Imprimir
Inicio »Opinión, Cultura  »

La Habana, a 495 años de su fundación: “Y no perezca en lo porvenir la fe habanera”

En este artículo: Cuba, Cultura, La Habana
| 11

La HabanaCelebramos este domingo, si no la fundación de La Habana, sí su asiento definitivo hace 495 años en la costa norte junto al puerto que le otorgaría una celebridad mundial. Sin embargo, no son pocos los que nos inquieren sobre el por qué no nos remitimos al año 1514, en el cual debió establecerse un campamento que los conquistadores españoles ubicaron en la costa sur; según nuestro parecer en un punto de la Ensenada de la Broa y quizás, con percepción más exacta, en el entorno de Melena del Sur.

Confieso que en un viaje reciente, acompañado por el Doctor Gregorio Delgado, eminente Historiador de las Ciencias Médi­cas, recorriendo aquellos parajes junto a la desembocadura del río Mayabeque, sentí que este podía ser el sitio verdadero. El Ade­lantado Diego Ve­láz­quez hacía mención en una de sus Cartas de Relación al monarca que “la ciudad de este nombre (San Cris­tóbal del sur) era un gran ba­tey, rodeado de bujíos, con sus respectivos caneyes, o casas regias para sus Gemires o Dioses Penates y pa­ra sus Caciques o su Rey. Estaba cer­ca de la costa sur, en un llano fértil y ancho, sobre el río Güinicaxina” que resulta ser al ac­tual Ma­yabeque.

De cualquier forma y aunque otros historiadores como el decano Don César García del Pino sitúan el poblado en una latitud más occidental, evidencias cartográficas prestigiosas y antiguas esclarecen que cuando ya existía La Havana en la latitud Norte, aún pervivía el llamado Pueblo Viejo: San Cristóbal, o sea La Havana del Sur.

En el mapa «Culiacanae, Americae Regionis, Descriptio [con] Hispaniolae, Cubae, Aliarumqe Insualrum Circumiacientium De­lineatio» del gran cartógrafo y cosmógrafo flamenco Abra­ham Ortelius (1527-1598), al cual accedemos según el original realizado en 1579, aparece señalizado arriba el puerto y La Ha­vana, no así el pueblo viejo de San Cristóbal del Sur. Pero sí se con­signa en el «Cuba Ínsula. Hispaniola Ín­sula» de Jocodus Hondius y Ge­rardus Merca­tor [1], fechado en Ámsterdam en 1613.

Para la Dra. Hortensia Pichardo, fiel seguidora de los debates que el tema sugirió al Dr. Je­naro Artiles (1897-1976), prestigioso paleógrafo, archivero y bibliotecario español que transcribió los dos primeros tomos de las Actas Ca­pitulares del Ayuntamiento de La Habana, y aún para mi predecesor el Dr. Emilio Roig de Leuchsenring —por razones obvias apasionado en el tema—, los primeros Historiadores de Cuba y de La Habana, dígase Pedro Agustín Mo­rell de Santa Cruz, Antonio de Herrera, Ignacio José de Urrutia, Jacobo de la Pezuela, José María de la Torre, Manuel Pérez Beato... por solo citar algunos, no lograron resolver el tema. La arqueología hasta aquel momento no mostró resultado alguno como los que pudo hallar José María Cruxent, venezolano de origen catalán, al hallar las ruinas de La Isabela, el primer poblado colombino en América, en la isla La Española.

Defendemos la certeza de un acto fundacional por la solemnidad con que, según la tradición y las formas de actuar de los españoles, era común y casi obligatorio el ritual de escoger fechas en el calendario juliano entonces vigente [2]. Esta pudo ser la causa de denominar al asiento inicial en la Costa Sur como San Cristóbal. Solía colocarse un poste, sembrar una cruz, escoger un árbol significativo y corpulento y situarse por lo general cerca de una comunidad indígena que pacíficamente acogiera a los recién llegados, proporcionándoles suministros indispensables; aunque para ellos resultaban a veces exóticos o repugnantes como las deliciosas iguanas asadas, peces nunca antes degustados y carnes rojas escasas de jutías o aves de la tierra. Con relación al pan, Cristóbal Colón advierte en su momento la necesidad de adecuarse al casabe [3], pues la harina de Castilla que llega húmeda en el vientre de las carabelas, se agusana tanto como el vino se torna agrio por su pobre resistencia al clima tropical.

Mi respuesta a quienes me preguntan por qué no he seguido el ejemplo de otras villas cubanas que han celebrado ya su 500 aniversario —independientemente de las variaciones de su lu­gar fundacional—, es que resultó más seductora para mí y el concilio de mis colaboradores, La Habana real, la que nació de la unión del Pueblo Viejo y el Nuevo, constituyéndose en un ente que llamóse San Cristóbal de La Ha­bana. Aceleradamente asumió su nueva identidad, reafirmada al llegar a ella el célebre letrado Alonso de Cáceres, enviado desde Santo Do­mingo de Guz­mán para establecer las ordenanzas que llevan su apellido y que se constituyen si no en el más antiguo, en el más conocido y tenido como tal de los reglamentos urbanísticos vigentes en este continente, base de una jurisprudencia posterior tan rica y detallada, que resulta asombroso o más bien escandaloso que se violen o contradigan.

¿Cuáles son las razones no ya para conmemorar que es hacer memoria sino para celebrar el nacimiento de una comunidad que la labor de generaciones engrandeció? El 20 de diciembre de 1592 se produjo la tardía exaltación de La Habana como ciudad bajo designio real de Felipe II: “Por cuanto teniendo consideración a lo que los vecinos y moradores de la villa de San Cristóbal de la Habana, me han servido en su defensa y resistencia contra los enemigos, y a que la dicha villa es de las principales de la isla y donde residen mi Gobernador y Oficiales de mi Real Hacienda, deseo que se ennoblezca y aumente: por la presente quiero y es mi voluntad que ahora, y de aquí en adelante para siempre jamás la villa sea y se intitule la ciudad de San Cristóbal de la Habana, de la dicha isla de Cuba…” [4]

Y el 8 de octubre de 1607, por Real Cédula, la ciudad queda reconocida como capital oficial de la colonia, cuyo gobernador ostentaba la representación de la corona. Sin lugar a dudas, ello fue posible por un conjunto de sucesos y acontecimientos que señalaron su destino. La Habana quedó situada en el centro del teatro operacional de las armadas, sede circunstancial del anclaje de las Flotas por mandato regio, lo cual no solo atrajo riquezas sino permitió a los vecinos muy tempranamente adecuar todo tipo de servicios para acoger a miles de viajeros. No hay nada nuevo como vemos, esto fue así desde tiempos inmemoriales, sujeta la urbe al orden riguroso establecido por el Cabildo, institución de Castilla en América obligada a elegir a sus miembros, a dejar prueba documental de sus actos, a expedir licencias y a conservar la capacidad defensiva, siempre amenazada y sujeta al peligro de las inciertas relaciones entre las potencias europeas que se proyectaban sobre el Caribe.

Cuando nos preparamos para celebrar en el 2019 el quinto centenario de La Habana, puedo como lo manda la inscripción junto al mítico árbol de ceiba en la Plaza de Armas, sugerir a los caminantes detener el paso:

Detén el paso, caminante,

adorna este sitio un árbol,

una ceiba frondosa, más bien

diré signo memorable de la

prudencia y antigua religión

de la joven ciudad, pues

ciertamente bajo su sombra fue

inmolado solemnemente en

esta ciudad el autor de la

salud. Fue tenida por

primera vez la reunión de

los prudentes concejales

hace ya más de dos siglos:

era conservado por una

tradición perpetua; sin embargo

cedió al tiempo. Mira, pues,

y no perezca en lo porvenir

la fe habanera. Verás una imagen

hecha hoy en la piedra, es decir,

el último de noviembre en el año 1754.

Prudentemente, en la Columna Cagigal de El Templete, el benemérito Historiador de la Ciudad de La Habana, Emilio Roig, ordenó tomar un calco de otra de las inscripciones —preservada hoy en el Museo de la Ciudad—, donde se rescata la voz popular fundada en las raíces de la tradición secular: FUNDOSE LA VILLA HOY CIUDAD DE LA HAVANA EL AÑO Đ 1515 Y AL MU­DARSE Đ SU PRIMITIBO ASSENTO A LA RIVERA DE ESE PUERTO EL Đ 1519 ESTRADICION QUE EN ESTE SITIO SE HALLO UNA FRONDOSA SEIBA BAXO Đ LA QUAL SE CELEBRO LA PRIMERA MISSA Y CABILDO: PERMANECIO HASTA EL Đ 753 QUE SE ESTERILISO. Y PARA PERPETUAR LA MEMORIA GO­BER­NAN­DO LAS ES­PAÑAS NUESTRO CATHOLICO MO­NAR­CHA EL SEÑOR DON FERNANDO VI MANDO ERIGIR ESE PADPON EL SEÑOR MARISCAL Đ Đ CAMPO D(n) FRANCISCO CAXIGAL ĐĐ LA VEGA, DE EL ORDEN DE SANTIAGO GOVERNADOR Y CA­PITAN GENERAL Đ ESTA YSLA SIENDO PROCURADOR GENERAL. DOCTOR D(n) MANUEL PHELIPE ĐĐ ARANGO AÑO Đ 1754. [5]

Por eso esperamos con laboriosa paciencia el año 2019, en la certeza de que acontecerá una regeneración de la ciudad, un deseo comúnmente compartido de restañar heridas, dar brillo a los monumentos, devolver el agua a las fuentes, las flores a los jardines, expresándose de esta manera la recta voluntad del es­tado, reiterada en no pocas oportunidades por el General Pre­si­dente Raúl Castro Ruz. Todo ello fundado en aquella noche memorable de octubre de 1994 durante la cual el Comandante en Jefe Fidel Castro firmó el Decreto ley 143, que otorgó a la Ofi­ci­na del Historiador en concordia con todos los organismos y entidades del estado, la altísima responsabilidad de salvar —aun en tiempos perentorios y difíciles— el legado contenido en una de las ciudades más bellas del mundo: la capital épica de la Re­volución Cubana, tenazmente defendida en días heroicos, cuna de maestros, de artistas, de intelectuales y de esa miríada de trabajadores que día a día, desde la periferia hasta el corazón, viven en ella y quiéranlo o no, para ella.

[1] De Jocodus Hondius (1563-1612) fue un artista flamenco, grabador y cartógrafo notable por sus mapas del Nuevo Mundo y de Europa y por reevaluar los aportes de Gerardus Mercator (1512-1594), otro cartógrafo, astrónomo y matemático de Flandes .

[2] El calendario juliano fue una reforma del calendario romano introducido por Julio César en el 46 A.C. Entró en vigor en el año 45 A.C. Era el calendario predominante en la mayor parte de Europa y en los asentamientos europeos en las Américas hasta su sustitución por el calendario gregoriano en 1582.

[3] Es muy popular el dicho “a falta de pan casabe” que se refiere a la determinación de Colón de elegir el casavi que consigna en sus anotaciones, como el pan necesario en estas latitudes.

[4] Valdés, Antonio J., “Historia de la Isla de Cuba”, La Habana, 1813, p. 74-75.

[5] Nótese cómo en la fecha de inscripción se tomaba el año 1515 para indicar la

fundación, lo cual resultó luego una de las raíces de la polémica infinita

 

 

(Tomado de Granma)

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • MERCATOR dijo:

    Como siempre, MAESTRO, sus palabras sabias para la historia que ya pasó y la por venir. Ojalá se cumplan los anhelos de los habaneros de buena voluntad y de los que viniendo de otros lares la hemos asumido como nuestra, que se acabe la desidia, el abandono y que NUESTRA Habana vuelva a lucir sus galas hasta en los más humildes de sus barrios y para que los adoquines dejen de gritar desde los tiempos: BASTA DE MALTRATO!!!

  • Yero dijo:

    No nacÍ en La Habana.Soy espirituano y el azar de la vida me ubicó por causas hermosas en esta ciudad donde cada día me sorprendo de la grandeza de su gente.La Habana es la mejor expresión de la resistencia de toda Cuba.Aquí confluímos decenas de provincianos y se encuentran experiencias de todo el país.Pienso que eso es una condición normal en las capitales de todos los países.Pero los habaneros de siempre llevan en sus genes el ADN de la resistencia,de la respuesta rápida, de la lucha en contingencia, del ritmo acelerado,de la heroica sobrevivencia, del trabajo increíble por desarrollar las ciencias y otras tantas cualidades imposibles de describir en unas líneas.Pero quizás lo más relevante de La Habana y de los que la habitamos es la capacidad de soñar.Soñamos una ciudad de belleza y limpieza, de dignidad y cultura,de poesías concebidas en sus barrios.La Habana construye esperanzas y aunque la realidad es dura, este es el lugar donde los imposibles no tienen lugar aunque gravite la burocracia y los inmóviles, aquí se cultiva un pueblo con carácter nacional que es símbolo de nuestra cubanía.Hoy en su 495 aniversarios la felicito y sigo llevando en mi el amor de mi pueblo que hace unos meses celebró su 500 años y al que le reitero que donde cuerpo fuí regreso cenizas aunque una parte de ellas quede en La Habana.Gracias Dr. Eusebio por enseñarnos a todos los cubanos a ser un tilín habanero.

    • José A. Buergo dijo:

      Lleva usted razón inobjetable en todo lo que dice. Yo también sueño: “Soñamos una ciudad de belleza y limpieza, de dignidad y cultura..”. A la Habana habrá que levantarla toda, pues ya se hace justicia y noble empeño en lo colonial y algo extramuros. Soy “inmigrante” pero la Habana la siento como propia. Me duele la desidia y el maltrato. Ni corsarios ni piratas la ultrajaron como la indolencia hoy hace y no son pocos. Confío en la voluntad soberana de los que ponen pasión en la obra. Confío en el peso de la ley y volveré a confiar en la sensibilidad y el amor de las mujeres y hombres que la aman. El doctor Leal multiplica su ejemplo en otros por ello junto con el “esperamos con laboriosa paciencia el año 2019, en la certeza de que acontecerá una regeneración de la ciudad”.

  • Amoestaisla dijo:

    Muchas personas que viven o estan de visita en nuestra capital y a algunas instituciones estatales no les importa para nada esta urbe, la maltratan, ensucian y afean a la vista de todos, si no fuera por el Dr Eusebio Leal y su equipo, ya no hubiera ciudad.

  • Laura dijo:

    Muchas felicidades a La Habana por su aniversario 495. Sobre este tema, les comparto un trabajo que me emocionó. Espero que lo disfruten...

    http://www.capitansanluis.cu/es/content/somos-nosotros-quienes-la-enamoramos

  • Yosy dijo:

    Nací en La Habana y recuerdo sus parques lindos y limpios donde jugaba. Yo tengo el sueño de que mis nietas puedan ver lo que yo vi y no se si para el 2019 pueda verlo.
    Felicidades a Eusebio por todo lo que ha hecho !!!! a puro corazón !!!!

  • Jose Carlos Melo dijo:

    Muchas gracias por su comentario, Don Eusebio, pero una pregunta y Camaguey por que celebra los 500 años si no fue fundada en su lugar original y le robaron la celebracion a Nuevitas que todo parece indicar que es el Puerto Principe original.

  • veermear dijo:

    la habana me encanta respeto cada uno de sus espacios pero no dejo de reconocer que esta sucia,apestando a orine,con indisciplinas sociales,corrupcion,pobreza en fin.
    ESTILO DE PROGRESION ACUMULATIVA

  • jose gabriel barrenechea dijo:

    ¿Entonces Remedios es la séptima villa...?

  • Reymo Ruisanchez dijo:

    Don Eusebio me duelen muchas cosas de La Habana, esos parques cercados, fuentes cercadas, monumentos cercados, me duele la manía de las rejas en nuestra ciudad (no esas rejas hermosas de la colonia y que me maravillan) me duelen el abandono, el maquillaje pobre de fachadas desvencijadas, el mal olor, la mugre y la suciedad de nuestros parques y calles, muchas cosas. Soy nacido y aun vivo en uno de los municipios mas olvidados de esta Habana, que tiene mala fama, a veces merecida, donde los arreglos no duran nada, o se hacen sin calidad. Hace unos años pintaron las fachadas de muchas edificaciones de la calzada de Guines, ya no queda nada, un municipio oscuro, anegado de basura y basureros, pero donde tambien vive mucha gente buena y honesta.
    Y le digo me duele mucho mi municipio de San Miguel.

  • Lisette dijo:

    Quiero soñar con una Habana hermosa!!!!!!! pero para eso hay mucho trabajo que hacer, tratar de cambiar a las personas es el compromiso más arduo de todas las generaciones de habaneros

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Eusebio Leal

Eusebio Leal

Escritor y ensayista cubano. Historiador de La Habana..

Vea también