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Último Jueves: hacia el aniversario 13

10 años de ultimo jueves temasVegard Bye, experto en asuntos políticos cubanos residente en Oslo, caracteriza en un reciente texto los debates de Último Jueves, de la revista Temas, de la manera siguiente:

“Uno de los pocos espacios para el debate abierto acerca de asuntos de significación política [en Cuba] son los encuentros mensuales de Último Jueves, organizados por la revista Temas, vinculada al Ministerio de Cultura. Aquí la discusión es considerablemente abierta, y los intelectuales que toman parte no parecen inhibirse de hacer fuertes críticas. Sin embargo, dos grupos están claramente ausentes, aunque por razones diferentes: los dirigentes políticos frecuentemente invitados no asisten, y los que disienten del sistema no son invitados. Los participantes aquí son los que critican desde adentro, mientras los que serían capaces de responder a esta crítica y recoger propuestas para tomar decisiones no participan.”[1]

Como estas observaciones se hacen desde lejos, uno tendería a realzar su tono positivo, y a encontrar justificadas sus imprecisiones, Aunque se publican por el Instituto Noruego de Asuntos Internacionales (NUPI, por sus siglas en inglés), directamente dependiente de la cancillería de ese país, uno debería saber que esta institución financia y difunde textos que, a pesar de eso, no representan un enfoque oficial. Por último, en comparación con la mayor parte de lo que se produce sobre Cuba en el exterior, este estudio replica un patrón habitual: no suele apoyarse en fuentes primarias, sino más bien en opiniones de ciertos expertos, periodistas extranjeros, representantes de la iglesia católica, a las que se atribuye autoridad científica, y en las que se sustentan verdades dadas por sentado sin contrastarse, y que forman una especie de sentido común sobre Cuba, al que con frecuencia se adhieren incluso los investigadores. Con estas salvedades, en lo que atañe a los paneles de Temas, estos comentarios dan pie para un par de aclaraciones.

Antes de adelantar juicios sobre lo que es un debate de Último Jueves, lo mejor es presenciarlo, ya que cualquier cubano o visitante extranjero puede hacerlo --la entrada es libre. En su defecto, para informarse sobre su contenido, se pueden leer las transcripciones recogidas en cada número de la revista (tres mil ejemplares) disponibles en librerías en cada provincia del país y accesibles mediante suscripción (el precio de Temas en Cuba es de 10 pesos, o sea, 40 centavos de dólar), o en las recopilaciones de Último Jueves. Los debates de Temas (cuatro volúmenes). Por estos medios impresos se han difundido más de 100 debates, desde 2002 hasta el presente. Pero si el interesado quiere verlos, estos debates se han editado en video, en formato de DVD, en cinco volúmenes, también accesibles en el mercado nacional. Por último, si no tiene tiempo para digerir este material, puede acceder fácilmente a las detalladas reseñas publicadas cada mes, en Catalejo, el blog de Temas, y reproducidas en varios social media y otros sitios cubanos, y que se hacen llegar a los lectores carentes de conexión a internet mediante una lista de correo electrónico abierta a interesados. A pesar de la lejanía, personas concernidas como el académico Bye (autor de una especie de manual sobre Cuba, Esta es Cuba: todo lo demás es mentira, disponible solo en noruego) podrían conocer los detalles de nuestros paneles.

En segundo lugar, algunos datos primarios sobre los debates de Último Jueves pueden contribuir al rigor de la información disponible, en beneficio de lectores dentro y fuera de la isla, y de las personas de buena fe interesadas en Cuba.

En los últimos 25 Último Jueves (mayo 2012-octubre 2014), han participado 95 panelistas. Entre ellos, se cuentan 37 académicos, 18 funcionarios, 7 periodistas, 6 artistas y 27 practicantes (es decir, personas dedicadas al ejercicio de una actividad concreta relacionada con el tema: ONG, creadores, religiosos, comunicadores, emprendedores, maestros, etc.).  Si bien los académicos son  39%, la presencia de otros enfoques es mayoritaria. Los asistentes habituales a las sesiones de los jueves saben que no se trata de un debate académico, ni de una tribuna política o una catarsis colectiva; sino de un intercambio de conocimientos y perspectivas, en particular, con un auditorio muy polémico, caracterizado por expresar los más variados criterios y cuestionamientos.

Me pregunto en cuántos países (quizás Noruega esté entre ellos) se reúnen mensualmente entre 100 y 200 asistentes, no solo intelectuales y estudiantes universitarios, sino gente de a pie, viejos y jóvenes, de diversos colores, sexos y preferencias ideológicas, incluidos visitantes extranjeros, a discutir sobre temas como valores en crisis, roles políticos de las iglesias, cultura ciudadana, cooperativas, problemas constitucionales y monetarios, ingreso, educación de los dirigentes, opinión pública, formación del gusto, participación local, papel de los sindicatos, estado de derecho, preservación del patrimonio, seguridad nacional.

También me pregunto si la calidad y alcance de los debates que instituciones de países europeos organizan sobre un tema cualquiera se mide por la presencia en ellos de todo el espectro ideológico realmente existente, o por su capacidad para incidir en la política nacional, o por su reproducción en los grandes medios de comunicación. Con ese rasero, muy pocos debates, conferencias internacionales, paneles o libros podrían considerarse válidos o representativos de una agenda pública.

A lo largo de 13 años, Último Jueves se ha podido mantener, a pesar de algunas estridencias e incomprensiones, gracias al respaldo institucional, y sobre todo a la participación de colaboradores y asistentes, que lo han apoyado por su utilidad como espacio para el intercambio de ideas, así como al reconocimiento de sus lectores en zonas muy diversas de la sociedad cubana real, sin excluir el PCC y las iglesias. Ahora que se aproxima a su edición número 130, vale la pena registrarlo.


[1] Vegard Bye, Armando Chaguaceda and Borghild Tønnessen-Krokan, Which Way Cuba? Political transformations, social deterioration and attempted dialogue, Norwegian Institute of International Affairs (NUPI), Report. 3, 2014, p. 33-34.