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Ideología y hegemonía en el debate político latinoamericano

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Foto tomada de TeleSur.

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Es muy común escuchar a algunos dirigentes políticos, o incluso a académicos, que justifican sus traspiés con frases como “cada pueblo tiene el gobernante que se merece”, o “los pueblos son malagradecidos”. Este no es un tema nuevo, pero su discusión sigue siendo de vital importancia para la consolidación de procesos revolucionarios en cualquier etapa en que se encuentren.

Digamos que Marx y su obra provocan posiciones diversas de debate: los que lo veneran y tratan como un ser divino de pensamiento final; los que lo adversan y pertenecen a las elites, que dedican tiempo y recursos a su estudio, y aquellos que se ubican a la derecha y son anti comunistas por definición, que se plantan en cualquier debate, con los argumentos más descabellados, incluso la descalificación personal. Menos suerte tiene la obra de Gramsci y sus categorías que son ampliamente estudiadas en centros de pensamiento del poder de las elites gobernantes en el mundo, pero poco entendidas por quienes aspiramos a un mundo mejor. Sin embargo, de su estudio y entendimiento depende mucho nuestra capacidad de trazar una ruta revolucionaria.

El tema de la ideología es más bien utilizado y aprovechado por la derecha para manipular las sociedades, y para satanizar los planteamientos de la izquierda. Esto nos hace pensar que es necesario plantear un debate alrededor de la capacidad real y la necesidad que tenemos de entender en que estamos. Esto se hace crucial cuando caemos en cuenta de la relación indisoluble que existe entre esta y la hegemonía, y de ambas con el poder.

Para comenzar, digamos que vivimos en sociedades capitalistas, con mayor o menor grado de desarrollo, y con un lugar en el mapa de la actividad económica. Todas nuestras sociedades viven bajo las ideas que permiten el funcionamiento del sistema, cuya misión fundamental es reproducir el capital; todas esas ideas tienden entonces a dar soporte a la forma en que se genera el proceso de reproducción. Por ejemplo, la usura, condenada en otros tiempos, es hoy una actividad normal, y moralmente inserta en nuestra visión del mundo. Es gracias a todas esas ideas que se reproduce el sistema, por lo tanto, son ellas mismas la que le permiten ser un sistema hegemónico.

La cultura, las modas, la música, la literatura, y todas las fuentes de ideas dirigidas a las masas están cargadas de conceptos que soportan la existencia del sistema y todas sus aberraciones. Incluso la idea de libertad, de derechos, de justicia, están condicionadas de tal forma que a nadie conmueve, para el caso,que un juez falle en favor de un banco y despoje una familia de su vivienda y la deje en la calle. De hecho, es más común que la gente piense con naturalidad “cuando me tocara a mí”. Pero en ninguna parte de esa ideología dominante aparecen argumentos que muestren el carácter inhumano y auto destructivo del sistema.

Este sistema es tal, que nos plantean el predominio del “libre mercado” como la panacea, como si este fuera un señor que sabe cómo podremos vivir mejor todos. Bajo la egida de este sistema hegemónico, se justifica su dominio sobre la riqueza, y los medios que utilice para mantenerlos, reproducirlos y perpetuarlos. En este proceso, la ideología genera la legitimación del monopolio del uso de la fuerza por la clase dominante, y en este punto nos encontramos en presencia de eso que tanto mencionamos: el poder.

Puesto de otra manera, cuando alcanzamos el gobierno, nos encontramos en un entorno hostil que funciona bajo la ideología y la hegemonía de la clase dominante. Las leyes, el Estado, las instituciones, todo funciona con el propósito de mantener esa estructura de dominación. De ese modo, cuando llegamos al gobierno, comenzamos una guerra sin cuartel que se libra en un ámbito menos evidente: cotidianidad, la vida, las ideas de las personas. Entonces nos encontramos aun distantes del poder, y esto queda evidenciado por nuestra tendencia a condescender con los paradigmas válidos para el sistema.

En este sentido, hemos podido enfrentar varios desafíos bastante difíciles, en los cuales la mayoría de las veces optamos por coexistir con la hegemonía del enemigo. De hecho, mientras aquel nos define sin problemas y manifiesta sin reservas su propósito de destruirnos, nosotros tratamos de parecer mansas ovejas, hasta el punto de convertirnos en tales.

Los procesos progresistas en América Latina han traído bienestar a los pueblos de la región que no era imaginable hace apenas dos décadas, y, sin embargo, ese cambio material no ha sido acompañado de un proceso contra hegemónico, que promueva cambios de paradigmas, y que reemplace el consumismo predominante entre nosotros. No es raro que los ataques del enemigo vayan dirigidos a afectar justamente el consumo, la creación de necesidades y la proliferación de angustias relacionadas con el proceso de adquirir.

En algunos países que aún estamos en proceso de lucha por el gobierno, nos enfrentamos a menudo con la dificultad de que es lo que planteamos como alternativa al capitalismo. Siempre resulta más fácil decir que “es mejor agarrar lo bueno de cada sistema”, como si el asunto fuera una disputa entre el bien y el mal, o de conciliar a dios con el diablo. Nuestros economistas tienen grandes dificultades para imaginarse un mundo no capitalista, lo que se agrava cuando la derecha trae de regreso el tema del “fracaso” del socialismo real en Europa.

Aquí vienen cosas muy prácticas que debemos asimilar y debatir. Por ejemplo, cada vez que un hondureño común discute sobre los problemas domésticos, alguien, casi mágicamente, aparece mencionándole el fracaso del socialismo del siglo XXI y las penurias que pasan los venezolanos. Pocos hondureños saben que ninguno en este país ha tenido nunca acceso a todas las ventajas que ha traído la revolución bolivariana al pueblo venezolano. Todo este proceso se da en el imaginario, en el debate de las ideas.

Si nos preguntamos “fracasaron la revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI”, por ejemplo, la respuesta tendría que ser dividida. Simplemente los parámetros para valorar el éxito o fracaso dependen de los intereses de clase de cada quien. Seguramente la derecha venezolana pregona un supuesto fracaso, porque no termina de aceptar que el patrimonio de toda la nación sea distribuido de una forma más justa. Para la mayoría de los venezolanos, la revolución es profundamente exitosa, pero, aun así, muchos votan en favor de los intereses que apuntan a quitarles todo ¿Por qué?

Muchas personas de izquierda se aferran cuasi con religiosidad a la parte económica; argumentan que mientras la revolución coexista con la burguesía criminal, permita la propiedad privada y la libertad de empresa. Pero ¿será que, emprendiendo esa ruta, se cambiará la ideología predominante? Justamente las bases para una contrarrevolución son aquellas raíces que quedan en la mente de las sociedades, que se aferran a lo que han conocido siempre.

Indudablemente, sería irresponsable buscar fórmulas para recetar a los pueblos, pero la tarea de cambiar la ideología dominante es fundamental para completar un proceso revolucionario, que debe terminar, además, siendo hegemónico y controlando el poder. Además, es imperativo comprender que el proceso es dialéctico, esto significa, entre otras cosas, que el enemigo está siempre presente y activo; siempre conspirando para terminar lo que nosotros hacemos.

(Tomado de TeleSur)

Se han publicado 8 comentarios



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  • Dinardo Suárez Rojas dijo:

    Indudablemente, sería irresponsable buscar fórmulas para recetar a los pueblos, pero la tarea de cambiar la ideología dominante es fundamental para completar un proceso revolucionario, que debe terminar, además, siendo hegemónico y controlando el poder. Además, es imperativo comprender que el proceso es dialéctico, esto significa, entre otras cosas, que el enemigo está siempre presente y activo; siempre conspirando para terminar lo que nosotros hacemos. Aquí está la esencia del artículo, que considero exelente.
    Hasta la victoria siempre.
    Dinardo

  • digne dijo:

    la mayoria de los paises de america latina apostaron por el capitalismo

  • José García Álvarez dijo:

    ESCLARESEDOR COMEMTARIO PARA LOS QUE SOLO GUSGAN SIN ARGUMENTOS Y SE SIEGAN ANTE EL CONSUMISMO O LA ECONOMIA DE MERCADO TAN LACERANTE PARA LOS PUEBLOS.PRODUCTO CAPITALISTA IMPORTADO A NUESTRAS ECONOMIAS.AMEN DE TODO LO QUE SE HABLA DE LA PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR.

  • Corona dijo:

    También he escuchado dirigentes decir ``cada país tiene derecho a elegir su sistema político`` (socialista ó capitalista). Pero en ocasiones no es el Pueblo quien ``elige`` ese sistema político, sino los propios políticos de turno.
    ``Los pueblos son malagradecidos``: Lo que sucede es que llega un determinado momento en que un gobierno, que comenzó a realizar acciones a favor de las masas, ya no tiene la posibilidad de continuar haciéndolo. Entonces la eonomía se estanca, los programas sociales se tratan de mantener a un costo que la economia ya no puede soportar. Y como el tema económico es a lo que mayor importância se le dá en el mundo actual, el pueblo trata de buscar una solución através de la elección de otro tipo de gobierno (pudiendo ser ó no la solución).
    ``Los pueblos tienen el gobierno que merecen``. No, los pueblos tienen el gobierno que eligieron en las urnas (la mayoría de las veces, no siempre la elección es en las urnas).

    Es un tema con varios ángulos. Depende de la ideologia con que se mire. Algo que para alguien pueda ser correcto, para otro puede que no lo sea tanto.

  • Dario dijo:

    Entonces volvamos a Marx, según sus teorías el socialismo debió surgir en los países de mayor desarrollo donde se establecieran las contradicciones dadas por el desarrollado de las fuerzas productivas y las relaciones de producción y este debería desarrollarse en bloques, o sea, se unirían varios países. Entonces puede realmente construirse el socialismo, o intentos de este, en unos pocos países subdesarrollados y de forma aislada?

  • CUBAMÍA dijo:

    el asunto de las elites de poder tiene muchas aristas y caras en cualquier sistema independientemente de su ideología ya que la clase administrativa o ejecutiva existe en la mayoria de los sistemas digase del corte social que sea y la mayoria de las veces a estas se subordinan no solo las clases trabajadoras sino hasta lo sindicatos.

    No hace nada se estableció por ley que si una UEB no cumplia el plan las otras no tenian que pagar el precio, pues bien esto no ha cambiado, la élite política puede ser muy bien intencionada pero las elites ejecutivas, administrativas o como se les llame son especies propensas a la busqueda del enrriquecimiento y por desgracia hasta los mismos sindicatos callan las injusticias de estas, en todas las sociedades,

    Esto en las sociedades progresistas mina el idealismo real de estos gobiernos y donde gobierna el capital fortalece a la clase hegemónica.

    Por otra parte y para terminar también en los gobiernos progresistas es necesaria la exacerbación de valores a traves de figuras que dominen la escena mediática mediante voceros reales y personajes de ficción que recreen la causa de realidad ideológica per sé y es incuestionable que los gobiernos progresistas no tienen bien engranado este aparato.

  • Raul Niubo dijo:

    La memoria de los pueblos es corta y en las dificultades, recordamos los tiempos, cuando gobernaban los malos, aquellos olores a comida caliente y las tiendas llenas de todas las cosas que ahora no tenemos. Entonces una buena parte deseara volver al pasado, creyendo aun, que lo que han conquistado hasta ahora, lo matendran con los mismos que antes los despojaron de todo. Es ahi el vacio que los lideres de los pueblos, no han tenido la audacia de llenar.

    En el desierto, los israelitas tenian a Dios, les alimentaba con mana, el septimo dia, ayuno. Si los lideres de los oprimidos, quieren que estos no regresen a Egipto, hay que preocuparse porque el mana siga fluyendo 6 dias y un dia ayuno y no al reves. El enemigo pondra palos en las ruedas, para hacer que lo nuestro caiga, es en esta batalla donde necesitamos de mas entrenamiento, porque hasta ahora, la mayoria de las veces, nos ganan.

  • Pedro dijo:

    "(...) el fracaso del socialismo del siglo XXI*(...)" ???!!!??? Es que ya FINALIZO el Siglo XXI? Por mi cuenta le faltan 84 primaveras...No es un tanto precipitado decir que YA "fracaso"?. Por otra parte, es acaso ilogico que los primeros intentos, como los del Sglo XX, de construIr una socialidad diferente, (verdaderos "experimentos sociales") sean imperfectos, algunos hasta fracasen, etc.? O es lo que cabia esperar? Pero de los errores e imperfecciones SE APRENDE (este articulo de arriba es una muestra) y se van perfeccionando los sucesivos "experimentos sociales"...CUANDO EN UN SIGLO (COMO EL RECIEN TERMINADO), SURGEN ESOS PRIMEROS "EXPERIMENTOS SOCIALES", ES QUE YA EL ANTERIOR TIPO DE SOCIALIDAD DIO LO QUE TENIA PARA DAR, Y ES CUESTION DE TIEMPO (TIEMPO HISTORICO, QUE SE MIDE POR DECADAS Y MEDIOS SIGLOS) QUE LA NUEVA SOCIALIDAD EMERJA, SE TORNE EMPODERADA Y SEA HEGEMONICA (en el sentido gramsciano).. De ahi mi optimismo historico inquebrantable.... POR OTRO LADO, SUELE OCURRIR QUE LOS QUE ABOGAN Y TRABAJAN POR ESA NUEVA SOCIALIDAD, AMENUDO PIENSAN QUE ESTA MAS CERCA HISTORICAMENTE QUE LO QUE MUESTRA LA REALIDAD, (EN PARTE DEBIDO A LOS ERRORES E IMPERFECCIONES -burocratismos, separacion de las elites de las masas, identificacion de propiedad social con su forma mas radical, la propiedad estatal, igualitarismo, verticalismo excesivo, formalizacion de la participacion desde lo local, etc.- ALGUNAS EVITABLES, OTRAS NO- EN QUE SE INCURRE, PUES SE TRATA NO DE UN AMBITO IDILICO, SINO DE UN ENFRENTAMIENTO CON PODEROSAS FUERZAS SOCIALES QUE INTENTAN REVERTIR EL CURSO DE LA HISTORIA., No, el "Socializmo del Siglo XXI" NO ha fracas ado...

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Ricardo Arturo Salgado

Ricardo Arturo Salgado

Licenciado en Matematicas de la Universidad Autonoma de Honduras Estudios de Postgrado en Sociologia: Universidad de Berlin, Experto en Investigacion Social en Zonas Costeras entre poblaciones Pesqueras.

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