- Cubadebate - http://www.cubadebate.cu -

Atlanta 1996: Driulis y El Pato Johnson

driulis

Driulis González.

El COI se reúne en Sesión y después de escuchar las propuestas decide en sufragio directo y secreto la ciudad organizadora de los Juegos. Se otorga el derecho a la ciudad, no al país, aunque se necesita el aval de las autoridades gubernamentales. Para los Juegos del Centenario –los primeros habían sido en 1896- llegaron a la finalísima dos candidatas: Atenas y la pujante Atlanta, capital del Estado de Georgia.

Grecia, cuna de los Juegos Olímpicos, no es un país altamente desarrollado como Estados Unidos, con apreciables aportes al Movimiento Olímpico. Se afirma que Atenas invirtió siete millones de dólares para promocionar la sede. Atlanta veinticinco y prometió facilidades a las que su rival no tenía acceso. Resultado: la Sesión Plenaria del COI otorgó la sede de los Juegos del Centenario a Atlanta. Por cuarta ocasión aquel país recibía los Juegos. Atenas los ha tenido en dos oportunidades: 1896 y 2004.

La ciudad agraciada está entre las ciudades de mayor auge económico de los Estados Unidos. Célebre por la filmación del filme Lo que el viento se llevó, fue la meca del esclavismo a raíz de la Guerra de Secesión, a mediados del siglo XIX. Hoy da albergue a muchas corporaciones importantes. Son célebres también la Universidad y el Obispado.

Se habló de sobornos, becas ofrecidas a hijos de ejecutivos del COI, viajes turísticos gratuitos, pero no se comprobaron o no se investigaron a fondo, y los Juegos fueron allí en el verano de 1996. La organización quedaría en manos de empresas privadas, lo que provocó el sobrenombre de “Juegos de la Coca Cola”. El famoso refresco tiene un papel preponderante en el Programa TOP -The Olimpic Programe-, que patrocina los Juegos con la anuencia del COI. No faltaron problemas con el transporte y las comunicaciones; las instalaciones fueron de primer nivel.

El béisbol se jugó en plena temporada de Grandes Ligas, en el estadio de los Atlanta Braves, cuyo dueño, Ted Turner, lo convertiría en un parqueo poco después.El estadio olímpico, construido al lado, pasó a ser la nueva sede del equipo. El torneo fue seguido por las cadenas de televisión, como deporte nacional de Estados Unidos, que tuvo que conformarse con el tercer lugar. Cuba y Japón, por ese orden, obtuvieron título y subtítulo. Se destacó Omar El Niño Linares, a quien ofertaron cuarenta millones de dólares para jugar en las Ligas Mayores ylos rechazó. No es ocioso recordar los tres jonrones que conectó ante los japoneses.También lo hicieron el ya desaparecido Miguel Caldés,Antonio Pacheco y Orestes Kindelán, el más grande jonronero cubano, así como los lanzadores Omar Luis y el bisoño Pedro Luis Lazo, quien comenzaría a enseñar sus afiladas uñas sobre el box. Todos derrocharon maestría.

Cuando el presidente William Clinton dejó oficialmente inaugurados los Juegos, también hizo campaña política para la reelección –coinciden con las elecciones estadounidenses.Audiencia de miles de millones de personas. La ceremonia de apertura fue espectacular, entre otras cosas contó con varias estrellas de Hollywood y de la música. El encendido de la pira olímpica estuvo a cargo del recientemente desaparecido Mohamed Alí, mas no alcanzó el sentido poético de Barcelona.

El encendido de la pira olímpica constituía un momento especial de esta ceremonia. Hay que recordar que cuatro años atrás, en Barcelona, este acto fue de por sí uno de los highlights de esa Olimpiada, cuando el fuego olímpico se encendió de un flechazo. Así que para este se había creado una gran expectativa. Todos se preguntaban, ¿qué harán los norteamericanos? En ese instante apareció en lo alto del estadio una figura humana al lado de la pira. Era Mohamed Alí, antes Cassius Clay, ganador de oro olímpico para Estados Unidos en 1960 en el boxeo y que más tarde se convertiría en el más grande ídolo del boxeo de su país. Era y es un símbolo para sus coterráneos. Alí recibió la antorcha, la alargó sobre su cabeza, saludó a los presentes y el aire batió… parecía que el fuego le quemaba las manos, pues el resorte por el que subiría (como una soga, cordón, alambre o cable) la llama se demoró unos instantes demasiado largos. Al fin esta subió despacio hasta que llegó a lo más alto de la pira olímpica y se encendió el pebetero… y los corazones de más de cien mil personas en el estadio, así como cientos de millones en todo el universo.[1]

Se dieron cita 167 países y compitieron 10 749 atletas en 23 deportes, nuevos récords. Un hecho denigrante hizo ondear la bandera a media asta, cuando terroristas no identificados hicieron estallar una bomba en un concurrido sitio de diversiones;falleció una persona y hubo varios heridos.

En las competencias se destacó el velocista norteamericano Michael Johnson, quien ganó los 200 y 400 metros con registros fenomenales, incluyendo un nuevo récord mundial en 400, así como el jamaicano, nacionalizado canadiense, Donovan Bailey, en el hectómetro. El ruso Alexander Popov arrasó en la natación.

El marchista ecuatoriano Jefferson Pérez, obtuvo la primera medalla en la historia de su país. El primer evento que concedió medallas en el atletismo fue la marcha de 20 kilómetros y el muchacho de 22 años se convirtió en el primer campeón del atletismo en Atlanta 1996, y de su país. 

Los Juegos tuvieron una excelente calidad deportiva. Veamos un dato ilustrativo del rumbo hegemónico que llevaba el deporte olímpico. De 842 medallas en disputa, 421 (50%), fueron a los países desarrollados. De ellas el 32,8% para los llamados “Siete Grandes”. Estados Unidos, que encabezó el medallero, Alemania, Francia, Italia, Canadá, Japón y el Reino Unido de la Gran Bretaña. Huelgan los comentarios. Sin embargo, un país del Tercer Mundo se ubicó en el octavo lugar.

América Latina mejoró los resultados anteriores, en buena medida por el papel de La Mayor de las Antillas. Brasil se alzó con 15 medallas, 3 de oro, 3 de plata y 9 de bronce; Jamaica 6 (1-3-2), Costa Rica y Ecuador alcanzaron 1 título; Argentina obtuvo 3 (2 de plata, 1 bronce), Bahamas (1 de plata), Trinidad y Tobago (2 de bronce), México y Puerto Rico (1 bronce).

Además de Jefferson Pérez, la jamaicana Deon Hemmings impuso una nueva marca olímpica y se alzó con el título.La costarricense Claudia Poll Ahrens en los 200 metros estilo libre, con un crono de 1:58:16; en Seúl 1988 su hermana Silvia había obtenido la medalla de plata en el mismo evento.En el yatismo Brasil obtuvo dos medallas doradas: la pareja Grael-Ferreira en clase estrella y Roberto Scheidt en clase laser. El tercer título estuvo a cargo del voleibol de playa femenino.Una sorpresa fue la derrota carioca en las semifinales de fútbol ante Nigeria (4-3).

Cuba en Atlanta 1996

Por las contradicciones políticas que existen entre los Estados Unidos y Cuba, se especuló sobre la no asistenciaa Atlanta 1996. El presidente Fidel Castro se encargó del desmentido, en el recibimiento a la delegación de Barcelona 1992:

Tenemos que proponernos en este recibimiento, seguir esta marcha ascendente en el deporte. Nuestro espíritu es cooperar con el éxito de esas Olimpiadas (Atlanta’96), considero que es nuestro deber moral y nuestro deber deportivo. Nuestra posición será de cooperación con los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta. Empezarnos a preparar desde ahora para las próximas Olimpiadas, porque las glorias que hemos alcanzado tenemos que defenderlas.[2]

La delegación arribó a Atlanta con el 5to.lugarde Barcelona.En el orden competitivo estos Juegos serían más difíciles, con el asedio de los scouts sobre los atletas para convertirlos en profesionales; la situación se tornó compleja. La introducción masiva de los profesionales–ajena a Cuba– elevó el nivel. 

Cuba se alzaría con un meritorio 8vo.lugar. El boxeo, conquistó cuatro títulos mediante los puños de Félix Savón, Héctor Vinent, Ariel Hernández y Maikro Romero. Savón, Ariel y Vinent repitieron la actuación de Barcelona.

La judoca Driulis González conquistó el título en los 56 kilos y se convirtió –a partir de allí– en poco menos que invencible. El luchador de estilo grecorromano, Filiberto Azcuy, se alzó con el pergamino mayor en los 74 kilos. Fue la sorpresa en esa lid; repetiría en el 2000. El pesista Pablo Lara, cumplió su condición de favorito y se tituló en los 76 kilos. En Barcelona había conquistado la plata.

Las otras dos medallas doradas fueron en deportes de conjunto: el béisbol y el voleibol femenino, quienes repitieron las meritorias labores de cuatro años atrás; las muchachas, por su parte, se coronarían en el 2000 por tercera ocasión consecutiva, hazaña difícil de igualar.Los triunfos se alcanzaron bajo la dirección de laureados entrenadores: Jorge Fuentes, en béisbol y Eugenio George, en voleibol femenino, quienes junto con Alcides Sagarra en boxeo y Ronaldo Veitía en el judo de las muchachas, están entre los directores técnicos de mejores resultados en el deporte olímpico y mundial.

En el atletismo no se alcanzaron títulos, a pesar del favoritismo de Ana Fidelia Quirot (obtuvo plata) y Sotomayor, que no pudo repetir la gloria. De Atlanta 1996 se sacarían lecciones para Sydney 2000. El total de las medallas fue de 25:9 de oro, 8 de plata y 8 de bronce. En títulos Cuba quedó abrazada con Australia y Ucrania. Los subtítulos nos ubicaron por debajo de la Isla Continente y por encima de los ucranianos en el medallero final.

Driulis González                                                                

En Atlanta 1996, Driulis fue campeona en los 57Kg del judo femenino. Se mantuvo durante cinco años en lo más alto; su récord es envidiable: en más de 170 combates solo perdió cinco,con actuaciones perfectas en 1995, 1996, 1998 y 1999, que le valieron ser seleccionada la Mejor Atleta de Cuba.

Acumula medallas doradas en todos los torneos de la Federación Internacional, campeona en eventos multidisciplinarios, como Centro y Panamericanos, incluido el título de Atlanta. Archivó una medalla de cada color –en Barcelona 1992 obtuvo bronce y lo repitió en Atenas 2004. Es inolvidable su combate por el oro en Sydney 2000, ante la española Isabel Fernández. Lucha sin tregua entre adversarias que se conocían bien. Driulis lo hizoseriamente lesionada, pero no se quejó. Perdió por la mínima su segunda medalla dorada. Otro tanto sucedería en Atenas 2004, con el tercer puesto.

Driulis González se convirtió anoche en la cubana que más títulos mundiales de judo ha conquistado, al lograr su tercer pergamino dorado –tiene además dos de plata y dos de bronce--, en el XXV Campeonato del orbe que se desarrolla en la Arena Olímpica de Río de Janeiro, Brasil. Tal como se lo propuso, Driulis ganó además su clasificación para los Juegos de Beijing 2008 en la división de los 63 kilogramos, donde quiere sumar su quinto emblema bajo los cinco aros. La guantanamera tomó desquite frente a la estelar francesa Lucie Decossie, campeona de la edición anterior, quien la superó entonces en preliminares.[3]

Empeñada en conquistar definitivamente el Olimpo de los Dioses, asistió a Beijing 2008.Imposible, el implacable tiempo hizo mella en su anatomía. No obtuvo medallas y dio por terminada una fabulosa aventura olímpica.

Michael Johnson: El Pato                                                

Según andan las cosas, nadie es capaz de vaticinar el límite humano en la velocidad. Con la aplicación científico-técni­ca, drogas aparte, los hombres amenazan con alcan­zar velocidades no imaginadas. En Atlanta corrió alguien que se burló de los requerimientos técnicos y se impuso en dos distancias complejas: 200 y 400 metros planos.

A Michael Johnson le apodaron El Pato, parecía correr sentado. En Atlanta 1996 destrozó el récord mundial de los 200 (19,32). Medido el promedio de la velocidad desplegada en esa carrera, alcanzó los 37,3 Km/h, la mayor para un ser humano entonces. El récord de 43,86 en los 400 metros lisos, alcanzado en México 1968 por su compatriota Lee Evans, se vio pulverizado por las piernas de Michael Johnson, al cronometrar 43,18 en el Mundial de Sevilla, España 1999. Se desplazó a 33,3 k/h. Estuvo casi una década corriendo contra sí; rival inalcanzable.

Poco después de aquellos Juegos se concertó –con sentido comercial– una carrera entre Donovan Bailey, campeón de los 100 metros en Atlanta 1996, y Johnson. Corrieron por un millón de dólares para el vencedor, medio millón para el perdedor. Como se desempeñaban en diferentes distan­cias, se adoptó una solución salomónica, la meta estaría a 150 metros. El canadiense poseía mejor arrancada y se adelantó.El Pato acortaba la distan­cia cuando se lesionó por una desgarradura muscular. Perdió el más rápido.

En los cuatro años de Olimpiada que median entre unos Juegos y otros, Michael Johnson siguió siendo noticia, aunque se le vio competir poco, las lesiones lo persiguie­ron.

Pero sus actuaciones más brillantes estaban aún por llegar. Fue el gran protagonista del Campeonato del Mundo de Atletismo al aire libre celebrado en 1995 en la ciudad sueca de Göteborg, cita en la que escuchó el himno de su país desde el escalón superior del podio en tres ocasiones, tras lograr otras tantas victorias (en 200, 400 y 4×400 m). Un año después consiguió dos medallas de oro olímpicas tras repetir el triunfo en el doble hectómetro y en 400 m en los Juegos de Atlanta 96, estableciendo, además, dos nuevas plusmarcas mundiales en 200 m (19,32s) y olímpica en 400 m (43,49s). En el Campeonato del Mundo de 1997, celebrado en Atenas (Grecia), revalidó su título mundial de 400 metros. El 23 de julio de 1998, en Nueva York (Estados Unidos), formó parte del relevo estadounidense de 4×400 m (también integrado por Jerome Young, Antonio Pettigrew y Tyree Washington) que en el transcurso de los Juegos de la Amistad estableció (con 2m 54,20s) un nuevo récord del mundo en dicha prueba. Su definitivo paso al libro de oro del atletismo universal se produjo durante el Mundial al aire libre disputado en 1999 en Sevilla (España), que era el quinto en el que participaba. Johnson conquistó la medalla de oro en 400 m y en la final de esta prueba batió el récord del mundo gracias a un tiempo de 43,18; pero además, tras imponerse con el equipo de Estados Unidos en el relevo 4×400 m, se colgó su novena medalla de oro mundial, con lo que superó las ocho que durante su carrera lograra su compatriota Carl Lewis. En los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 todavía incrementó su palmarés con dos nuevas medallas de oro en 400 m y en 4×400 metros.[4]

Estuvo entre los más buscados en Sydney 2000. La imagen de Atlanta 1996 estaba fresca y se esperaban registros fabulosos. Algunos no tuvieron en cuenta la edad sobre las tres décadas; no defraudó.No rompió sus propios récords; no se implantarían registros universales en el atletismo. Ganó fácil sus heats eliminatorios y se impuso en las dos pruebas: 400 y el relevo 4 por 400. Otra vez doble campeón olímpico; rey de la vuelta al óvalo.A pesar del favoritismo y esperarse el duelo, ni Michael Johnson ni Maurice Greene compi­tieron en los 200. La Federación de su país no los inscribió.

XXVI JUEGOS OLÍMPICOS

ATLANTA, 19 JULIO - 4 AGOSTO 1996

RESUMEN

 

LUGAR PAÍSES ORO PLATA BRONCE TOTAL
1 ESTADOS UNIDOS 44 32 25 101
2 RUSIA 26 21 16 63
3 ALEMANIA 20 18 27 65
4 REP. POPULAR CHINA 16 22 12 50
5 FRANCIA 15 7 15 37
6 ITALIA 13 10 12 35
7 AUSTRALIA 9 9 23 41
8 CUBA 9 8 8 25
9 UCRANIA 9 2 12 23
10 COREA 7 15 5 27
11 POLONIA 7 5 5 17
12 HUNGRÍA 7 4 10 21
13 ESPAÑA 5 6 6 17
14 RUMANÍA 4 7 9 20
15 HOLANDA 4 5 10 19
16 GRECIA 4 4 0 8
17 REP. CHECA 4 3 4 11
18 SUIZA 4 3 0 7
19 DINAMARCA 4 1 1 6
  TURQUÍA 4 1 1 6
21 CANADÁ 3 11 8 22
22 BULGARIA 3 7 5 15
23 JAPÓN 3 6 5 14
24 KAZAJASTÁN 3 4 4 11
25 BRASIL 3 3 9 15
26 NUEVA ZELANDIA 3 2 1 6
27 SUDÁFRICA 3 1 1 5
28 IRLANDA 3 0 1 4
29 SUECIA 2 4 2 8
30 NORUEGA 2 2 3 7
31 BÉLGICA 2 2 2 6
32 NIGERIA 2 1 3 6
33 REP. POP. DEM. COREA 2 1 2 5
34 ARGELIA 2 0 1 3
  ETIOPÍA 2 0 1 3
36 GRAN BRETAÑA 1 8 6 15
37 BIELORRUSIA 1 6 8 15
38 KENYA 1 4 3 8
39 JAMAICA 1 3 2 6
40 FINLANDIA 1 2 1 4
41 INDONESIA 1 1 2 4
  YUGOSLAVIA 1 1 2 4
43 ESLOVAQUIA 1 1 1 3
  REP. ISLÁMICA DE IRÁN 1 1 1 3
45 ARMENIA 1 1 0 2
  CROACIA 1 1 0 2
47 PORTUGAL 1 0 1 2
  THAILANDIA 1 0 1 2
49 BURUNDI 1 0 0 1
  COSTA RICA 1 0 0 1
  ECUADOR 1 0 0 1
  HONG KONG 1 0 0 1
  SIRIA 1 0 0 1
54 ARGENTINA 0 2 1 3
55 ESLOVENIA 0 2 0 2
  NAMIBIA 0 2 0 2
57 AUSTRIA 0 1 2 3
58 MALASIA 0 1 1 2
  MOLDAVIA 0 1 1 2
  UZBEKISTÁN 0 1 1 2
61 AZERBAIJÁN 0 1 0 1
  BAHAMAS 0 1 0 1
  FILIPINAS 0 1 0 1
  LETONIA 0 1 0 1
  TAIPEI DE CHINA 0 1 0 1
  TONGA 0 1 0 1
  ZAMBIA 0 1 0 1
68 GEORGIA 0 0 2 2
  MARRUECOS 0 0 2 2
  TRINIDAD Y TOBAGO 0 0 2 2
71 INDIA 0 0 1 1
  ISRAEL 0 0 1 1
  LITUANIA 0 0 1 1
  MÉXICO 0 0 1 1
  MONGOLIA 0 0 1 1
  MOZAMBIQUE 0 0 1 1
  PUERTO RICO 0 0 1 1
  TÚNEZ 0 0 1 1
  UGANDA 0 0 1 1
           
    271 273 298 842

 

[1]Fabio Ruiz Vinageras: Un siglo de deporte olímpico. Cuba y América Latina. Editorial Deportes. La Habana 1998, p. 362.

[2]Fidel y el deporte. Selección de pensamientos. Editorial Deportes. La Habana. 2001, p. 88.

[3]Ricardo Quiza: La leyenda continúa. Juventud Rebelde. La Habana. Sábado 15 de septiembre de 2007, p. 7.

[4]Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2004. Microsoft Corporation.

Orestes Kindelán y Omar Linares

Orestes Kindelán y Omar Linares

 Jefferson Pérez

Jefferson Pérez

Pablo Lara

Pablo Lara

Jorge Fuentes

Jorge Fuentes

Eugenio George

Eugenio George

Alcides Sagarra con Félix Savón

Alcides Sagarra con Félix Savón

Ronaldo Veitía con Legna Verdecia

Ronaldo Veitía con Legna Verdecia

Michael Johnson

Michael Johnson