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Tal como éramos

the_way_we_were_Cult6 copy Nuestros años felices, de 1973, es un filme conocido con ese nombre es nuestro país, en otros se conoce Por: “Tal como éramos”, lo que es una traducción de su título original: “The Way we were”.

Es éste uno de los filmes más logrados de Sidney Pollack. El autor es uno de los mejores directores norteamericanos de la segunda mitad del siglo XX, su biografía es bien interesante, proviene de una familia judía de inmigrantes ucranianos. Entre 1954 y 1960 estudió en Nueva York y Broadway.

Nuestros años felices es una extraordinaria película que ha sido vista en Cuba muchas veces. Se desarrolla en los Estados Unidos entre 1940 y 1950 y es un retrato de las ideas que trataban de imponerse en los Estados Unidos. Desde la liberación de la mujer, hasta el socialismo.

La música, compuesta por Marvin Hamlisch, es uno de los protagónicos más relevantes. El guión es de la autoría de varias estrellas: Arthur Laurents, Francis Ford Coppola, David Rayfiel, Dalton Trumbo. Sus intérpretes son extraordinarios: Robert Redford y Barbra Streisand, el primero un actor muy conocido con una etiqueta de galán que él quería romper; ella, una de las mejores cantantes de su época, también incursionó en el cine, pero en mi modesta opinión, aquí está mejor que en todos sus papeles en cine. La melodía “Memoríes" que acompaña el filme y le imprime un carácter nostálgico, es interpretada por ella.

Quizás esta conjunción de interpretaciones brillantes se debe a que estaban dirigidos por un señor director y a su vez actor: Sidney Pollack. La trama del filme es una historia de amor muy audaz por los roles que asumen los protagonistas. Robert Redford, es el estudiante más atractivo de la universidad, pero se destaca en la composición literaria. Ella, (Barbra Streisand) enamorada del personaje no sólo por el físico, sino por el potencial intelectual que ve en él.

Esta joven hermosa es una comunista ortodoxa desde el primer momento de la película hasta el final. Hubbell (Redford), publica una novela y se alista en la marina de guerra. Ahí aparece una elipsis para adelantar la acción. Él está bebiendo en un bar, casi borracho. Ella entra a buscarlo y se lo lleva a su modesto cuarto con fotos de Lenin y de los líderes comunistas de esa época. Ella lo acuesta, él se queda profundamente dormido. ¿Qué hace ella?, comunista ortodoxa con convicciones firmes, se tiende a su lado. Por la actuación de ella se evidencia que se aprovechó de las circunstancias para estar con él, en una secuencia de gran cine.

Se termina la guerra, él acepta trabajar para Hollywood y ella hace una concesión. Se casan y empiezan a llevar un estilo de vida hollywoodense. Mientras, se van radicalizando las ideas en los Estados Unidos y comienza la campaña anticomunista.

Una noche en, una exhibición de un filme en casa del productor sienten algo extraño en el sonido, comienzan a buscar qué pasa y el dueño de la casa encuentra un enorme micrófono bien escondido, los estaban espiando.

Es evidente que las ideas de ambos son irreconciliables. Él le propone el divorcio, ella con una gran ética, le dice que está embarazada y que espere a que nazca la criatura.

Pasan los años y estamos en Nueva York bajo la nieve, él sale de un estudio de televisión con una bellísima modelo, ella en la otra esquina, repartiendo panfletos contra la bomba atómica. Las miradas de ambos se encuentran, la música comienza a tornarse más melódica, se presume el final, ella atraviesa la calle y se acerca, tienen un brevísimo diálogo revelador de que ambos siguen enamorados.

Ella se aleja con sus carteles y él con su novia. El final, muy logrado: con la música, la nieve, y el ambiente navideño. Todo se conjuga para que al terminar el filme quedemos con la impresión de haber disfrutado de una verdadera obra maestra.