuestra prensa es revolucionaria. Es un resultado de las características de nuestro proceso histórico. No hay espacio en ella para defender la contrarrevolución, el capitalismo, el racismo, el guerrerismo o el odio hacia otros pueblos y naciones. Pero dentro de estos límites políticos hay un vasto espacio para el criterio independiente y para reflejar los intereses, percepciones y enfoques de las diferentes capas, sectores sociales e individualidades que forman nuestro pueblo. No hay que privatizar los órganos de prensa para lograr que estas opiniones obtengan un reflejo adecuado en nuestros medios de información, lo que no debe interpretarse sin embargo como que ya los cubanos lo hemos logrado. Esa tarea es posible y debemos realizarla.

Estamos convencidos de que demostrar la viabilidad del pluralismo de opiniones, dentro de una revolución que construye el socialismo, entraña un reto a la voluntad creadora y puede ser, al mismo tiempo, un servicio importante al esclarecimiento del gran debate ético, político e ideológico que hoy tiene lugar en nuestras sociedades.

Al tocar este punto, quisiera apuntar que observamos ciertos argumentos que identifican el pluralismo de opiniones con el pluripartidismo. Es oportuno señalar al respecto que el proceso histórico cubano ha transcurrido en un sentido opuesto. La Revolución pasó del pluripartidismo al partido único, sobre la base del programa socialista.

No hay en nuestro país base social para otro partido. El nuestro es a la vez el partido de la clase obrera y el de los campesinos, las capas medias, los intelectuales y demás trabajadores. Es el partido del socialismo, pero también el partido patriótico de la nación cubana. Y no vemos ciertamente que haya contradicción alguna entre la dirección de ese partido único y nuestra determinación de perfeccionar y ampliar cada vez más los mecanismos democráticos de la sociedad, incluyendo lo referente a un periodismo de nuevo tipo que propicie el diálogo, la polémica y abra espacio a todos los que deseen opinar e incluso discrepar dentro de nuestro proyecto hacia el socialismo.

Admitir que el socialismo no ha creado aún un modelo acabado que aproveche todas las potencialidades de desarrollo de la prensa socialista, no puede arrastrarnos al criterio de que nuestra única posibilidad sea la de copiar al capitalismo, de la misma forma que las deficiencias y formalismos de que ha adolecido la democracia socialista no deben conducirnos a idealizar la democracia liberal burguesa.

Desde nuestra óptica, no debiéramos permitir que gane terreno entre nosotros el concepto extraño de que la propiedad social sobre los medios de información es excluyente con la variedad, la diversidad de opciones y el ejercicio del criterio independiente.

Para nosotros, es precisamente la propiedad social la que debe garantizar el pluralismo de opiniones y el ejercicio de una prensa situada por encima de intereses privados y de grupos. Es cierto que históricamente esto ha sido en muchos casos formal. Es cierto que han existido deformaciones y que ellas se han revertido en una prensa monótona y gris. Pero estas realidades no son prueba de otra cosa sino de que hemos cometido errores y debemos enmendarlos. No significa que sea irrealizable la posibilidad de apoyarnos en las enormes ventajas de la propiedad social sobre los medios de información para un auténtico ejercicio de nuestra libertad de prensa, que puede y debe auspiciar un periodismo mucho más veraz, democrático y calificado que la propiedad privada burguesa.

(Tomado de Cubaperiodistas)

Se han publicado 86 comentarios



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  • Ernesto dijo:

    No debe continuar sucediento que la presnsa cubana informe constantemente lo MALO que suced ene l mundo capitalista y lo BUENO que sucede en Cuba. Hoy por hoy nosotros los cubanos somos los mejores informado de todo lo mano que sucede en los paises capitalista. Sin embargo no sabemos casi nada de las cosas que suceden en nuestro propio pais. Es inclreible pero cierto.

  • Joel dijo:

    Todos tenemos que beber de la inteligencia y el periodismo probado de Julio García. Todos tenemos que ganar y aprender mucho más en la cultura del debate, aprender a escuchar y a polemizar en las páginas de nuestros medios; a no creernos los ombligos del mundo, cuando somos en realidad una parte importante del mundo, pero no exactamente el ombligo.
    Las tertulias periodísticas parecen haber desaparecido de nuestras redacciones, robadas a veces por los emails, los chats, Facebook y las redes sociales, y otras veces por las aburridas reuniones de equipos.
    Las tendencias del periodismo contemporáneo hablan de un periodista rebelde y polémico con el destino de una sociedad en la que es ente activo, con la que interactúa y en la que puede llegar a ser líder de opinión. ¿Cuántos periodistas cubanos somos líderes de opinión? ¿Por qué todavía seguimos reaccionando a la defensiva y no a la ofensiva en temas candentes, lo que permite a la prensa extranjera robarse la arrancada, algo tan importante dentro de esta profesión?
    Es hora de levantarnos desde el mejor periodismo cubano, desde Martí, Juan Gualberto, Pablo de la Torriente, Rubén Martínez Villena, García Inclán, Enrique de la Osa, José González Barros, Santiago Álvarez, entre otros, sin olvidar a Fidel Castro, quizás de los pocos líderes políticos capaces de hacer un editorial con el verbo encendido y la acción detrás; un reportaje a partir de sus vivencias e investigaciones en una fábrica o una entrevista informativa desde su perseverante indagación.
    La UPEC ha promovido y debe seguir promoviendo este y otros debates hacia su público interno y al más importante: la sociedad, pero convencida de que defiende los principios de una Revolución y que la izquierda del pensamiento es todavía una brújula más certera que cualquier centrismo, socialdemocracia o matices disfrazados de derecha para la prensa cubana.
    La pelea se gana con mejores investigaciones, más creatividad, más conocimientos, más debates de ideas y menos ego y pedantería en redes sociales o espacios digitales. ¿Qué no es fácil? Y acaso 58 años de Revolución frente al Muro político, militar, económico y comunicativo más grande del mundo lo ha sido. Ejemplos de buen y mal periodismo han existido en todas las épocas, por tanto, hagamos como Galeano, busquemos mirarnos en nuestros mejores espejos, no en las absurdas sombras.
    Por ahí está el camino

  • Gema Diaz dijo:

    Que tremendo artículo. Hay que seguir sonando duro a los medios terroristas privados que pretenden atacar a Cuba y la Revolución.

  • Mauro dijo:

    Rosa:

    Buen artículo. Para apoyar su contenido voy a entregarle a los cibernautas mis consideraciones que, de seguro, te fue complejo destacar en el periódico Granma y Cubadebate.

    Cuando refieres que “En Cuba deberíamos evitar que momentos de desconcierto o de revés le den pábulo a algunas tendencias liberales o extremistas, que propugnan los valores de la propiedad privada en nombre del fracaso estatal”…. Estamos hablando de engendros como Cubaposible, el Toque y On Cuba, algunos de los cuales, en este preciso instante se están haciendo eco de contrarrespuestas a Rosa Miriam. Algunos “académicos” y otros “que estudiaron en nuestras universidades” y que se hicieron letrados, ahora traicionan a la patria que les dio vida. Dicen que Rosa está equivocada y que evidentemente hay una avalancha de acciones gubernamentales para destruir lo alternativo.

    De lo que sí pueden estar seguros es que la Revolución cubana, es una Revolución en el Poder y no en la clandestinidad y sus instituciones todas, sus profesionales, trabajadores, jóvenes la van a defender pedacito a pedacito, ya sea en el ciberespacio o en las calles.

    El “centrismo” ideológico es peligroso para nuestra Revolución. En momentos donde todo lo que viene del norte como parte del acercamiento trae oportunidades, acompañadas de venenos que pretenden consumir los músculos y venas del socialismo cubano.

    Rosa: Cuando iba leyendo tu artículo, me entristecía saber que en esos “medios alternativos” que solo reflejan “el baño de sangre” que “ha de ser ya” y donde se cuestiona a “todo el que ocupe algún cargo” como un canalla que obviamente hay que eliminar, publican jóvenes periodistas, intelectuales y académicos (por supuestos una minoría ínfima) que no perciben el riesgo de hacerlo. No aprecian de dónde vienen los dineros que pagan esos contenidos. Yo soy de los que creo en la pluralidad de opiniones y niego la unanimidad falsa, pero considero que debemos defender espacios de debate genuinos, transparentes, no manchados por los dólares del Tío Sam, que mantienen intactas políticas del pasado con acomodo a las nuevas circunstancias, mirando el 2018 como una meta donde pudiera consumarse su apetito voraz de destruir la Revolución.

    Si no pudieron en 57 años, no podrán hacerlo en los próximos 100. Para lograr su propósito de destruirnos tendrá que unirse el mar del sur con el del norte y nacer una serpiente del huevo de un águila, y aún así los muertos sepultados en esta Isla que dieron su vida por la Patria, se unirán a aquellas generaciones que, de seguro empuñarán las armas, para no dejar caer la bandera de Martí y Fidel.

  • Barbara Doval dijo:

    Un abrazo a mis colegas. También aplaudo ese rescate de la papelería del profe Julio. Se precisa leer, releer y reflexionar su pensamiento. Una práctica apegada a la ética no deberá ser privativa de la prensa sino del ser humano. Gracias!

  • Luis Sexto dijo:

    Me quedó algo por decir. En este texto se puede confirmar la concepción ética del periodismo realizado, teorizado en libros y enseñado en las aulas por Julio García Luis, perdido a destiempo para su familia, sus amigos y para el periodismo cubano. Vemos y sentimos en sus opiniones, juicios, conceptos reflexionados para sus clases o algún artículo, cómo brota una concepción ética que complementa su visión de la sociedad en general y del periodismo en particular. Evidentemente, uno deduce de las ideas de Julito, que ética y política se juntan en unidad dialéctica. Nadie duda de que la prensa responde a intereses, igualmente en una sociedad de raíz popular como la cubana, o en una sociedad capitalista.Los intereses dominantes dictan el espacio de la prensa. Julito, sin embargo, cree posible que nuestra prensa nada tenga que envidiar a la presuntamente más libre o abierta del capitalismo. Nuestra prensa, según puede deducirse, está llamada a ser instrumento de nuestra sociedad mediante una regulación que provenga de la propiedad social de los medios, lo cual no supone que en última instancia no se someta a los ideales de justicia social e independencia de Cuba. Pero para que ese papel sea efectivo se necesita una regulación interna que le facilite a la prensa actuar dentro de una atmósfera, en una sociedad, de múltiples matices de opinión, sin que necesariamente se lastime la unidad que ha de regir en una Cuba enrumbada hacia los fines sociales y políticos del socialismo. Las ideas de Julito sobre la prensa en Cuba, deben de estar sobre la mesa de discusión dialéctica entre ética y política.

  • rosbe dijo:

    la prensa, el periodismo, ante todo y sobre todo debe ser objetivo y reflejar los intereses de las amplias mayorias, orientarles, educarlos en el camino a seguir en las dificiles condiciones del desarrollo mundial en haras del bien del mundo y eso sólo se logra con la exigencia , el control y el amor que le deben imprimir los periodistas a sus trabajos, que respondan a los intereses reales del pueblo y de los estados que representan los interese de las amplias mayorias, del pueblo. Una prensa descontextualizada del pueblo, es ineficiente en estos servicios de informar, orientar, educar y formar estados de opnión.La prensa en manos privadas jamás asumira estas funciones.

  • navegante dijo:

    periodista sno hay camino se hace manio al andar mejoremos la prensa y que sea socialitas y la voz de todosooo

  • Divina dijo:

    Muy buen articulo y mejor debate

  • jacinto dijo:

    Qué bien el editorial de Cubaperiodistas. Tengo la impresión de que hay un discurso a la ofensiva en los periodistas, que no debiera acomplejarse cuando muchas de sus demandas no se concretan en resultados. Sí hay cambios en la prensa, no los que quisiéramos ni a la velocidad que quisiéramos, pero la madurez de la discusión gremial ha alcanzado suficiente altura como para que nadie, ni las fuentes, ni las audiencias, ni las instituciones oficiales, ni el Partido, hagan oídos sordos.

  • Mauro dijo:

    Rosa: Buena riposta para fulminar a Cubaposible, el Toque y On Cuba, así como otros que intenten enfrentar esta colmena de revolucionarios

    • Charly dijo:

      Nuestro Jose Marti dijo algo como que nuestra batalla es de pensamiento y que teniamos que ganarla a pensamiento, en ningun momento dijo reprimiendo, censurando, ni fulminando a nadie. Creo que nuestros medios tienen que mirarse mucho por dentro antes de estar reaccionando a la existencia de otros medios llamense alternativos o como quieran llamarse, hay quien clama y desea metodos represivos contra ellos y contra quienes trabajen en ellos. Eso es revolucionario??? Yo creo que la existencia de ellos podria ser hasta una bendicion si al final hace que descubramos nuestro camino. Pero hay quien le molesta la competencia, como dice el dicho si te rascas es porque te pica.

      • Ernesto Martínez dijo:

        Charly, piensa el ladrón que todos son de su condición. ¿Por qué si tu tienes miedo lo tiene que tener todo el mundo?

      • Ariel Terrero dijo:

        Charly coincido contigo a medias. Ciertamente nuestros medios tienen que mirarse mucho por dentro y no solo mirarnos para hablar en actitud quejumbrosa: tenemos mucho por hacer para edificar una prensa más capaz, la prensa que merece la sociedad cubana. Hablo del compromiso y la responsabilidad que compartimos los periodistas con las direcciones de los medios y con el Partido en primer lugar. Y con la sociedad en pleno, si vamos a hablar de la participación social como el rasgo singular de nuestra democracia. Solo así ganaremos una batalla difícil, como batalla de pensamiento, que no admite ingenuidades. No es de revolucionarios emplear métodos represivos. Es verdad. No será nunca una opción. Pero tampoco es de revolucionarios hacer de tontos ante la emergencia de espacios de comunicación con un discurso sospechosamente coincidente con los objetivos de los enemigos históricos de la Revolución. Los mismos enemigos que sí han mostrado talento para acudir a la alternativa de la represión cuando no han podido comprar voluntades con dinero fácil. Ni es de revolucionarios posponer la ética y callar cuando se hacen las cosas mal.
        Bienvenida la multiplicación de espacios de comunicación. De acuerdo. Pero eso es una cosa y otra muy diferente la guerra de pensamiento, amigo. No la veamos como una competencia de nobles fines. Es una batalla. Ya lo dijiste. Estamos en una guerra que dista mucho de haber concluido porque la amenaza está en el norte, pero como ya sabemos también anida puertas adentro y en focos bien ubicados de la red de redes.

      • Rodolfo dijo:

        Charly:

        Represión es lo que hacen todos los días los que financian esos medios privados en otras partes del mundo. Si no los paramos, harán lo mismo aquí. Informar qué hay detrás de ellos y denunciar cuando mienten y manipulan no es reprimir, es evitar ser reprimidos en el futuro.

  • Yudith dijo:

    Para El Sandieguero
    Dices "a varios años de su muerte es que se viene a decir, aunque no lo toman en cuenta en las decisiones, su verdadero pensamiento sobre la prensa”
    Me pareces que no estás bien informado. En el IX Congreso de la Upec se presentó la primera edición del libro de Julio García Luis: Revolución, socialismo y periodismo
    Te pongo los enlaces para que te informes
    http://www.cubadebate.cu/opinion/2013/07/15/presentando-revolucion-socialismo-y-periodismo/#.V-Flwk-ecwQ
    http://www.juventudrebelde.cu/opinion/2013-09-04/bondad-periodismo-julio/
    http://www.epoca2.lajiribilla.cu/articulo/5224/un-paradigma-de-lo-que-podria-ser-el-periodista-en-el-socialismo
    http://www.trabajadores.cu/20130714/julio-garcia-paradigma-del-periodismo-cubano/
    La tesis de doctorado de Rosa Miriam Elizarde se inspira también en la obra de Julio y su trabajo "El consenso de lo posible: Principios para una política de comunicación social en el escenario de la convergencia mediática desde la perspectiva de los periodistas cubanos" de la Profesora Rosa Miriam Elizalde fue reconocida como la mejor Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales y Humanísticas en el curso 2013-2014.
    http://www.fcom.uh.cu/?q=node/54
    http://www.cubadebate.cu/opinion/2015/01/17/david-tiene-el-reto-de-ser-mas-astuto-que-goliat/#.V-FmNE-ecwQ
    En todas las provincias de país se hicieron presentaciones:
    http://www.escambray.cu/2013/presentan-hoy-en-sancti-spiritus-libro-de-julio-gar
    http://www.vanguardia.cu/de-cuba/2897-el-mejor-libro-que-julito-nos-dejo?highlight=WyJwb3IiLCJtZXJjZWRlcycia-luis/
    Desde la Upec se socializan las propuestas sobre los nuevos modelos de gestión en los medios. En el último Pleno se presentaron las propuestas de Cubadebate y el periódico de Cienfuegos. En este empeño está la obra de Julito. Otros medios también trabajan en sus propuestas. Por ejemplo el periódico Escambray donde Díaz-Canel intercambió con su staff sobre la generación de contenidos para los diferentes soportes del medio, la participación de los profesionales en las decisiones editoriales y los desafíos que el contexto actual impone a la prensa cubana.
    http://www.escambray.cu/2016/diaz-canel-en-sancti-spiritus-no-basta-con-producir-mas/

  • Berthica dijo:

    El profe Julio: Definitivamente, siempre nos harán falta sus reflexiones y análisis, sus luces tras el camino que nos ayudó y nos seguirá ayudando a transitar. En él encontraremos muchas cosas nuevas cada vez que, necesariamente, tengamos que volver a él una y otra vez. Este es un camino resbaladizo y sus enseñanzas siempre nos guiarán para transitarlo y salir airosos, sin medias tintas ni vuelta a atrás. Hay cosas en la que nos va la vida.

  • Mariana dijo:

    Sandieguero, con quién estás? Es una pena que utilices ese gentilicio para comentarios tales!

  • Sindulfo dijo:

    Sandieguero Por fin, conociste al profe y su obra? Estudia y honra su memoria desde al lado de los tuyos

  • Luis Sexto dijo:

    No olvida este editorial el papel de la ética. Más bien en todo su cuerpo está presente la necesidad de proteger o salvar la ética en el periodismo. No podemos equivocarnos. La ciencia, la técnica, las nuevas tecnologías de la comunicación o la información podrán avanzar, Pero no pueden nuetralizar el papel regulador de la ética. El periodismo podrá brillar por su forma, pero si le falta ética su contenido se amenguará, hasta no decir nada a ningún lector, oyente, o televidente. La ética es el complemento formal y conceptual que multiplica el valor y la influencia de un enunciado periodístico. El periodismo cubano y la UPEC han de proseguir encareciendo el desarrollo de nuestra ética. Nada perdura sin ética. Nada avanza sin ética. Hagamos los periodistas un frente común pro ética, cuyo enemigo principal es la doble moral. No se puede firmar en un medio, y luego decir en otro medio lo contrario. Quien actúa así, si se mira en un espejo, no se reconocerá.

  • asere ke bolá dijo:

    Sandieguero La primera condición para acceder a este diálogo es la decencia, hablar en nombre de lo que somos y quiénes somos. Siento verguenza ajena respecto aquel que se vale de rostros prestados para tirar piedras. _Como puedes dormir tranquilo? Cuidado! Quieres el libro de Julito ? Envia tus datos y te lo haremos llegar.

  • Victor SA dijo:

    Mi humilde opinión pues no pertenezco al gremio, esta es la prensa y el debate que necesitamos, como un cubano que todos los días lee el periódico, voy a los sitios digitales, a los blog (algunos, por supuesto), me percato que la batalla de ideas que nuestro Comandante en Jefe inició, se debe librar desde las trincheras del periodismo en lo fundamental, sin menospreciar otros medios y espacios. La ética tan mencionada por algunos foristas, es el denominador común en una prensa socialista, incluso el arma fundamental de los que defendemos este proyecto, desde ahí se desmontan todas las artimañas, se convence a los confundidos de buena fe y se fortalece la Revolución. Excelente trabajo Rosa Miriam.

  • lacteo dijo:

    Gracias por este artículo. En estos tiempos de tantas apariciones con ropaje "alternativo" que en realidad responden al capital privado, que es el que paga todos esos ataques contra las bases de la Revolución, debemos seguir defendiendo el perfeccionamiento de nuestra prensa, sin dejarnos encadilar con propuestas y enfoques que petenden destruir nuestro socialismo desde una supuesta defensa de la patria. Y decir por su nombre que "alternativos" como ONCuba, CubaPosible y CartasdesdeCuba" defiende los intereses encubiertos de nuestro enemigo histórico. Verdad que la articulación de estos medios lleva ventaja, y nos corresponde a nosotros lograr que nuestra prensa se adentre en el centro de referencia de nuestra sociedad, con todos los matices que ella merece, y como siempre el pueblo continuara defendiendo su Revolución.

  • Cuco dijo:

    Con todo el respeto de la dra. Elizalde...Hasta que no haya una ley de prensa, seguiremos con las mismas dificultades y teorizaciones que no se materializan...

  • Félix Hernández Rodríguez dijo:

    Con toda certeza la reflexión de Rosa Miriam plantea que –y cito- “hoy el Granma y El Nuevo Herald están al alcance de un clic”. Bienvenidas las nuevas tecnologías que con rapidez inusitada facilitan la comunicación a escala universal. Al igual que esa interconexión inmediata, fabulosa, debe estar al alcance de un clic el comportamiento honorable de los usuarios, quienes debemos mantener en la red de redes una conducta ético-moral civilizada y un respeto tácito hacia todos los seres humanos, pueblos y naciones.
    Es justiciero y por ende válido el criterio del profesor Julio García Luis cuando afirma que “Una verdadera democratización de la prensa, y el ejercicio ético del periodismo, requieren como premisa la propiedad social sobre los medios”.
    Comparto el planteamiento de que “Nuestra tarea tenemos que resolverla hoy con fórmulas nacidas de la realidad cubana, con la gran masa de periodistas del país, con los cuadros de la prensa, con el Partido y su dirección en cada nivel, con todos los organismos políticos, de masa, estatales y administrativos, con el papel activo de los trabajadores y el pueblo que son los protagonistas de la información”.
    Ahí está la fuerza de la razón que nos asiste para perfeccionarnos desde adentro, sin injerencias ni recetas liberales. La historia del periodismo cubano es extraordinariamente rica. Bebamos cada día más de esa fuente, la fuente inagotable de José Martí, Juan Gualberto Gómez, Fidel y, por su supuesto, Julio García Luis, entre tantos y tantos ilustres periodistas cubanos. Como ellos, hemos defendido y defenderemos la dignidad y el honor del periodismo revolucionario cubano, como bien expresa el Editorial publicado este martes en Cubaperiodistas.cu
    Es bien conocido (y Rosa Miriam lo recuerda en su reflexión) que los periodistas cubanos y su organización gremial (UPEC) han tomado partido, día a día, en el empeño que nos anima a todos para elevar la calidad de la prensa. Nadie ha tenido que venir a decirnos las dificultades. Las hemos “descubierto” nosotros mismos y nosotros mismos seremos capaces de resolverlas, con nuestros medios públicos de propiedad social y sin la privatización que algunos pregonan.

  • Berto dijo:

    A mi modo de ver, la prensa debe tener dos propósitos fundamentales, primero; motivar la atención de los receptores que es el pueblo, un pueblo inteligente y preparado; segundo, que su mensaje tenga un efecto en los actores y ejecutores de la política de la revolución, y cuando hablo de política me refiero a economía, inversiones, soluciones, negociaciones, perspectivas etc. Si lo que se difunde no tiene un sentido sensato y viable para ambas partes, es letra perdida, es mi modesta opinión

  • Reynaldo Suárez dijo:

    Estimado Charly: Hace poco en uno de esos medios que Rosa Miriam llama con mucha razón privados pidieron una "purga calcinante" de todos estos años de Revolución http://oncubamagazine.com/columnas/obama-en-cuba-o-fabula-del-lobo-y-las-ovejas/. ¿No se parece eso demasiado a la represión? ¿Y por qué entonces no dijiste nada? Ah, es que tú colaboras allí http://oncubamagazine.com/author/charly/ Tal vez eso explique por qué quieres vestir ahora a las víctimas de victimarios.

  • Fernando Hernández dice. dijo:

    No creo que la alternativa esté en si privatizamos o no la prensa. Si nuestro estado es socialista, igual de socialista tiene que ser nuestra prensa, propiedad social de todo el pueblo que es que la financia con su trabajo y necesitda verse reflejado en ella. El problema a mi entender está en que tipo de prensa socialista debemos tener. Ya nuestro 1er. Secretario lo ha expresado claarameante mas de una vez, BASTA DE SECRETISMO Y MEDIAS VERDADES.. sI queremos que nuestra prensaz informe y oriente, lo primero a lograr sería que las personas de todas las edades, se sientan motivadas a adquirirla y leerla avidamente, que sea no solo veraz y oportuna, sino además amena, que refleje los problemas de nuestra sociedad con verdadero sentido crítico, que vaya al fondo de las cuestiones, que combat a los males en sus raices. La prensa apologética o de barricada que ante un problema plantea solo consignas sin reflejara causas y responsabilidades, es una prensa manca y coja que a nadie convence, De vez en cuando en los medios, sobre todo en la TV se refleja alguna problematica de actualidad que está creando serio descontento popular, pero casi siempre sin ir al fondo de los problemas, sin interpelar a los que dirigen la actividad motivo del descontento, que soluciones va a poner en practica y para cuando y si no hay solución por cuestiones de peso plantearlo, para que la gente conozca. Sino queremos que la gente vaya a buscar la noticia de adentro en los medios de afuera, por ahi viene junto con la noticia el punto de vista del enemigo y ese le va a llegar a un número mayor de personas.Así no se gana ninguna batalla de ideas. Si la guerra es a pensamiento ganémosla a pensamiento. José Martí.

  • Néstor del Prado Arza dijo:

    Escribo este comentario luego de haber leído 73-algunos repetidos-, y obviamente releído el artículo de Rosa Miriam publicado también en Granma en soporte papel. Me ha llamado gratamente la atención que figuras prominentes del periodismo cubano se hayan involucrado en el debate; esto no suele ocurrir en otros temas de interés nacional. Por curiosidad científica visité Granma y comprobé que había ya 24 comentarios-repetido el de Guerrita-, incluyendo el muy sagaz del actual Decano continuador de la obra de Julio. Me entusiasmé mucho con el anuncio de Rosa Mirian sobre su proyecto de rescate de la obra escrita no publicada de Julio con la decisiva colaboración de Nadia y Nidia. Un día pasé por la Facultad de Comunicación buscando a una estudiante de periodismo que escribió un reportaje que me aludía y quise intercambiar. En un salón me encontré con Julio que estaba escribiendo en una computadora. Vino a mi memoria su imagen escribiendo en una máquina de escribir mecánica 40 años atrás. Le hice tres preguntas a ese querido y respetado amigo.
    ¿Prefieres escribir en computadora?
    Respondió sin meditar, claro que sí; aunque te confieso que a veces extraño el sonido característico de aquellas teclas chocando sobre el rodillo.
    ¿La revolución tecnológica en el campo de la información y la comunicación, nos beneficia o nos perjudica?
    Me miró con cierta suspicacia, sabiendo que yo he sido siempre defensor del desarrollo de la cultura informática y sus aplicaciones; y me dijo: tú no oíste a Fidel que estas tecnologías e Internet parecen haber sido diseñadas para nosotros. No se trata de que nos puedan perjudicar, tenemos que lograr que nos beneficien.
    La última pregunta. ¿Algún día el periodismo digital desplazara al de la tinta sobre el papel? Néstor, esa lleva más tiempo responderla. Vamos a coordinar un encuentro para conversar y entonces te responderé esa pregunta y prepárate que me tocará a mí hacerte algunas preguntas. Cuando supe de la muerte de Julio además del gran dolor, experimenté la terrible frustración por no haber propiciado el reencuentro.
    Gracias Rosa Miriam por la semilla necesaria que has sembrado en terreno fértil.
    Adelante con el debate cubano de Cubadebate, en que habrá cada vez mejor debate y más Cuba.

  • ivan GARCIA dijo:

    QUERIDA PERIODISTA, SERIA BUENO QUE ESTAS ENTREVISTAS LLEGUEN CON AUDIO,SOY SEGUIDOR DE SUS ARTICULOS.
    SALUDO FRATERNO.

  • Lolita de mi vida dijo:

    Medios privados y bien, mucho eufemismo con cuentrapropistas y mucho esconder la bola.

  • Luis Marcelo dijo:

    Excelente artículo. Los medios masivos de comunicación cubanos son medios sociales fundamentales de producción de servicios informativos. Sin embargo, todos parecen ser presupuestados. Que conozca, ninguno es una empresa, por tanto la separación de propiedad y gestión solo podría darse por ahora desde el usufructo gratuito. Valdría la pena ir pensando cómo establecer contratos democráticos y responsables de usufructo en los medios que corresponda, conciliando posiciones entre la propiedad y la gestión. Esta conciliación es totalmente posible en el socialismo. Un ejercicio clásico de
    propiedad en crucial en esto. Por ejemplo, ¿de quien es realmente el periódico Trabajadores?

  • Carlos Gutiérrez dijo:

    La esencia de TODOS nuestros problemas radica en que seguimos dando por sentado que propiedad estatal y propiedad social son la misma cosa.

    Cuando tengamos el coraje suficiente para admitir la diferencia y, mas aún, para obrar en consecuencia, ese día habremos dado el primer paso en el camino que nos lleve a ser la sociedad más avanzada del planeta.

  • Eduardo Ortega dijo:

    Este artículo es muy valioso. Me alegra poder además leer los comentarios de especialistas en la materia. La prensa en Cuba no hay que privatizarla, pero sí democratizarla. El marxismo nos ha dicho que el desarrollo surge de las contradicciones. La prensa puede ayudar a canalizar esas contradicciones. Igual que en las tesis existe la figura del oponente que hace una valoración del trabajo y plantea sus críticas constructivas, en el desarrollo de la sociedad el periodismo no puede ser solamente para reflejar las cosas lindas de lo que ocurre sino que debe ser fiel con la verdad y reflejarla. Como nos enseña Martí, “La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla”. SALUDOS!

    • Rosa Miriam dijo:

      Absolutamente de acuerdo, Eduardo. Saludos, Rosa

    • Jorgemenis dijo:

      Pero entonces...¿es o no es?

Se han publicado 86 comentarios



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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.

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