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Llaman a mayor resistencia al libre comercio

Nuevos aires de unidad, reagrupamiento y lucha soplan en buena parte de los movimientos sociales de América Latina. Lejos de pasmarse ante la ofensiva de la derecha en el continente se disponen a retomar el rumbo que les permitió hace 10 años descarrilar el proyecto de integración comercial de Estados Unidos para el área.

Según Joel Suárez, del Centro Martin Luther King de Cuba, institución clave en la convocatoria y organización del “Encuentro Hemisférico Derrota del ALCA 10 años después”, las principales redes y movimientos sociales de la región, acordaron en este evento reestructurarse en la lucha contra el libre comercio y las trasnacionales, y convocar a una jornada continental de lucha conjunta el 4 noviembre de 2016.

No hay en los asistentes a la reunión autocomplacencia sino un fuerte sentido crítico. “Después de la victoria contra el ALCA –afirman- perdimos mucho de la articulación continental. Ganamos una batalla y creímos que habíamos ganado la guerra, cedimos nuestro liderazgo a los líderes y espacios institucionales de la ola progresista, y descuidamos nuestras luchas, el trabajo territorial, la acumulación de poder popular”.

¨Hay que reconocer que habido una fragmentación en las luchas –senalan los asistentes-. Como movimientos sociales, no logramos la capacidad de dar un salto cualitativo.

En sincronía con está reflexión está Omar González, coordinador del capítulo cubano de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad. Hubieron movimientos que perdieron el centro –dice-. Algunos se transformaron en partidos políticos y perdieron identidad y fuerza. Fueron absorbidos por tareas de la administración pública.

Sin embargo, esta visión crítica de los problemas que atraviesan a los movimientos no limita su optimismo. “No obstante lo modesto del evento –dice-, sobre todo comparado con los Foros Sociales Mundiales o las grandes reuniones de intelectuales realizados en anos anteriores en Venezuela, éste encuentro reunió a movimientos claves del continente y a intelectuales.

Este fue, también, el día de Cuba en el Encuentro. Con la bandera de ese país al centro y un delegado portando una improvisada antorcha a su lado, integrantes de una variopinta coalición de movimientos sociales de América Latina e intelectuales rindieron homenaje a la isla en una peculiar ceremonia a la que los organizadores denominan mística y otros un happening colectivo.

Visiblemente emocionados, los asistentes a la celebración con la arrancaron los trabajos de este domingo del Encuentro Hemisférico Derrota del ALCA 10 años después, se comprometieron a proteger y caminar con este país, símbolo de resistencia y ejemplo de historia que anima a continuar la lucha.

El arranque de la sesión final del evento con la declaración de amor de los invitados a los organizadores no fue casualidad. A la mística le siguió un panel sobre la actualización del modelo económico y social de Cuba, en la que Luis Manuel Castanedo, Isabel Moya y Ornelio Sosa, isleños los tres, explicaron con mucho detalle los retos que su país enfrenta con el proceso de transformación en marcha.

Desde distintas perspectivas, los ponentes explicaron y debatieron el desafío que implica el crecimiento de la población por debajo del 2 por ciento (las mujeres cubanas jóvenes no se quieren embarazar), y los retos que para el sindicalismo representa la creciente expansión de negocios privados y empresas estatales que necesitan ser eficientes y aumentar su productividad.

En la misma línea de reflexión, el doctor en ciencias históricas, Jesús Arboleya hizo un amplio recorrido a través de la historia de las relaciones diplomáticas de Cuba y Estados Unidos, hasta llegar al momento actual. Optimista, explicó que su posición provenía no de la posibilidad de tener una relación ideal con Estados Unidos (cosa que ningún país tiene), sino que a partir del restablecimiento de relaciones, la isla está en mejores condiciones para lidiar con la política estadunidense, aprovechar las oportunidades de cooperación en asuntos de mutuo interés y relacionarse con el resto del mundo en un entorno más favorable.

Esos aires de cambio y renovación que soplan desde Cuba, sacuden también a los asistentes al evento. Después de todo, la isla sigue siendo una plataforma clave en la gestación de proyectos emancipadores. “Hay mejores condiciones de lucha en 2015 que hace 10 años –señalaron- Acumulamos fuerzas. Tenemos un proyecto que ha sobrevivido una década”. Por lo pronto, han acordado poner por delante lo que los une y no lo que los divide, volver a sus raíces y reinventarse como actores de la transformación continental.

(Tomado de La Jornada)