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Fantasmas que cobran vida

Por Omar Olazábal Rodríguez

¿Recuerdan la frase “un fantasma recorre el mundo”?. Europa se estremece ante un fantasma que cobra vida. La victoria en Grecia de la alianza de izquierdas Syriza ha hecho que las alarmas se disparen en los centros de poder de las principales potencias en ese continente. Han hablado los indignados, y por la cantidad de votos, son muchos.

Las llamadas políticas de austeridad, que al final tuercen el cuello de los desposeídos y mantienen e incluso incrementan las riquezas de los potentados, provocan cada día el rechazo de millones de europeos. Y surgen nuevas fuerzas políticas que traducen esa indignación en posibilidades reales de acceso a la toma de decisiones desde el poder.

Grecia, sometida en los últimos años a fuertes medidas contra el sector público, como castigo por recibir un supuesto “rescate” financiero que no salva nada, sino que agobia al pueblo y lo encadena a años de pagos permanentes, ha dado el primer paso en esa conversión a votos del malestar generalizado.

Por supuesto, los grandes medios amanecen hoy con análisis sobre lo ocurrido. Todos se basan en el miedo a que ocurra lo mismo en sus países. Comienzan a repetir una y otra vez el vocablo “populismo” para que sus lectores o televidentes se asusten ante la posibilidad de que esos movimientos populares accedan al poder.

Martillan esos medios las teorías sobre la ingenuidad de pretender implementar las políticas que proclaman los partidos creados a partir de las nuevas circunstancias económicas y sociales en Europa. Es como si la verdad absoluta solo la posean los sistemas bipartidistas que hasta ahora han predominado en una gran parte de los países que conforman la Unión Europea.

Una campaña feroz contra los rostros visibles de la indignación, los líderes de esos movimientos, se desata desde ya en esos medios. Hurgan en cuanto rumor malsano puede surgir alrededor de los dirigentes de los nuevos partidos para intentar desacreditarlos. Y así van tejiendo historias que rayan en la ridiculez y atentan contra la ética del periodismo veraz que nunca han practicado.

Basta revisar la prensa europea de estos días para ver las declaraciones de los representantes de partidos en el poder o cercanos al mismo en diferentes países. Todos de manera unánime, realzan los supuestos éxitos de sus políticas económicas y rechazan cualquier intento de inyectarle a los procesos económicos aunque sea un mínimo de contenido social. Mientras tanto, las tasas de desempleo y los recortes en los programas sociales siguen su paso hacia el infinito.

Grecia es el resultado de la aplicación de las políticas contra el ser humano. Y el humano es sapiens, o sea, se da cuenta de que ya no puede seguir creyendo las mentiras que le dicen desde el poder. Un país que lo vende todo, desde sus puertos hasta la televisión pública, no puede terminar bien. Los tentáculos del capital se cierran sobre el pueblo y este se defiende con los medios a su alcance.

Por lo pronto, los sistemas están avisados. Ya en otros países de mayor peso en el balance geopolítico europeo se manejan encuestas a favor de nuevos movimientos políticos y sociales. El fantasma al que tanto temen los capitalistas comienza a cobrar vida. Llámese como quieran llamarlo, al final ese fantasma es la justa indignación de los pueblos. Cuando aparece su expresión corpórea, el gran capital tiembla. ¡Y vaya si están temblando!