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El sufijo ismo que suele enfermar la palabra y la acción

Si nos fijamos, existen unas cuantas palabras que terminan en ismo, y tienen una naturaleza contraria al progreso social, al mejoramiento humano y a la contribución consecuente de la felicidad de todos.

He seleccionado algunas de estas palabras que terminan en ismo. (Formalismo, Conformismo, Preciosismo, Facilismo, Secretismo) con el objetivo de que todos reflexionemos para que prevalezca su palabra asociada, proveedora de cosas buenas para la inmensa mayoría de los seres humanos.

Naveguemos por cada una, para que no las confundan.

Formalismo vs Formalidad

La formalidad es necesaria, es un requisito para que los contratos, los pactos, los acuerdos, las relaciones entre dos o más partes se desarrollen armoniosamente, se cumpla lo bien establecido. Las personas informales hacen mucho daño. Ejemplos hay muchos. Te dicen que llegarán a tu casa a tal hora para reparar algo importante y llegan mucho después o no llegan. Te dicen que solo necesitas tales materiales para una reparación, y sin alertarte, a la hora cero incrementan la lista y los precios. Trabajar con personas competentes y además formales o ser clientes de ellos es algo que nos da tranquilidad espiritual y material. El formalismo es la enfermedad de la formalidad. Es capaz de mutar con gran facilidad; es una de las mejores herramientas de los burócratas indeseados. El formalismo hace mucho daño no solo en los trámites ciudadanos, también en la gestión empresarial. El formalismo acude a la lógica de lo ilógico como hace unas semanas dijera mi amigo Manuel Calviño en su ya “cuartocentenario” Vale la pena.

Conformismo vs Conformidad

La conformidad en varias facetas de la vida familiar, estudiantil o laboral es también necesaria o al menos conveniente. Evidenciar conformidad con los resultados de un trabajo realizado es algo que contribuye a que emerja la calidad, o más bien que se asegure; queda conforme el proveedor y el receptor del producto o servicio. O de lo contrario se produce un intercambio de opiniones en que se puede modificar algunos términos de lo pactado, o indemnizar al cliente. También la conformidad ante una pérdida significativa, ya sea espiritual o material, nos puede evitar un trastorno psicológico. El conformismo es la enfermedad de la conformidad. El conformismo es por naturaleza desmovilizador de la voluntad, del emprendedor, del que no se deja vencer por las dificultades. Somos conformistas cuando no reclamamos nuestros derechos como consumidor, o como trabajadores. El conformismo nos daña la autoestima y a veces el bolsillo. Ya reconocí que mi esposa tiene la razón, cuando criticaba mi actitud de conformarme con una pesada a todas luces incorrecta de un producto en mercados agropecuarios o de los llamados carretilleros. Por cada 10 muestra de inconformidad, en 8 he obtenido una rectificación a mi favor.

Preciosismo vs Preciosidad

La preciosidad, es algo que nos hace sentir bien, no hay solo preciosidad en lo material, una actuación preciosa en una obra de teatro o en un concierto también nos alimenta. Una respuesta bella ante una situación personal o laboral que nos inquiete, tiene un alto valor. El preciosismo es la enfermedad de la preciosidad. No siempre una conducta preciosista genera disgustos, en ocasiones podría ser aceptable. Pero en la mayoría de las ocasiones desestimula, agrede, aunque se diga en buena forma. Podría haber seleccionado otro par de palabras que se asemejan mucho a estas. El perfeccionismo y la perfección. Luchar por la perfección no es malo si estamos persuadidos de que toda obra humana es perfectible.

Facilismo vs Facilidad

La facilidad tiene sinónimos maravillosos: habilidad, desenvoltura, pericia, maña, disposición, destreza. Pero también está la facilidad no como virtud de una persona, sino como atributo de un sistema, de un método, de una tecnología, de un procedimiento. La facilidad para manipular un equipo electrónico doméstico, es bienvenido, siempre que funcione. La facilidad para la realización de un trámite ciudadano es algo muy apreciado. El facilismo, es la enfermedad de la facilidad. El facilismo conduce casi siempre a la chapucería, y a la solución efímera de un problema. En este caso también pude haber utilizado otras dos palabras: Simplismo y simplificación. Simplificar las cosas sin que se pierda la calidad, es algo bueno; lo malo es que proliferen las personas simplistas, inconsistentes, o los diseños simplistas que también conducen a la disfuncionalidad y al disgusto.

Secretismo vs Secreto

El secreto en coyunturas concretas puede ser necesario, aconsejable útil, sin entrañar malsanidad. “Hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas”; dijo nuestro José Martí en su carta inconclusa, todos sabemos la justeza de aquella expresión. Mantener en secreto una información, puede ser lo mejor para una persona, que de saberla pueda desatarle una proceso de daños severos emocionales. Es una verdadera obra de arte y de ciencia, develar un secreto en el momento adecuado. El secretismo es la enfermedad del secreto. Esta palabra la ha hecho popular nuestro presidente Raúl Castro, precisamente fustigando a todos aquellos que niegan o escamotean información al pueblo so pretexto de estar revelando un secreto de Estado o de Gobierno. Una sociedad que tenga como base de su funcionamiento la democracia consecuente y la participación popular, ha de combatir radicalmente el secretismo.

Los invito a pensar sobre mis razonamientos sobre estas cinco pares de palabras, de analizar su pertinencia en nuestras actuales condiciones de vida personal y social.

Un mundo mejor es posible, pero podríamos comenzar por mejorar nuestra sociedad.

Como le doy alto valor a los aportes y críticas de los foristas, los exhorto a fertilizar lo que escribí, y también a buscar otros pares de palabras que puedan enriquecer esta pequeña lista que comparto con ustedes.

Les adelanto que gracias a ustedes, ya tengo seleccionado tres nuevos “axiomas” de vida.