Exactamente tres meses después de la conversación telefónica entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, los diplomáticos bajo sus órdenes vuelven a dialogar en uno de los salones del Palacio de las Convenciones. A punto de cumplir los primeros cien días del deshielo, los negociadores advierten que el camino todavía es largo, mucho más extenso que el vuelo Washington-La Habana que trae senadores y congresistas a la pista del aeropuerto ‘José Martí’.
A esos políticos les siguieron el rastro los hombres de negocios de una Coalición Agrícola que se adelantó a las misiones comerciales de los gobernadores de Nueva York, Andrew Cuomo, y de Virginia, Terry McAuliffe. Ambos anunciaron su intención de conquistar un nuevo mercado para los empresarios de sus estados, una noticia ofrecida en compañía de José Ramón Cabañas, el jefe de la sección de intereses de Cuba en Estados Unidos.
Jacobson y Vidal se sientan a negociar en un tercer round inesperado, a menos de un mes del encuentro hemisférico de alto nivel, donde Washington quiere llevar resultados concretos.
“Nuestros presidente y mi secretario (Kerry) estarían encantados si pudiera tener todo terminado en tiempo para la Cumbre de las Américas” dijo a finales de febrero un alto funcionario del Departamento de Estado, cuya identidad esa oficina mantuvo en anonimato al publicar la transcripción de un intercambio informativo con la prensa, previo a la segunda ronda de negociaciones.
Agregó que“cualquier cosa que consigamos en estas conversaciones será un acuerdo en principio, hasta que lo llevemos ante nuestros jefes.”
En apariencias, la normalización está en marcha, de maneras que traspasan lo imaginable. Un showman yanqui, Conan O’Brien, vino a La Habana a grabar un programa de televisión, mezclando la comedia con la promoción de un destino turístico, casi al mismo tiempo en que la socialité Paris Hilton posaba despreocupada ante el hotel que una vez perteneció a su familia. Ambos representan la primera ola de “visitantes” que las licencias generales del Departamento del Tesoro permiten desde enero de 2015.
El Capitolio de Washington tiene en agenda varios proyectos de ley para desmontar el lado económico del bloqueo. Bajo esa misma cúpula, John Kerry explicó ante al Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes que la nueva política de Obama hacia Cuba pretende incrementar las comunicaciones, el comercio y los viajes hacia el país caribeño.
La permanencia del nombre de la isla en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo se vuelve contra sus autores. “Cuba es el país más sancionado en el mundo por Estados Unidos” admitió un funcionario del Departamento de Estado. “Así que cuando tienes un país que es el más sancionado bajo la ley de los Estados Unidos, (el proceso) se vuelve muy complicado.”
Los encargados de mantener los mecanismos del bloqueo lo confirman. “La mayoría de las transacciones entre los Estados Unidos y Cuba – incluyendo las exportaciones, importaciones y otras actividades – permanecen prohibidas” dijo ante un comité del Congreso John E. Smith, subdirector de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés).
Este directivo del Departamento del Tesoro aseguró que la instancia que codirige “continuará haciendo cumplir estas prohibiciones, usando todas las herramientas disponibles.”