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La Red es fascinante

Soy un ferviente partidario de las redes. La red es democrática, liberadora, punch. A veces, exagera su apariencia de poder y a la hora en que convoca, no se corresponde el ruido que hace con la capacidad para salir a a calle que tiene. Pero en términos de contramanejo de información, de establecer detectores de mentiras, de bombardear la fortaleza del enemigo, la red es la gloria.

Hemos vivido a lo largo de los últimos seis años en México, experiencias continuas de victorias en las que la red han sido definitoria. Experiencias de todo tipo: culturales, políticas, mediáticas -destrucción de mentiras, por ejemplo-… La red en México es territorio democrático. Han metido robots hasta el aburrimiento; han comprado operadores hasta el cansancio. Y cada vez que lo hacen, se produce un efecto rebote que los hace pedazos. La derecha no ha logrado dominar la red. Al menos no toda la red.

Han logrado dominar la esquina banal de la red: el tutti-frutti. Dominan eso de “estoy sentada en la esquina de nosedonde tomándome un helado” o de “que bonita se ve mi tía Marisa con una camiseta ombliguera”. ¡Y a quién le importa! Esa parte tutti-frutti de la red ha sido banalizada por la incursión en la red de los banales. ¡Pero los banales son también pueblo, coño! Hay búlgaros, vulgares y banales, tres categorías geográficas. Los banales son de Banalia, los búlgaros de Bulgaria y los vulgares de cualquier parte. Son gente, están ahí también y tienen sus mecanismos de expresión bobalicona y el espacio tutti-frutti. Pero el espacio político-cultural también está, es de la plebe y es muy bueno.

Cualquier subestimación de la red me parece anquilosada, vieja y boba. Cualquier sobrestimación me parece peligrosa. El problema es la concentración del mensaje, porque la red tiende a la difuminación y a la dispersión. Por tanto, es necesario que de vez en cuando las cabezas más lúcidas de la red chasqueen el látigo y digan “este es el tema de hoy”, y releguen eso de que “tu tía Marisa lleva camiseta ombliguera”. Que digan “hoy métele a esto, muévete, porque es grave”. Y la experiencia de la red en México, desde este punto de vista, diría que es extremadamente positiva.

Yo estoy en Twitter (@taibo2) y tengo 200 000 seguidores y hago un montón de ruido, pero un montón. Alertando, por ejemplo. Señalando. Combatiendo los mecanismos de desinformación que abundan de manera cruel. Por tanto, soy ferviente militante de la red, a la que no le dedico tanto tiempo porque de lo contrario no escribiría novelas, sino IQs de dos líneas. La red consume una cantidad de tiempo y energía inmensas.

Pero, afortunadamente, tengo a mi compinche Marina, mi hija, que es mi sistema de alertas que dice “Padre, esto no puedes quitártelo de encima. Entra”. Actúo en la red bajo su guía. Es bien interesante la capacidad que tiene para la ruptura de los aparatos de desinformación que actúan desde el Estado. Si el mensaje del Estado es falso, no pasa. En México pasaron desde el Estado una campaña sobre las bondades de la nueva política neoliberal en materia energética y de petróleo. La red la hizo pedazos. Cada vez que asomaban un dedo pasaba la guillotina. No pasaba y no pasaron. La información que circuló en la red -superficial, leve, sólida, muy sólida, extremadamente sólida-, en cascada, los fue haciendo pomada.

El otro riesgo de la red es que es vaga y difusa. Empiezas viendo fotos de bailarinas tailandesas y luego de elefantitos de seis meses: ¡qué bonitos! Y al minuto siguiente, un informe “serio" de la dependencia petrolera del gobierno chavista de Maduro. Siempre quise categorizar el uso y el abuso y nunca pude. Y en la red el abuso está al alcance de la mano; el meterte y no salir está al alcance de la mano.

Por otro lado, reconozco las facilidades que la red está ofreciendo para la investigación. El otro día quería ver una esquina de una calle en Varsovia. Descubrí que tienen una cámara y estuve viendo con calma una calle particular de Varsovia durante media hora para algo que estaba pensando escribir. ¿Quién te puede ofrecer desde tu casa en la Ciudad de México algo equivalente de esa riqueza?

El otro día mandé felicitaciones públicas al Director de la Hemeroteca Nacional, cuando anunció que ponía en línea un millón de páginas de periódicos mexicanos del Siglo XIX. Para mí, que estoy trabajando con gran frecuencia el Siglo XIX mexicano, no tienen ustedes idea de lo que es eso. Es reducir tus tiempos de investigación al 10-15 por ciento. Lo que haces en 15 horas, se reduce a tres. La red es fascinante.

(Transcripción del diálogo de Paco Ignacio Taibo II con estudiantes de la Facultad Libre de Rosario, Argentina. El video íntegro de esa conversación puede encontrarse en Youtube)