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Martinelli, Saakashvili y Edward Murrow

Me gusta leer a Ed Murrow. Hace ya unos años,  analicé la banalidad en la televisión mundial a partir de la definición que sobre ese medio nos legara aquel  comentarista y periodista de la CBS de los años 50. Uso mucho sus frases en mis clases de lenguaje televisivo, por sus enseñanzas sobre esa caja que es solo “cables y tubos” si no se llena con objetividad. Por estos días me vino a la mente, no solo por la película que sobre su batalla contra el infame senador McCarthy nos brindó la televisión cubana, sino porque la subjetividad y la malicia han estado presentes en  los medios internacionales más difundidos.

Hay un semi-silencio sobre el enjuiciamiento al ex-presidente de Panamá Ricardo Martinelli. Miembro de la más rancia jauría anticubana en América Latina, durante su mandato hizo todo lo posible por dañar a Cuba y enturbiar las relaciones entre la Isla y su país. Aliado de los que hoy siguen entorpeciendo el proceso de restablecimiento de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos,  Martinelli es defendido por la prensa auspiciada por los círculos políticos y financieros de la Florida, mientras que el resto hace mutis ante los hechos. Un periódico centroamericano llega al ridículo al llamarlo en tono de lástima “el presidente cercado”.

No obstante, día tras día se va develando la trama de corrupción que envolvió su mal -gobierno.  Esta no solo toca a Martinelli, sino también a una parte importante de su gabinete, incluyendo al ex-vicepresidente.  Los amigos del acusado utilizan los medios de comunicación para tratar de encubrir el crimen con frases como “amistad traicionada” y otras sacadas del más puro lenguaje telenovelero.

Varios de los  más furibundos políticos anticubanos están relacionados con hechos de corrupción y tráfico de influencias. La Moscoso, esa que liberó a Posada Carriles a cambio de una jugosa suma de dinero;  Flores, el salvadoreño que recibió una de las más esclarecedoras  lecciones de historia por  parte de nuestro Fidel durante una Cumbre Iberoamericana;  el senador Robert Menéndez que está enfrentando ahora una investigación por corrupción. La lista es larga. Solo hay que seguir el hilo del dinero.

Por otros lares, una noticia podría hacernos reír si no fuera porque las consecuencias serán nefastas para el pueblo ucraniano.  Uno de los más pronorteamericanos políticos de las ex-repúblicas soviéticas,  el georgiano Mijail Saakashvili, fue designado Gobernador de Odessa. En lo que se interpreta como una nueva provocación a Rusia, el Presidente Poroshenko ha llamado al amigo de sus tiempos de estudiante universitario para que, después de recibir la ciudadanía ucraniana se dirija a Odessa a imponer el “orden”.

Habría que ver en qué tipo de orden están pensando. Si revisamos la historia política de Saakashvili y el régimen que implantó cuando fue Presidente de Georgia, podríamos imaginar que se acerca bastante a las ideas de las fuerzas que dieron el golpe de estado en Ucrania en febrero de 2014, con el apoyo de los Estados Unidos.  Por lo pronto, lo que sí está claro es que se trata de un burdo mensaje a Rusia sobre la ausencia total de interés en una solución pacífica por parte del gobierno ucraniano.

Y mientras los gobiernos europeos hacen mutis con la noticia, la “Gran” prensa,  que se ve obligada al menos a reseñar el hecho, se limita a caracterizar a Saakashvili  solo como el expresidente, o líder político, y ni con un pelo toca su pasado en Georgia.  Exponen el hecho con un matiz de burla a Rusia. Así las cosas.

Por ello, retorno a Murrow. No juzgo aquí su defensa del establishment, sino apelo a sus llamados a la objetividad y veracidad en el tratamiento de  las noticias. Porque lo que sí está claro es la parcialidad a ultranza de las mesas editoriales en la prensa  occidental, esa que nos apabulla con la comercialización y el amarillismo, imponiendo a la fuerza el esquema mental de las oligarquías dominantes. Ed Murrow lo profetizó cuando alertó sobre los peligros que encierra el mal uso del poder mediático.

Como mencioné el filme que George Clooney dedicó a Murrow, les dejo con el final de una reseña crítica escrita por una periodista española en 2006: el…” público sensato …se rebela contra toda esa alienación y estupidez generalizadas cuyo único objetivo es convertir a la sociedad en meras marionetas al servicio del poder”. Creo que al menos en algunas partes de Europa, el público sensato comienza a ser mayoría.