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Toma capitalista de universidades en Estados Unidos

Graduados Universitarios Estados Unidos DEl gran crimen contra la educación que se lleva a cabo en Estados
Unidos no es la compra-venta de centros universitarios con fines de
lucro por las corporaciones sino algo peor.

Es el deliberado "vaciado" desde adentro de los centros de educación
superior resultante de la aplicación de una filosofía que considera a
ésta como preparadora esencial de educandos para empleos en el mundo
de los negocios tras su graduación.

La filosofía, el arte, la historia de las culturas humanas, el
pensamiento lógico y crítico, la ética en la toma de decisiones, y las
Humanidades en general, habitualmente llamadas "académicas" y
consideradas tradicionalmente parte de la definición de la educación
universitaria, tienen como función profundizar y ampliar horizontes
así como ejercitarles en el pensamiento crítico. Resultan, para muchos
estudiantes, una experiencia única en sus vidas.

Un trabajo del profesor y doctor en filosofía Robert Abele publicado
el 25 de marzo de 2015 en la revista COUNTERPUNCH (CONTRAGOLPE) con el título de “Conductos del Capital: la toma del poder capitalista de la
educación superior”, identifica tres formas de efectuar este vaciado
de la educación superior: 1) enfatizar en cursos de "habilidades
básicas" que limitan la capacitación de los estudiantes a los niveles
de lectura y de escritura que necesitan los empleadores; 2) catalogar
de “exitosos” a centros de estudios que mayor número de estudiantes
aprueben y 3) eliminar o reducir los programas que ensanchen la visión
de los estudiantes y les inclinen a la reflexión racional y el
análisis de la sociedad y sus tendencias.

Punto focal de este cambio corporativo en la filosofía educativa es
–según Abele- el que se refleja en la denominada "iniciativa del
community college" (centros universitarios comunitarios) del
Presidente Obama que no promueve la formación académica, sino que
reduce la educación superior a capacitación laboral. De ahí que la
cadena PBS caracterizara esa iniciativa como "un plan para mejor
conectar la formación de estudiantes en centros educacionales
superiores comunitarios con determinados tipos de puestos de trabajo
en el mercado", incluso subvencionado con $ 600 millones la
capacitación laboral de los trabajadores en las habilidades que
necesitan la industria, las empresas, los sindicatos, los centros de
educación superior y las organizaciones de entrenamiento, según un
comunicado de la Casa Blanca de 14 de abril de 2014.

Parte del proceso de corporativización de la educación ha sido la
reducción deliberada o incluso la clausura de los departamentos de
filosofía y humanidades en la educación superior, tanto en los
centros comunitarios como en las universidades en toda la nación.

En otras palabras, no se puede ser pensador crítico o participar en la
profundización del conocimiento de ideas humanas o el desarrollo
cultural, si se quiere ser un empleado de una empresa estadounidense.

La filosofía empresarial que está matando a este tipo de programas
parte de dos supuestos: 1) que esta educación no tiene una
compensación monetaria adecuada para el mundo de los negocios, y 2)
que los pensadores críticos y aquellos con conocimientos científicos
sociales son peligrosos para la hegemonía corporativa.

“Nadie discute aquí que enseñar habilidades básicas y ofrecer
capacitación para el trabajo deba ser parte de la misión de un centro
de educación superior- dice Abele. -Pero si ese tipo de entrenamiento
se convierte en el principal énfasis de la educación universitaria, el
currículo universitario destaca como habilidades necesarias solo
aquella que exige el mercado y se hace claro que es esta filosofía
educativa la que determina hacia dónde se canaliza el dinero que la
nación dedica la educación, la misión y el valor de la enseñanza
académica están claramente en riesgo”.

Contrario a eso, el fundador de la nación estadounidense Thomas
Jefferson, quien era un firme partidario de lo que ha sido la
definición tradicional de la educación universitaria, creyó que: "En
una república cuyos ciudadanos deben ser conducidos por la razón y la
persuasión, no por la fuerza, el arte del razonamiento resulta de
primera importancia. En el proceso democrático existe la necesidad
crítica de tener una ciudadanía informada".

La humanidad se pierde cuando la filosofía de la educación nacional se
convierte en una empresa de orientación capitalista extrema y los
estudiantes se convierten en mercancías, meros titulares futuros de
trabajo; cuando la educación se define por el número de grados
aprobados de paso exitoso en los cursos y el número de graduados,
restando importancia a la educación basada en el contenido que la
mente humana se profundiza y amplía.

La educación está en problemas en Estados Unidos. El peligro no deriva
de la incompetencia del profesor como suelen presentarlo los medios y
los políticos de derecha, sino a la falta de visión de políticos y
administradores de universidades que no ven más que el flujo del
dinero y permiten que instituciones venerables mueran por ser usadas
como conductos de capital.