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Maduro, un presidente digno y viril que hace temblar la injusticia

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Maduro SerraDe clase obrera e histórico luchador de barricada, el actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha demostrado ser un hombre digno y viril, que hace temblar la injusticia, y ha derrocado los persistentes intentos de Estados Unidos y de la ultraderecha violenta de su país de dar al traste con la Revolución Bolivariana.

Hijo legítimo y defensor a ultranza de las ideas del Gigante Hugo Chávez, Maduro ha tenido que enfrentar en solo poco más de un año el constante asedio del régimen norteamericano, con la complicidad de terroristas como el exmandatario colombiano Álvaro Uribe, la mafia cubanoamericana de Miami y los opositores internos financiados desde Washington.

El Huracán venezolano, como ha sido bautizado, tuvo que asumir las riendas de esa nación sudamericana tras el agravamiento de la enfermedad de Chávez, una tarea titánica que supo hacer en medio de la tristeza que ocasionó ese hecho en toda la América Latina y el mundo.

Recuerdo la imagen cuando Hugo, poco antes de viajar a Cuba por última vez para tratar de salvar su vida, encomendó a un Maduro sorprendido conducir los destinos de su pueblo, si algo le sucediera al líder indiscutible del proceso bolivariano.

Sabía desde entonces que tendría ante sí el mayor de sus retos, y la esperanza de que la muerte física de Chávez no ocurriera nunca, contrariamente a lo que meses después sucedió infortunadamente, y que conmovió a toda la comunidad internacional.

Nadie como Maduro podría narrar el profundo dolor que irradió cuando tuvo que anunciar al mundo el fallecimiento de su cercano jefe y amigo, y los sucesivos días de desolación durante los cuales se vio obligado a intentar superar junto a sus compatriotas el inmenso dolor dejado por la pérdida irreparable del Gigante de la Patria Grande.

Sin casi tiempo para su recuperación espiritual y física, el Huracán venezolano se vio inmerso en un nuevo proceso electoral frente a una oposición irrespetuosa y desvergonzada, sabiendo que debía triunfar, como lo hizo, en honor a Chávez y evitar lo que pretendían el régimen norteamericano y sus cachorros: demoler la Revolución Bolivariana.

Lograda su victoria en las urnas, Maduro ha seguido en combate permanente y sin descanso, contra agresiones económicas, campañas mediáticas sin precedentes, y las llamadas “guarimbas” violentas alentadas desde el exterior, y protagonizadas por sicarios criminales que provocaron la muerte de jóvenes y dirigentes Chavistas.

El presidente venezolano ha conseguido vencer todos los obstáculos, sin que los enemigos pagados por Washington hayan dejado de asechar, como se evidenció una vez más hace pocos días, con el asesinado del joven diputado del Partido Socialista Unificado (PSUV) Robert Serra, y su compañera, un crimen selectivo a imagen y semejanza de la siniestra época del Plan Cóndor, ideado en Estados Unidos.

Al mismo tiempo, han tratado de arruinar la imagen de Maduro, incluso con el apoyo de algunos gobiernos latinoamericanos cercanos u obedientes a la Casa Blanca, y embestir sin éxito en escenarios internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), a Venezuela, que se ha impuesto con la diplomacia de la verdad.

Con la humildad y la sensibilidad que lo caracterizan, el jefe de Estado venezolano ha regado la semilla sembrada por Chávez en las entrañas de su pueblo, y cumplido todos sus proyectos, pese a las adversidades malintencionadas.

No por gusto, el líder histórico cubano Fidel Castro le escribió recientemente una carta a Maduro, tras su primera intervención en la Asamblea General de la ONU, en la cual le expresó: Estuviste a la altura del heroico Hugo Chávez, tu discurso fue valiente y brillante.

En un artículo suyo Fidel le subrayó además: Hugo se habría sentido orgulloso de ver a uno de sus hijos revolucionarios decir lo que dijo y cómo lo dijo.

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  • pocholo dijo:

    “O TODO O NADA”
    Quien puede creer en la posible reconciliación de la diestra venezolana, con la izquierda revolucionaria.
    Será que hay algún líder de la MUD, que sea capaz de conducir a casi la mitad de ese país a comprender que los ricos podrán seguir siendo ricos en una Venezuela radicalizada, que podrán seguir explotando al pueblo humilde, como en los últimos doscientos años, y viviendo por la libre sin necesitar la protección y el respaldo de sus amos históricos, y con millones de pobres a los pies de sus amos. Quien sabe de un nombre capaz de lograr un concilio ecuménico de ideologías opuestas, que se imbriquen con decencia para hacer crecer “su patria”. No creo que exista hoy ingenuo que pueda creer que o KIKE (el vampiro lácteo) o el GUILLE (el zorro viejo) o la (golondrina) MARY CORI. No lo hay ni lo va a haber, son lo que son y no tienen regreso.
    No hay metamorfosis posible, son tan anexionistas como aquel Narciso López, que allí nació y por aquí paso con el rabo de paja, rumbo al norte a entregar el alma y el cuerpo, ¡allá van!
    Como soñar con un cambio a la paz, cuando ellos son la corrupción, el terrorismo en todas las modalidades modernas y no tanto, cuando le están diciendo que el socialismo los va a aplastar si no se están tranquilos .Si ellos no son los que se juegan el pellejo, sino sus acólitos en todas las instancias y dentro de los estratos más pobres de la sociedad, que aún no han aprendido a ver en ellos el camino al caos y la guerra civil, en un país donde no ha habido una guerra de masas desde hace más de siglo y medio. Nadie busque mucha explicación no es tan complejo, el tiempo de Chávez no fue suficiente para el aprendizaje de un pueblo, que nunca antes fue enseñado a ver y los pueblos son lentos para aprender. Aún así un poco más de la mitad ya aprendió bastante, pero falta todavía un número muy grande que no va a aprender tan pronto, hay allí mucha plata rodando por debajo y eso es como la candela en un campo de caña, camina por debajo de la paja y brota por el centro del campo y solo con una contra candela bien dada a tiempo y desde la guardarraya correcta sé limita el fuego, aunque siempre se pierde caña.
    Una guerra civil allí no tienen muchos candidatos, pero en la periferia si y un poco más allá también, para eso se han estado preparando y tienen posicionados a los más interesados en romper con el legado de, el último mejor amigo, entre zorros, sinvergüenzas, hp y una masa de ignorantes mal guiados, con la participación de oportunistas corruptos de adentro, y otros que han salido temporalmente, en un país cosmopolita en grandes cifras, si hay líderes capaces de impulsar al caos a una masa, que es seguidora del camino al desorden y creerse que con el apoyo de afuera pueden complacer a la MUD y sus dueños, así ven ellos el camino a la solución definitiva, para sacarse de encima el socialismo incapaz de hacerlos progresar y cumplir su sueños de ser clase media y luego ricos por el mismo camino que han visto transitar a los que especulan pero dan empleo. La realidad, o se identifica a tiempo y se atiende o te sorprende y el mal es peor.
    No hay espacio para la conciliación, la guerra ya está declarada por los facinerosos, saboteadores, asesinos, fascistas y terroristas que son una misma lista que todos conocen. Unos los repudian y otros se les unen. Ellos no se resignan a esperar y acomodarse al vivir viviendo de la mayoría.
    Escoja los nombres que usted quiera y haga una lista y luego diga quién de los malos allí, va a relegar sus ambiciones de poder y perder su estatus.
    Eso no puede parar en nada bueno, o se radicaliza ya o nunca ese país se podrá gobernar en paz. Por otra parte, el fin de un conflicto allí será después de muchos miles de muertos, qué hasta hoy se han evitado con las misiones, las acciones revolucionarias y el pulseo maestro del líder y su legado.
    Se necesita seguir llenando el morral de amor, pero con mano de hierro para repartir las flores a quienes les toquen y el plomo a quien le toque sin muchos miramientos, porque ellos no han de creer en nadie a la hora de matar, como ya lo han hecho en los propios años de revolución en el poder, sin mirar al pasado pre revolucionario cuando los números de víctimas son horripilantes y poca gente los recuerda como debieran todos, aún con una gran deuda de justicia.

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Patricio Montesinos

Patricio Montesinos

Periodista español residente en La Paz, Bolivia. Es corresponsal de Cubadebate.

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