La disciplina mediática
Al cumplirse 16 años del encarcelamiento de los antiterroristas cubanos se revela, otra vez, el verdadero papel de los grandes medios de comunicación norteamericanos. Para ellos, el 12 de septiembre pasó inadvertido igual que los actos de protesta por la injusticia.
Nada publican tampoco sobre la demora del Tribunal de Miami en responder al Habeas Corpus que Gerardo Hernández Nordelo presentó en junio de 2010, hace más de cuatro años, ni a los que después presentaron Ramón Labañino y Antonio Guerrero. Son tres recursos que, en gran medida, se basan, precisamente, en la manipulación y el pago por el Gobierno, con dinero público, a periodistas que promovieron la campaña de odio y desinformación que el Panel de la Corte de Apelaciones de Atlanta, al anular el juicio en 2005, describió como “una tormenta perfecta”.
Curiosamente, la revelación del operativo surgió en 2006 cuando The Miami Herald se vio obligado a despedir a algunos empleados suyos involucrados en el escándalo. Tal violación de la ética profesional fue criticada, por instituciones de prestigio como la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York, entre otras, que, más allá de la Florida, expresaron su alarma.
La Jueza tampoco responde la solicitud para que el Gobierno entregue los datos que oculta todavía acerca de un episodio ofensivo a una profesión que debería respetar. Ni a la petición de Gerardo para que conceda una audiencia oral en la que él pueda refutar las mentiras que lo condenan a morir en prisión. La jueza no responde, como si la vida de tres seres humanos a quienes ella impuso las sentencias más exageradas no fuera asunto de su incumbencia.
Ante esta situación la prensa calla, pero eso no debe causar sorpresa. Noam Chomsky, especialista del lenguaje, definió los medios norteamericanos con una palabra: DISCIPLINADOS.
Irónicamente, el silencio, en sí mismo, es noticia. Durante medio siglo Washington ha desplegado contra Cuba una colosal y sistemática propaganda en la que no ha faltado nada para inculpar de cualquier cosa a su Gobierno. Si los Cinco hubieran provocado algún daño a Estados Unidos, si su labor hubiera sido tan peligrosa, de ellos habrían hablado sin parar día y noche.
El obediente silencio de los medios es prueba elocuente de su inocencia y de la infamia de que son víctimas.
(Tomado de La Nueva Réplica)
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Se trata de una conducta totalmente coherente y sistematica. La jueza, la prensa, la fiscalia y el gobierno de los Estados Unidos actuan en plena coordinacion y con absoluta complicidad, siguiendo un mismo hilo conductor que refuta, una vez mas, la falacia de la supuesta separacion de poderes. En lo que se demora la jueza en pronunciarse y la prensa en enterarse, el gobierno logra su objetivo de castigo continuo contra Cuba mediante el abuso sobre estos heroes que cargan sobre sus hombros el odio y la sed de venganza contra la Revolucion cubana.
Bernardo...al gobierno de los EU, les importa un bledo quien esta preso o quien no...les vale madre si estan preso 5 o 35...estoy seguro que ellos, los altos funcionarios, ni siquiera se saben sus nombres, o ni tan siquiera su nacionalidad....se que es duro comprender que nuestro pais no es el ombligo del mundo, pero resulta que NO ES EL OMBLIGO DEL MUNDO.....
En mi opinión debemos insistir en romper el silencio con relación al caso de los cinco. Contamos con los hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo. Es muy activo el movimiento de solidaridad a favor de esta justa causa dentro de los Estados Unidos. No dejemos que nada, ni nadie, mate la esperanza. Libertad ahora para Gerardo, Ramón y Antonio!
Es una gran verdad lo que ha dicho Gerardo, es un jurado de millones lo que necesitamos para que se haga justicia en este triste caso. Hombres especiales luchando por la paz que tanta falta hace en este mundo cumpliendo sentencias injustas, que falta hace que el pueblo de los Estados Unidos los conozca, sepa como son, como han sacrificado los mejores años de sus vidas, sus familias, su amor, por defender ideales tan profundos, previendo actos terroristas desde sus mismo suelo patrio, eso deben saberlo los estadounidenses, y exigirle a su presidente que ponga fin a la injusticia.Libertad para Gerardo, Ramón y Antonio, son inocentes.
Hay que seguir luchando por los heroes que estan prisioneros, ya en el mundo entero ha tomado fuerza esta lucha y pienso que las esperanzas no se pueden perder ellos son ejemplo de la dignidad de los cubanos que luchan por una causa justa.