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Estados Unidos-Cuba: ocho mitos de una confrontación histórica (Segunda Parte)

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Durante largo tiempo el conflicto Estados Unidos-Cuba ha sido estudiado por numerosos académicos en el mundo, fundamentalmente de los países implicados. Sin embargo, a pesar de las numerosas investigaciones existentes al respecto, y de las miles de páginas de documentos desclasificados en los propios Estados Unidos, todavía hoy persisten determinados mitos, sustentados en el desconocimiento, la falta de información, los análisis superficiales y la manipulación intencionada con propósitos políticos.

Vea: Estados Unidos-Cuba: ocho mitos de una confrontación histórica (Primera Parte)

 

Mito 4: “Fidel Castro ha sido el gran obstáculo para una normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos”.

Carter, su esposa Rosalynn y Fidel en La Habana, marzo de 2011. Foto: Alex Castro/Archivo de Cubadebate

Carter, su esposa Rosalynn y Fidel en La Habana, marzo de 2011. Foto: Alex Castro/Archivo de Cubadebate

En cuanto a este criterio, que en acto de injusticia histórica coloca en los hombros de Fidel la responsabilidad del no entendimiento entre ambos países los hechos y documentos históricos señalan otra cosa. Lo cierto es que si ha habido en estos últimos más de 50 años alguien interesado en avanzar hacia un modus vivendi con los Estados Unidos, ha sido Fidel Castro. Cuando se revisa la documentación cubana y estadounidense del período es sorprendente la cantidad de tiempo que el Comandante en Jefe dedicó durante años a recibir y conversar con congresistas y personalidades de la política norteamericana. Si Fidel no hubiera creído que era importante este tipo de encuentros para buscar un mejor entendimiento entre ambos países, no hubiera invertido en ellos ni un minuto de su preciado y limitado tiempo.

Empleando la diplomacia secreta Fidel fue el gestor de numerosas iniciativas de acercamiento entre ambos países. A través del abogado James Donovan, quien negoció con Fidel la liberación de los mercenarios presos a raíz de la invasión de 1961, la periodista Lisa Howard y otras vías, el líder de la Revolución hizo llegar al gobierno de Kennedy una y otra vez su disposición de conversar en busca de un entendimiento. En agosto de 1961 Ernesto Che Guevara trasladó una rama de olivo al gobierno estadounidense en un encuentro que sostuvo en Montevideo con el asesor especial de Kennedy para asuntos latinoamericanos, Richard Goodwin. Es imposible pensar que el Che actuara por su cuenta y no de común acuerdo con el líder cubano. Fidel además envió un mensaje verbal al ya presidente Lyndon Jonhnson a través de la periodista Lisa Howard en 1964, que entre otras cosas decía:…… “Dígale al Presidente (y no puedo subrayar esto con demasiada fuerza) que espero seriamente que Cuba y los Estados Unidos puedan sentarse en su momento en una atmósfera de buena voluntad y de mutuo respeto a negociar nuestras diferencias. Creo que no existen áreas polémicas entre nosotros que no puedan discutirse y solucionarse en un ambiente de comprensión mutua. Pero primero, por supuesto, es necesario analizar nuestras diferencias. Ahora, considero que esta hostilidad entre Cuba y los Estados Unidos es tanto innatural como innecesaria y puede ser eliminada”.(25)

Hasta a un furibundo adversario de la Revolución Cubana como Richard Nixon tendió la mano Fidel de manera confidencial. Los documentos desclasificados en los Estados Unidos muestran que el 11 de marzo de 1969 el embajador suizo en La Habana, Alfred Fischli, luego de haber tenido una entrevista con Fidel, en un encuentro que sostuvo con el secretario de Estado de los Estados Unidos, William P. Rogers, trasladó a este un mensaje no escrito del primer ministro cubano en el que expresaba su voluntad negociadora.(26)

Durante la administración Carter fueron muchas las acciones de Fidel que mostraron su disposición de mejorar las relaciones con los Estados Unidos. En el año 1978, como un gesto unilateral, sin negociarlo con los Estados Unidos, Cuba liberó a miles de presos contrarrevolucionarios, lo cual evidenciaba un deseo de la dirección cubana de reanimar el proceso de normalización de las relaciones entre ambos países, congelado a partir de la entrada de tropas cubanas en Etiopía. “En ese momento –recuerda Robert Pastor-, llegué a la conclusión de que Castro vio esta iniciativa como una manera de tratar de poner las discusiones sobre la normalización de nuevo en marcha. No tenía la menor intención de negociar el papel de Cuba en África a cambio de la normalización, pero tal vez pensó que gestos positivos en los derechos humanos, prioridad de Carter, serían suficientes. No lo eran”.(27)

En el año 1977 Carter había señalado que la clave para avanzar hacia una normalización de las relaciones con Cuba eran los derechos humanos, pero en 1978 evidentemente este tema había quedado desplazado frente al de la presencia militar cubana en África, y las implicaciones de la misma en el marco del enfrentamiento Este-Oeste. Se podrían mencionar otros ejemplos. Pero estos son más que suficientes para demostrar que la postura de Fidel ha sido siempre la de estar en la mejor disposición al diálogo y la negociación con el vecino del Norte. Sin embargo, siempre ha insistido, con sobrada razón y teniendo como respaldo el derecho internacional y un conocimiento profundo de la Historia de Cuba, que este diálogo o negociación sea en condiciones de igualdad y de respeto mutuo, y no persiga que Cuba ceda ni un milímetro de su soberanía o abjure a alguno de sus principios. Esta es hoy la misma postura –aunque con estilo propio- del general-presidente Raúl Castro, así lo ha reafirmado en innumerables discursos e intervenciones públicas.

Por otra parte, como señalan Peter Konbluh y William Leogrande en su más reciente libro, “hay evidencia sustancial de que Castro realmente quería relaciones normales con Washington” y no fueron pocos los momentos en que administraciones estadounidenses prometieron mejores relaciones a cambio de gestos conciliadores de Cuba, para luego incumplir su palabra. “En 1984 Washington insinuó que las concesiones de Cuba en materia de migración conducirían a mejores relaciones y a un diálogo más amplio, y luego renegó de su promesa una vez que se firmó el acuerdo migratorio. En 1988 el Departamento de Estado prometió explícitamente que la cooperación cubana en las negociaciones del Sur de África daría lugar a un diálogo más amplio sobre cuestiones bilaterales, y de nuevo Washington renegó de su palabra. En 1994 Clinton le prometió a Castro que la cooperación de Cuba para poner fin a la crisis de los balseros daría lugar a un diálogo más amplio sobre el embargo. Cuba acabó con el problema, pero Clinton nunca cumplió su promesa”.(28)

Seis semanas después de los anuncios del 17 de diciembre de 2014, Fidel, con la experiencia de haber lidiado con 10 administraciones estadounidenses, ratificó su posición en cuanto a una normalización de las relaciones con los Estados Unidos. “No confío en la política de los Estados Unidos” –dijo-, teniendo suficientes elementos de juicio para hacer ese planteamiento. Pero también expresó que, como principio general, respaldaba “cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza”.(29)

Mito 5: La normalización de las relaciones entre ambos países no se alcanzó durante las administraciones de Gerald Ford y James Carter pues a Fidel le interesó más el papel de Cuba en África que la normalización de las relaciones.

Fidel junto a Agostinho Neto

Fidel junto a Agostinho Neto

Este enfoque desvirtúa los hechos y, sobre todo, desconoce la estrategia cubana en política exterior de aquellos años y los móviles de su liderazgo histórico. Fidel jamás vinculó ambos temas. Él manejaba el proceso de normalización de las relaciones con los Estados Unidos y el internacionalismo de Cuba en África como cuestiones independientes. Ambas de extraordinaria importancia estratégica para Cuba en el plano internacional. Fueron los Estados Unidos los que establecieron esa conexión funesta. Wayne Smith, quien fuera jefe de la sección de intereses de los Estados Unidos en La Habana durante los dos últimos años del mandato de Carter, lo ha expresado de forma magistral: “Pero el hecho de que Castro no le hubiese dado la espalda al MPLA no representaba una falta de interés en mejorar sus relaciones con los Estados Unidos. De haber sido así, el estímulo brindado por los norteamericanos a las incursiones de las tropas de Zaire y Sudáfrica también hubiese sido un indicio de cinismo de los propósitos del acercamiento de los Estados Unidos hacia Castro. Quizás él así lo pensó, pero optó, en la práctica, por mantener los dos asuntos separados y continuar con el acercamiento, pese al respaldo concedido por los Estados Unidos a las fuerzas que se oponían a los amigos de Castro en Angola”.(30)

Al respecto también señaló hace muchos años el destacado intelectual argentino Juan Gabriel Tokatlian:
“…, lamentablemente Estados Unidos fue el responsable de introducir un elemento perturbador en las relaciones entre ambos países: condicionó las aproximaciones bilaterales a temas y políticas multilaterales, es decir, multilateralizó lo bilateral y bilateralizó lo multilateral. La participación cubana en Angola durante 1975 fue interpretada como un hecho que impedía un entendimiento constructivo entre Cuba y Estados Unidos. Se ubicó este acontecimiento como un factor que inhibía todo acercamiento positivo de las partes. Esto, reiteramos, fue un error lamentable porque colocó el contenido y el sentido del debate bilateral en otra dimensión.
Y la crítica debe caer en Estados Unidos pues no fue Cuba quien esgrimió el argumento de mejorar o no las relaciones de acuerdo a si Estados Unidos apoyaba directamente a los regímenes autoritarios de Haití o Filipinas o armaba encubiertamente a Sudáfrica o intervenía en los conflictos de Medio Oriente”.(31)

Robert Pastor, quien se desempeñó como asistente para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional en la época de Carter, comprendió lo fallido de la estrategia estadounidense a la hora de negociar con Cuba y vincular la normalización de las relaciones a la retirada de las tropas cubanas de África y advirtió con gran visión de la perspectiva cubana que ello haría fracasar el proceso de normalización. El 1ro de agosto de 1977, Pastor le escribió al asesor para Asuntos de Seguridad Nacional, Zbignew Brzezisnki: “Hemos considerado el aumento de las actividades de Cuba en África como una señal de interés decreciente por parte de Cuba respecto del mejoramiento de las relaciones con los EE.UU, y Kissinger unió las dos cuestiones –la retirada de Cuba de Angola a fin de lograr mejores relaciones con los EE.UU– solo para fracasar en ambas. Existe una relación entre las dos cuestiones, pero se trata de una relación inversa. Mientras Cuba intenta normalizar relaciones con las principales potencias capitalistas del mundo, Castro también experimenta una necesidad sicológica igualmente fuerte de reafirmar sus credenciales revolucionarias internacionales. No afectaremos el deseo de Castro de influir en los acontecimientos en África tratando de adormecer o detener el proceso de normalización; este es el instrumento equivocado y no tendrá otro efecto que no sea detener el proceso de normalización y descartar la posibilidad de acumulación de influencia suficiente sobre Cuba por parte de los EE.UU, que a la larga pudiera incidir en la toma de decisiones de Castro”.(32)

Recordando este importante memorándum, expresaría muchos años después Robert Pastor: “Mi memorándum no persuadió al gabinete, ni al Presidente. En nuestras conversaciones en Cuernavaca y La Habana, yo seguí la política del gobierno de los Estados Unidos más que la que yo había propuesto. Como nosotros aprendimos, mi análisis era correcto”.(33)

Sostener que la política de Cuba en África era más importante que la normalización de las relaciones con los Estados Unidos y que ello impidió la normalización, parte de un enfoque errado del asunto, al colocarse en la perspectiva de la potencia estadounidense enfrentada a un país pequeño del tercer mundo como Cuba, al cual supuestamente debía interesar más que a los Estados Unidos normalizar las relaciones, aunque fuera al precio de renunciar a sus credenciales revolucionarias en el plano internacional, lo que implicaba un menoscabo de su soberanía.

Una lógica más equilibrada del análisis nos lleva a la conclusión de que fue al gobierno de los Estados Unidos al que le importó más sus intereses geopolíticos enfrentados a la URSS –especialmente en África- que la normalización de las relaciones con la isla caribeña. Fue Estados Unidos el que estableció un nexo entre ambos temas y el orden de prioridad entre ambos asuntos. Cuba manejó su papel en África y el proceso de normalización de las relaciones de manera independiente y su deseo era avanzar en ambos terrenos. No se le podía poner a escoger entre un asunto y el otro. Ese enfoque era sencillamente un “instrumento equivocado” como había advertido Pastor a Brzezinski.

Tal vez sea idealista de mi parte –expresó Fidel a Peter Tarnoff y Robert Pastor, en conversaciones sostenidas en la Habana en diciembre de 1978-, pero nunca he aceptado las prerrogativas universales de los Estados Unidos. Nunca acepté y nunca aceptaré la existencia de leyes diferentes y reglas diferentes”.(34)

Mito 6: “Cuba se comportó como un satélite de los soviéticos en África y con ello impidió la normalización de las relaciones”.

Combatientes cubanos en Cuito Cuanavale, Angola, marzo de 1988. Archivo de Cubadebate

Combatientes cubanos en Cuito Cuanavale, Angola, marzo de 1988. Archivo de Cubadebate

Sobre este criterio, habría que decir primero, que Cuba jamás subordinó sus objetivos de política exterior a los dictados de la Unión Soviética. Todo lo contrario, en muchas ocasiones la actuación audaz y autónoma de la Isla en el escenario internacional provocó la ira de Moscú. Durante los años 60 no fueron pocos los conflictos con los soviéticos debido al apoyo que Cuba brindó a los movimientos de liberación en América Latina. Un documento elaborado en 1968 por analistas del Departamento de Estado, la CIA, el Consejo de Seguridad Nacional y el departamento de Estado, presidido por el subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Viron P. Vaky, concluía que Fidel no tenía intención de “subordinarse a la disciplina y la dirección soviéticas”, y que había estado “cada vez más en desacuerdo con sus conceptos, estrategias y teorías”.(35)

Sobre la presencia militar cubana en África en los años 70, en sus profundos trabajos sobre el tema, el acucioso investigador italo-estadounidense Piero Gleijeses ha demostrado —teniendo como respaldo una voluminosa documentación de los archivos más disímiles del mundo—, que los cubanos enviaron sus tropas a Angola por iniciativa propia y solo se lo comunicaron después a la Unión Soviética. En el caso de Etiopía, a pesar de que hubo una cooperación estrecha entre los dos gobiernos a lo largo del período que precedió la toma de decisión, los móviles del gobierno cubano para el envío de sus tropas no vinieron de Moscú, sino de la firme convicción de los líderes cubanos en que las medidas sociales y económicas tomadas por la Revolución Etíope eran de las más progresistas que se habían visto en los países subdesarrollados, después del triunfo de la Revolución Cubana, y porque consideraban que la invasión somalí era injustificada y criminal y que había sido alentada por los Estados Unidos.(36)

Hasta el propio Henry Kissinger, quien se aferró por aquellos años a la idea de una Cuba peón de los soviéticos en África, reconoció años después en sus memorias que estaba equivocado: “No podíamos imaginar que actuaría (Castro) en forma tan provocadora, tan lejos de su país a no ser que Moscú lo presionara para pagarle el apoyo militar y económico. Las pruebas hoy disponibles indican que fue lo opuesto”.(37)

También Wayne Smith ha pulverizado el mito de que Cuba constituía un títere de la URSS en África: “Siempre estuvo claro para mí y, todavía lo es, que Cuba no fue un satélite de los soviéticos en África. Tenía sus propios intereses y objetivos. Pienso, por supuesto, que tuvo algunas veces el apoyo de los soviéticos. Brzezinski y el Consejo de Seguridad Nacional parecieron creer que Cuba simplemente estaba siguiendo las órdenes soviéticas. Ellos estaban equivocados”.(38)

Un estudio preparado para Carter por el Comité de Examen de Políticas sobre la presencia soviético-cubana en África, basándose en las observaciones aportadas por un informe realizado de forma coordinada por la CIA (Agencia Central de Inteligencia), la DIA (Agencia de Inteligencia de la Defensa)(39), la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) y el INR (Buró de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado), respalda los criterios anteriores:

Cuba no está involucrada en África únicamente, o ni siquiera principalmente debido a sus relaciones con la URSS. Está profundamente comprometida con lograr sus propios objetivos ideológicos y pragmáticos en el continente: la promoción de la Revolución, y el apoyo a regímenes ‘progresistas’, la expansión de su propia influencia política en el Tercer Mundo a expensas de occidente (entiéndase Estados Unidos), y el establecimiento para sí misma de un papel dirigente importante entre naciones en desarrollo.

Luego de leer esta valoración, podría surgir la interrogante acerca del porqué la propaganda impulsada por el gobierno de los Estados Unidos se empeñó en presentar a Cuba como satélite de Moscú en África. No hay dudas, que la Administración Carter, al ver que sus intereses hegemónicos en África peligraban, decidió hacer suyo el mito propagandístico de una Cuba subordinada a los intereses soviéticos en el continente africano, siguiendo una de las recomendaciones de la Agencia Internacional de Comunicaciones de los Estados Unidos(41), que planteaba la necesidad de “contribuir al descrédito de Cuba como potencia no alineada, haciendo hincapié en su relación de dependencia de la Unión Soviética”. Otra no puede ser la conclusión al percibir el poco caso que le hizo Brzezinski a los análisis y recomendaciones que le hiciera su asistente para América Latina, Robert Pastor. En memorándum fechado el 19 de julio de 1979, Pastor expresó a Brzezinski:

Yo veo las relaciones cubano-soviéticas, como algo análogo, en cierta medida, a las relaciones de Israel con los Estados Unidos. Casi todo el mundo cree que tenemos una influencia todopoderosa sobre Israel (…) pero en realidad, ellos nos halan más a nosotros que lo que nosotros los empujamos a ellos. De manera similar, supongo que los cubanos empujan y halan a los soviéticos hacia áreas de mayor riesgo, que las que normalmente el viejo liderazgo soviético se hubiera aventurado a pisar. Los cubanos no son marioneta de nadie”.(42)

Poco tiempo después, el 21 de septiembre, Pastor volvería a insistir con su jefe en ese criterio: “Permítaseme sugerir que intentemos usar un término que no sea ‘títere soviético’ para referirnos a los cubanos. La palabra ‘títere’ indica que los cubanos emprenden actividades revolucionarias porque los soviéticos les han dicho que lo hagan. Ese, por supuesto, no es el caso”. (43)

La presentación de Cuba como satélite de los soviéticos no fue más que la desviación intencionada de los motivos de fondo del conflicto -expresados en la contradicción hegemonía versus soberanía-, que le vino muy bien a Washington para establecer su política de hostilidad hacia la Isla. La historia demostró, poco más tarde, que cuando desaparecieron los argumentos utilizados para presentar a Cuba como una amenaza a la “seguridad nacional” de los Estados Unidos, luego de producido el derrumbe del Campo Socialista, el conflicto se mantuvo vivo y el gobierno estadounidense no hizo ni el menor intento por llegar a algún entendimiento con La Habana. Por el contrario, se agudizó la agresividad hacia la Isla, revelándose nuevamente la verdadera esencia de corte bilateral del conflicto y concentrando entonces el foco de su política en la realidad interna de la Isla.

CONTINUARÁ....

Notas: 

(25)“Del primer ministro Fidel Castro al presidente Lyndon B.Johnson, mensaje verbal entregado a la señorita Lisa Howard de la ABC News, el 12 de febrero de 1964, en La Habana, Cuba”www.gwu.edu/-nsarchiv/ (Traducción del ESTI)
(26)Tomás Diez Acosta, Informe Final del Proyecto: La confrontación  EE.UU-Cuba en el primer mandato de Richard Nixon (1969-1972), Instituto de Historia de Cuba, La Habana, 2014, p.50 (inédito)
(27)Robert Pastor, “The Carter-Castro Years. A Unique Opportunity”, in: Fifty Years of Revolution. Perspectives on Cuba, The United States and the Word, Edited by Soraya Castro Mariño and Ronald W.Prussen, University Press of Florida, Miami, 2012, p.246
(28)William M.Leogrande y Peter Kornbluh, Diplomacia encubierta con Cuba. Historia de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana, Fondo de Cultura Económica, México, D.F, 2015, p.449.
(29)Fidel Castro, “Para mis compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria”, mensaje publicado en el periódico Granma el 26 de enero de 2015.
(30)Wayne S. Smith, “La relación entre Cuba y los Estados Unidos: pautas y opciones”, en: Colectivo de autores, Cuba-Estados Unidos: dos enfoques (edición y compilación de Juan G.Tokatlian), CEREC, Argentina, 1984, p.38
(31)Juan G. Tokatlian, Introducción, en: Colectivo de autores, Cuba-Estados Unidos: dos enfoques (edición y compilación de Juan G.Tokatlian), CEREC, Argentina, 1984, pp.16-17
(32)Memorándum de Robert Pastor a Brzezinski, 1ro de agosto de 1977, The Carter Administration. Policy toward Cuba: 1977-1981, (documentos desclasificados, biblioteca del ISRI, traducción del ESTI
(33)Entrevista realizada a Robert Pastor (vía correo electrónico), 5 de abril de 2009
(34)Memorándum de conversación (Tarnoff, Pastor, Fidel Castro), 3-4 de diciembre de 1978, La Habana, The Carter Administration. Policy toward Cuba: 1977-1981 (documentos desclasificados, Biblioteca del ISRI) (Traducción del ESTI).
(35)National Policy Paper-Cuba: United States Policy, 15 de Julio de 1968. Citado por Peter Kornbluh y William Leogrande en: Diplomacia encubierta con Cuba. Historia de las negociaciones secretas entre Washington y La Habana, Fondo de Cultura Económica, México, D.F, 2015, p.146.
(36)Piero Gleijeses, “La causa más bonita: Cuba y África 1975-1988”, en: Piero Gleijeses, Jorge Risquet y Fernando Remírez, Cuba y África: Historia común de lucha y sangre, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, p. 24
(37)Citado por Piero Gleijeses en Ibídem, p. 9
(38)Entrevista realizada a Wayne Smith, (vía correo electrónico), 19 de junio de 2009.
(39)La DIA estuvo en desacuerdo con esa visión. En el informe que hemos mencionado y que fue incorporado como anexo de respuesta al memorándum de examen presidencial del 18 de agosto de 1978 aparece una nota que señala la posición de la DIA: “es engañoso dar la impresión de que Cuba actúa de manera independiente de la URSS; Cuba depende del apoyo soviético para proyectar su política en África y por lo tanto tiene en general que subordinar sus actividades a la URSS”.
(40)Respuesta del memorándum de examen presidencial-36, presencia soviético-cubana en África, 18 de agosto de 1978, The Carter Administration. Policy toward Cuba: 1977-1981, ob. cit.
(41)Durante el período de Carter, en 1978, la agencia de información de los Estados Unidos, USIA, se reestructuró y se conformó en la Agencia de Comunicación Internacional, ICA; a esta se unieron los grupos de intercambio educacional y cultural.
(42)Citado por Piero Gleijeses en: Visiones de Libertad. La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de África (1976-1991). Tomo 1, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2015, p.219.
(43)Citado por Piero Gleijeses en: Misiones en conflicto. La Habana, Washington y África. 1959-1976, ob. cit., pp. 610-611.

Se han publicado 23 comentarios



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  • Andrés dijo:

    Otra vez, excelente apreciación Elier.

    Cómo especialista en el tema que eres me gustaría consultarte algo en lo que siempre he tenido algunas dudas. ¿Que opinión tienes sobre la postura de la dirección revolucionaria respecto 1) la ocupación soviética de Praga, Checoslovaquia en 1968, 2) el alineamiento con la URSS y el enfriamiento con China tras la ruptura chino-soviética y 3) el desempeño militar ruso en Afganistán a finales de la década del 70 (se dice que la URSS invadió, aunque esto es inexacto)?

    Se ha comentado que la dirección revolucionaria aprobó (quizás por razones estratégicas) estas acciones de política exterior soviéticas y que esto lanzó algunas manchas sobre el liderazgo no-alineado de Cuba. ¿Existen documentos históricos que prueben lo contrario o se trató quizás de un tropiezo táctico de la dirección revolucionaria?

    Me gustaría leer tu apreciación al respecto pues existen muchos malentendidos en estos puntos. También quiero dejar claro que hago estos planteamientos sin ánimo de polemizar, sino por que aún considerándome un degustador de la historia nunca he podido, sin embargo, aclarar completamente estas dudas. Se trata de una duda honesta que me embarga y me consta que tienes recursos investigativos para poder evacuarla.

    Gracias por adelantado.

  • Ce moi dijo:

    Cuántos años han pasado para que se supiera de todas las Gestiones hechas por Fidel para lograr un acercamiento en las Relaciones con USA.
    Pregunto: Porqué motivos nunca se supo antes y por que ahora cuando las Negociaciones está encaminadas gracias a las gestiones hechas por Raúl Castro, el Papa Francisco y el Sr Obama?
    Gracias

    • ernesto dijo:

      Ce moi, las negociaciones más recientes tenían y tienen muchos enemigos y por eso, como dijera Martí "...en silencio a tenido que ser porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas..." En cuanto a las negociaciones anteriores ya son todas de conocimiento público hace mucho tiempo

  • ABCD dijo:

    La historia cambia según pasa el tiempo es algo que ni Einstein pudo explicar.

    • Rey dijo:

      El problema está en que los fenómenos histórico sociales son más complejos que las expresiones tensoriales del Principio General de la Relatividad, hay más factores, interactuantes por demás, no sólo en el espacio, si no en el tiempo también.

    • ernesto dijo:

      ABCD, la historia no cambia, lo que cambia es la interpretación de los procesos historícos y lo que pasa es que casi siempre termina imponiéndose la verdad sobre todas las tergiversaciones que se hacen en defensa de intereses mezquinos como el interés de la clase dominnate en los EEUU de decidir los destinos de la humanidad en su propio beneficio

  • Juan José. dijo:

    Ayudaria que numeraran las notas y su referencia en el texto.

  • Jose R Oro dijo:

    Con respecto al Mito 4, quisiera incluir el hecho de que Fidel Castro también ha actuado no solo a favor de mejorar las relaciones bilaterales entre los EE.UU. y Cuba, sino también intercediendo para evitar o limitar otros conflictos. Por ejemplo, Fidel Castro envió una carta a Saddam Hussein el 2 de agosto 1990, inmediatamente después de la invasión de tropas iraquíes a Kuwait: “Considero muy probable que los Estados Unidos y otros aliados aprovechen la ocasión para intervenir militarmente en el conflicto y golpear fuertemente a Iraq … apelo a usted para que utilizando los buenos oficios de la Liga Árabe o del Movimiento de Países No Alineados, a quien nos dirigimos con ese propósito, exprese su disposición a retirar las tropas iraquíes de Kuwait y buscar de inmediato una solución política y negociada al diferendo”
    El Mito 5, es un típico ejemplo de asuntos de la Guerra Fría, donde una parte involucrada en el conflicto tenía más musculo (y voluntad de usarlo) que la otra. Si, este Mito 5 se manifiesta al revés, es decir Cuba no saboteó la incipiente mejoría de las relaciones con los EE.UU. por su política africana, sino todo lo contrario fue este tema usado como excusa para destruir esos avances. Durante ese tiempo, poderosos sectores del poder en los EE.UU. no podían comprender que un país pequeño tuviera una política exterior independiente, y suponían (el ladrón gritando al ladrón), que cada acción cubana reflejaba un patraña soviética, otro intento solapado de la superpotencia rival de apoderarse del mundo, y la aprovecharon de forma mezquina para acabar con esa naciente mejoría de relaciones entre Cuba y los EE.UU. (continua)

  • Jose R Oro dijo:

    (Continuación) El Mito 6 implica el concepto de las sub-guerras por “proxies” (palabra inglesa que significa agentes o representativos) de las dos superpotencias. El caso es que estos conflictos a través de aliados prácticamente no existieron. No solo en el caso de Cuba. Por ejemplo cuando la RPDC invadió a Corea del Sur en 1950 y después cuando la República Popular China envió sus tropas al norte de la península coreana, lo hicieron por iniciativas propias y no por órdenes de la Unión Soviética. También cuando en 1978-79 Vietnam introdujo sus tropas en Kampuchea, lo hizo en respuesta de las incesantes agresiones del gobierno kampucheano de ese entonces. En el caso de Cuba en África (Angola sobre todo) no solo Cuba no fue un “agente” soviético, sino que incluso en la parte final del conflicto tenían posiciones y estrategias divergentes acerca de cómo proceder. El que la Unión Soviética enviara recursos y asesores a Angola no implicaba subordinación de ningún tipo, ni estratégico ni operativo de las fuerzas cubanas allí destacadas. Por decir algo, también es un Mito que África del Sur fuera meramente un agente de los EE.UU., la realidad es mucho más compleja. Como dijera de forma definitiva el General Leopoldo Cintras Frías, en Luis Báez, Secretos de Generales, “Hay tres ejércitos incontrolables: sudafricanos, israelíes y cubanos. Los tres con diferentes ideologías. Los soviéticos jamás nos pudieron controlar a pesar de que lo intentaron en más de una ocasión”
    Recomiendo mucho la lectura de las obras de Piero Gleijeses sobre el tema, sobre todo las obras citadas por el autor del artículo.
    Si quiero comentar que la política de los EE.UU. (y de hecho de ningún país), es invariable o estática, detenida en el tiempo. El pensar que la sociedad y el gobierno estadounidense es igual hoy que en el pasado no es correcto (o que en el pasado la política del gobierno Carter y del gobierno Reagan eran semejantes, etc.) y no debe ser asumida como una realidad por sí misma. Porque de esa manera ayudaríamos a crear un nuevo, innecesario y perjudicial Mito.

  • Dinardo Suárez Rojas dijo:

    Este material está genial, debería publicarse en la prensa nacional. Hoy es necesaria más que nunca la información que se cita aquí.
    Hasta la victoria siempre.
    Dinardo

  • Agua por todas partes dijo:

    Bien se podrían hacer varias mesas redondas con toda esta información.

  • osmany castro valera dijo:

    LA VERDAD SIEMPRE SE SABE POR MUCHO QUE QUIERAN OCULTARLA, EN EL CASO DE CUBA SON INFINITOS LOS EJEMPLOS DEL LIDERAZGO INDISCUTIBLE DEL COMANDANTE EN JEFE, PORQUE EL AUNQUE NO ESTÉ EN SUS FUNCIONES, EL ES QUIEN ES PORQUE EL SE LO HA GANADO, ES UNA EVIDENCIA PALPABLE DE TODO LO QUE EL HIZO REFERENTE A ESTE TEMA, NUESTRO PRESIDENTE LE HA DADO DE MANERA MAGISTRAL LO QUE EL EMPEZÓ BAJO CONDICIONES BIEN COMPLICADAS EN LA POLITICA MUNDIAL DE AQUELLOS CONVULSOS AÑOS DE LA GUERRA FRÍA, UNA VEZ MÁS NOS DA LECCIONES, LA MÁS IMPORTANTE DE TODAS LA SOBERANÍA Y LA INDEPENDENCIA DEL PAÍS NO SE NEGOCIAN, RECURRENTE NUESTRO MARTÍ CON PATRIA PERO SIN AMO.

  • Humberto Montano Barrios dijo:

    Cuba siempre ha estado dispuesta para el entendimiento y mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos, en los casos anteriores no fueron serios, hoy con Obama hay deseos concretos de ambas partes.
    Pero puntalizo que Cuba nunca va a mendigar por el mundo.

  • qbanisimo dijo:

    quizas sea cierto y en mi opnión creo que es sierto todo lo espuesto pero en materia de realidad no batsa con los esfuerzos si los resultados son rotundamente insuficientes o sea podríamos afirmar que nos hemos esforzado muchisimo pero si no exiten resultados entonces ese muchismo es sencillamente insuficiente!

  • Reyomar dijo:

    Hasta el triunfo de la Revolución cubana existia el mito que una Revolución solo era posible con el ejercito o sin el ejercito, pero no contra el ejercito
    La Revolución cubana la hiniciaron un puñado de jovenes contra un ejercito bien armado y equipado al que derotaron con el apoyo del pueblo
    Ello ademas de acabar con el mito del no contra el ejercito, cambio para siempre la mentalidad de los pueblos que vieron que era posible luchar por sus derechos frente a los poderosos y vencer
    Despeus de la Revolución cubana tomo auge lucha de los derechos civiles en EEUU , la descolonización de Africa , las protestas estudiantiles en el mundo hasta la de los estudiantes francese en 1968 y la llegada al poder de los movimientos revolucionarios y progresitas en America Latina para los cuales tenemos que seguir venciendo para darles el segundo impluso que necesitaran ante el auge de la dercha en el contiente
    Comandante, Valio la pena mas de medio siglo de resitencia herioca del pueblo cubano

  • G dijo:

    Y es cierto, creo que Cuba es el unico pais pobre del mundo en vias de desarrollo y bajo co diciones de bloqueo que su poblacion no mendiga ni se do lega ante nadie, es un orgullo que llevamos en la sangre desde las guerras de independencia o tal vez mucho antes; es un fenomeno social bien extraño mas es real, en Cuba no se mendiga en las calles ni con 100 baras de hambre....
    SOMOS CUBANOS Y PUNTO...!!!

  • Lionel Castillo dijo:

    El Gobierno Revolucionario de Cuba sin delatar secretos ni dar a conocer estrategias, ha mantenido una postura transparente ante el mundo, tan clara que nuestros enemigos no han posido aceptarla como posible. Acostumbrados a engañar a los pueblos del mundo y hasta sus propios pueblos, no han creido nuestra verdad. Finalmente la verdad se ha dado paso ella sola y sobran los testigos. Cuba es un valuarte inexpugnable y una fortaleza de dignidad.

  • raul dijo:

    Estimado acadèmico: Lo felicito enormemente por este ensayo que darà nuevas luces a miles de personas. Espero que usted sea consciente de la importancia vital de sus escritos para el futuro del continente. Es imprescindible que siga escribiendo para iluminarnos las mentes y esclarecer dudas, preguntas e incertidumbres con la verdad absoluta de la Revoluciòn. Me despido con mi màs alta estima.
    Buen trabajo!!

    Lic. Raul Amoros.
    pd: saludos desde Italia a los lectores..

  • duncan dijo:

    Que falta le hace a los cubanos leer estos análisis.

    Evidentemente el balance histórico que hace el doctor Elier tipifica las relaciones históricas entre EE.UU y Cuba.

    Pero la magia de Elier, de Esteban Morales, de Ernesto Domínguez de Jorge Hernández y otros no debe quedarse en la Mesa Redonda que solo ven los convencidos, aunque toma fuerza en estos años; sino también en las universidades para que complementen de cierta manera la formación antimperialista la cual hoy se disipa en este maremagnun de consumo desenfrenado.

  • Armando Briñis Zambrano dijo:

    Excelente aproximación histórica a un tema de tanta actualidad, tanto para Cuba como para los Estados Unidos.
    Si el trabajo es solo un primer ensayo y constituye, como digo anteriormente, una aproximación en los estudios de la historia de nuestra patria, exhorto al investigador a continuar profundizando en el tema y tratar de que se publique.
    Saludos,
    Armando Briñis Zambrano. Doctor en Ciencias Históricas

  • EddySS dijo:

    Creo que las condiciones sean propicias para una normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de Norteamérica, no mediante la fabricación de nuevos mitos, sino que dependen de cambios objetivos y dialécticamente impuestos en el curso de la historia a amabas naciones.

    Cuba está sumergida en un proceso transformador de su economía y necesariamente un acercamiento a determinados valores del mercado que pueden inducir a muchos estrategas a pensar que ha llegado la hora de este acercamiento, desde la óptica capitalista; cuando en realidad aunque no se note, han ocurrido cambios dentro de las necesidades estratégicas de los propios Estados Unidos, que obligan a modificar la visión global sobre su política exterior, y Cuba les ofrece ese espacio ideal para el nuevo enfoque en el escenario internacional.

    A mi juicio cada mito fue necesario fabricarlo para evitar el contacto con la diplomacia cubana, regido por intereses estratégicos de prepotencia que hoy se vienen abajo. Si los Estados Unidos, entiéndase en este caso la necesidad y actitud de Obama como presidente, no aprovecha a Cuba, caerán en una espiral de descrédito de su política internacional, que regida por la democracia de las cañoneras y los portaaviones, recibe el cerco de otras potencias que pujan en el mercado de bienes y servicios y no pueden ser bloqueadas ni atacadas militarmente como lo han hecho con Cuba.

    Podemos decir que la jugada es perfecta para uno u otro polo de interacciones políticas: Ni Cuba es una amenaza para los Estados Unidos ni "Los Estados Unidos lo es para el mundo". Esto echará abajo otros muchos mitos. Cuba no es solo una oportunidad de negocios, es la necesidad de demostrar que hay realmente un cambio en el rumbo político, de no ser así, los acontecimientos dentro de esta inmensa, rica y contradictoria nación, deparará sorpresas que hoy parcen imposibles puedan acontecer.

  • Piñero dijo:

    En mi comentario anterior sobre el diferendo entre Cuba y Estados Unidos manifesté, en otras palabras, que nuestra independencia está por encima de cualquier entendimiento presente y futuro con el país vecino. Nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro luchó por los pobres del mundo. Cómo es posible que alguien que se interese por los más desposeídos sea un obstáculo para el entendimiento?. El concepto de REVOLUCIÓN define muy bien nuestra esencia, que es la misma de nuestro guía eterno. De no ser por Cuba el continente africano y en particular Angola, Namibia y Sudáfrica estarían pasando hoy como Palestina con Israel o aún peor. Los países africanos también lucharon por su independencia con ayuda de Cuba, porque es inconcebible que en pleno siglo XX existiera el esclavismo como sistema, no porque nuestro país prefiriese esa lucha que entenderse con nuestros vecinos. El mundo vió ese horror del apartheid, que hasta un grupo de artistas famosos norteamericanos cantaron SOMOS EL MUNDO, que también lo hicieron en su forma de lucha, mediante el canto, también por la liberación de Nelson Mandela. Todo no es más que pretextos para culpar a Cuba de estos años de aislamiento por el Bloqueo muy injusto. Se imaginan que yo ahora le diga a mis vecinos en mi cuadra que tienen que vivir a mi forma y manera o de lo contrario les cierro la calle y no pueden entrar ni salir nadie, tampoco traer o sacar mercancías. Eso sería de locos, pero en este mundo han existido y existen unos cuantos locos todavía. Por eso tenemos nuestras razones incuestionables, de que este tiempo de más de medio siglo de Bloqueo ha sido responsabilidad totalmente de los gobiernos de turno anteriores a los de Obama y las responsabilidades principales recaen en los terroristas cubanoamericanos y representantes de esas élites en el congreso de Estados Unidos. Todavía hoy siguen sueltos algunos responsables del asesinato de Kennedy. Nadie fué juzgado por eso. Cómo es posible que un puñado de los tantos inmigrantes cubanos que fueron acogidos por ese país mataran al presidente Kennedy?. Ya él había comenzado a cambiar de política y a estos grupos no le gustaron esas intenciones y por eso lo mataron. A partir de ahí se agudizaron un sin número de actos terroristas dentro de los propios Estados Unidos, incluidos a diplomáticos cubanos. Para finalizar que no se nos culpe más y se miren por dentro, analizando su propia historia.

  • Carlos Antonio dijo:

    Nada que comentar, absolutamente genial.

Se han publicado 23 comentarios



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Elier Ramírez Cañedo

Elier Ramírez Cañedo

Académico cubano. Doctor en Ciencias Históricas. Coautor del libro "De la confrontación a los intentos de normalización. La política de los Estados Unidos hacia Cuba". En Twitter: @islainsumisa

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