Angola: Independencia y Paz merecidas para su pueblo
Corría la década de los 90 cuando por primera vez visité Angola, esa tierra fértil y rica que durante muchos años ensangrentó el colonialismo y el neocolonialismo del Norte, además de Estados Unidos y el otrora régimen sudafricano del Apartheid, y que miles de cubanos defendieron desde de su independencia, el 11 de noviembre en 1975, con la llegada al poder de su líder histórico Agostinho Neto, tras 14 años de lucha armada contra la metrópolis portuguesa.
Por entonces se negociaban los Acuerdos de Paz sobre el Suroeste Africano que trillaron el camino hacia el eventual fin de la guerra en Angola, la conquista de la independencia de Namibia, y la muerte del sistema segregacionista en Sudáfrica, acontecimientos en los que Cuba jugó un rol vital, pese a que algunos se empeñen en minimizarlo o esconderlo.
Eran días de esperanzas para el llamado continente olvidado, sometido desde entonces y hasta hoy al saqueo de los países ricos, y especialmente del imperio de Washington, que en la década de los 90 de la centuria pasada estaba más envalentonado que nunca por la desaparición de la Unión Soviética y el desmoronamiento del bloque socialista de Europa del Este.
Gobernaba el hasta ahora presidente José Eduardo Dos Santos, del Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), y se preparaban las primeras elecciones multipartidistas celebradas en 1992, en las que venció el partido oficialista frente a la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), encabezada por Jonas Savimbi, y financiada por Estados Unidos y la agonizante Sudáfrica del Apartheid.
La victoria del MPLA en las urnas parecía consumar las ilusiones de paz de los angolanos, víctimas del conflicto castrense más prolongado en África Austral, que ocasionó alrededor de un millón de muertos, cuatro millones de personas desplazadas y más de 100 mil mutilados.
Sin embargo, sus sueños se vieron frustrados porque Savimbi, como hacen aun los “opositores” fabricados y entrenados por el Pentágono, no reconoció los resultados de los comicios, e incluso intentó tomar por la fuerza Luanda, la capital de Angola, y otras ciudades.
Los valientes soldados y militantes del MPLA, a quienes vi combatir en Luanda, derrotaron el frustrado Golpe de Estado protagonizado por los más reacios seguidores del jefe de la UNITA, un hombre sanguinario que prefirió seguir apostando por la beligerancia, hasta que fue ultimado en 2002.
Como reza una muy repetida frase popular, “muerto el perro se acabó la rabia”, Angola comenzó a vivir en paz después de más de medio siglo de contiendas por librarse primero del colonialismo portugués, y luego de la conflagración que le impusieron por haber escogido su propio sendero, y por ser una de las naciones más ricas de África y del mundo.
Al cumplirse 40 años de su independencia, los angolanos avanzan a paso rápido y de manera sostenida, sin que ello quiera decir que todavía tienen mucho por andar y hacer, en beneficio de todos sus pobladores.
Estas escuetas líneas de repaso a una larga historia sobre la cual las nuevas generaciones deben conocer y estudiar a fondo, no podía dejarlas de escribir este 11 de noviembre, y dedicarlas a amigos de Angola y Cuba, muchos ya no entre nosotros físicamente, que combatieron en diferentes trincheras por ver a ese país africano en paz, y con reales expectativas de prosperidad.
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Valio la pana luchar por Angola... se ve muy bien....
Entrañable artículo. Yo también tuve esa experiencia, como la tuvieron miles de cubanos y nunca olvidaré el cariño con que fui acogida, tuve una familia que se esmeró en cuidarme, vi la bravura de sus hombres, por eso llevo Angola "no muchima". Gracias por ese artículo.
En Angola estuvo en juego la Revolución cubana, lo dijo Fidel en su momento. Fue una demostración al imperio de EEUU que a la Isla caribeña hay que respetarla siempre, como a los pueblos de Angola, Namibia y Sudáfrica.
Angola es un ejemplo de que los pueblos pueden librarse del dominio de las grandes potencias, ser definitivamente independientes y desarrollarse.
Otra de las grandes hazañas internacionalistas de Cuba es el apoyo militar que hizo posible la liberación de Angola, a fines de los 90. Lejano país africano.
Angola simbolo de resistencia del pueblo cubano.